1a a Corintios 3 (Comentarios)

1 Corintios 3
Nueva Versión Internacional (NVI)

Sobre las divisiones en la iglesia
1 Yo, hermanos, no pude dirigirme a ustedes como a espirituales sino como a inmaduros, apenas niños en Cristo. 2 Les di leche porque no podían asimilar alimento sólido, ni pueden todavía, (Estas frases, y las que vienen luego, en este ambiguo párrafo, son abusivas con los hermanos, los pisotea, los golpea espiritualmente, los humilla, los declara debajo de él.  Para establecerse como su superior y lo ha logrado en todos los desprevenidos lectores durante estos dos mil años. Es burdo en su trato, no es amable, no es del Espíritu de Dios, es rudo, es tosco con los que menosprecia. Esto es el colmo del matoneo, del maestro hacia sus sumisos discípulos. Nunca un hombre sabio, nunca un hombre con el verdadero Espíritu Santo, trataría así de despreciativa mente a unas ovejas recién llegadas. Con razón, en el mundo de la iglesia que es guiada por estas enseñanzas, se producen tantos abusos y tantos irrespetos a los creyentes. Estas falaces enseñanzas son la mismísima fuente de la podredumbre de la iglesia, del mal ejemplo, del engreimiento, del mal trato. Justamente lo son las mismas palabras, que los ingenuos golpeados, adoran como salidas de la pluma misma de Dios.) 3 pues aún son inmaduros. Mientras haya entre ustedes celos y contiendas, ¿no serán inmaduros? ¿Acaso no se están comportando según criterios meramente humanos? (Pablo les reclama a los corintios, y a través de ellos a todos los cristianos, estas mismas actitudes reprobables de las cuales él, en todas sus epístolas, les da ejemplo. Por lo que estas grandes fallas de trato, se repiten en toda la historia del cristianismo mundial, pues los teólogos y los líderes siguen  el ejemplo de Pablo, el cual libra una gran cantidad de batallas egolátricas en sus epístolas, se revuelca en su soberbia, dice que está enfrentado con los apóstoles, qué él es más que ellos, que nadie vale más que él, los menosprecia en las epístolas, regaña malas maneras, también a sus seguidores, los ofende, los amenaza, les falta al respeto. Y todas estas barbaridades, son tomadas como la sublime palabra de Dios, como la más alta sabiduría descendida del Cielo. ¿Cómo pueden  adorar, sus extraviados seguidores, tanta necedad, llamándola Palabras de Dios mismo?) 4 Cuando uno afirma: «Yo sigo a Pablo», y otro: «Yo sigo a Apolos», ¿no es porque están actuando con criterios humanos? 5 Después de todo, ¿qué es Apolos? ¿Y qué es Pablo? Nada más que servidores por medio de los cuales ustedes llegaron a creer, según lo que el Señor le asignó a cada uno. (Al decir que el Señor le asignó a cada uno, hay una trampa. Los lectores piensan que Dios mismo, en  persona, a él le asignó todo ese gigantesco ministerio de Apóstol, con evangelio, guía de las naciones, que el mismo Pablo hace tanto ruido para que sea reconocido como tal. Con esa frase general, todos aceptan en él la constante repetición de que él  es el elegido, el máximo entre todos los apóstoles, cuando ni siquiera en verdad es apóstol. Así de tanto repetir una misma falacia, terminan  sus extraviados seguidores dando por hecho que es verdad, que Pablo es el elegido, el enviado, que se encontró con Jesús en una supuesta segunda venida en espíritu y allí fue llamado apóstol y superior en autoridad a los doce.) 6 Yo sembré, Apolos regó, pero Dios ha dado el crecimiento. 7 Así que no cuenta ni el que siembra ni el que riega, sino sólo Dios, quien es el que hace crecer. 8 El que siembra y el que riega están al mismo nivel, aunque cada uno será recompensado según su propio trabajo. (Engaña Pablo a sus propios seguidores, haciéndolos trabajar pendientes de una supuesta recompensa, la cual  dice que será segura y que la recompensa de unos será mayor que la de otros, “según sea su propio trabajo.” Estableciendo escalas de merecimientos. Da por hecho, que serán recompensados por Dios mismo, los que siembren en la huerta de Pablo y Apolo, establece una clase social dentro del cristianismo llamada “los merecedores de recompensa”. Es una audaz y bien elaborada falacia, puesto que Jesús enseña a ser humildes, y decir que cuando hagamos todo lo que hagamos, el amo no  nos debe ninguna recompensa, por haber hecho lo que era nuestra obligación, que el siervo que hace lo que se le ordenó,  es un  siervo inútil. Tan diferentes las enseñanzas de Jesús, realmente descendidas del cielo, comparadas con las rastreras enseñanzas del anticristo, tan humanas, tan salidas de los deseos de la carne, por lo que con ellas tan fácilmente confunde a sus muy humanos seguidores.) 9 En efecto, nosotros somos colaboradores al servicio de Dios; y ustedes son el campo de cultivo de Dios, son el edificio de Dios. (En esta frase Pablo sigue repitiendo una y otra vez y termina siendo aceptada como una verdad por las muchas repeticiones sutiles, la falacia disque que él es siervo de Jesús, cuando en realidad, es el más grande y temible anticristo, enviado a poner a prueba a los cristianos, a ver si se dejan desviar de la voz del pastor, oyendo cualquiera otra voz humana, que no sea la celestial, para esto ha venido desde la oscuridad, el gran Pablo y su macabro ministerio de destrucción.)
10 Según la gracia que Dios me ha dado, yo, como maestro constructor, eché los cimientos, y otro construye sobre ellos. (En estas palabras está haciendo que sus seguidores den por hecho que el que pone los fundamentos del cristianismo es Pablo, no Jesús, o los doce apóstoles, dentro de los cuales no está el nombre de un tal Pablo, ni Saulo. Los que leemos, sabemos que el muro de la nueva Jerusalén solo tiene doce fundamentos que son los doce apóstoles de Jesús, que no hay trece fundamentos porque tampoco hay trece apóstoles verdaderos, pero aquí teje el hábil Pablo su madeja de falacias, con las cuales tiene extraviado al obre entero, como dijo Jesús que sucedería, que serían engañados todos los que no se fijaran bien en las palabras de Jesús. Han caído las naciones enteras durante largos dos mil años, más los años que aún falten.) Pero cada uno tenga cuidado de cómo construye, 11 porque nadie puede poner un fundamento diferente del que ya está puesto, que es Jesucristo. (En estas palabras está la amenaza, por si alguno osara poner en duda las enseñanzas de Pablo, que según él son las mismísimas palabras de Jesús, con toda la autoridad a él dada. En estas palabras sus seguidores no ven que está satanizando todo aquel que no se arrodille delante de sus enseñanzas. No sería de Jesús, sino reconoce a Pablo, como máxima autoridad dentro del cristianismo, cuyas palabras valen exactamente lo mismo que las de Jesús, según este poderoso anticristo camuflado.) 12 Si alguien construye sobre este fundamento, ya sea con oro, plata y piedras preciosas, o con madera, heno y paja, 13 su obra se mostrará tal cual es, pues el día del juicio la dejará al descubierto. El fuego la dará a conocer, y pondrá a prueba la calidad del trabajo de cada uno. 14 Si lo que alguien ha construido permanece, recibirá su recompensa, (Exactamente, ni más ni menos, sucederá esto que Pablo dice sobre su propia obra, y sobre todos sus seguidores, como dice Jesús, ese amigo que el día de bodas no  estaba vestido con el traje de bodas, que era haberse negado a sí mismo. Dice Jesús que ese amigo, ese siervo, con los suyos, serán arrojados a las tinieblas exteriores. Pero al ser el mismo Pablo el que dice esto  pretende que tengan  temor de no seguir sus enseñanzas, tengan cuidado de no dejarlo de lado al ser cristianos, puesto que estarían siendo quemados con fuego sus obras. Esto se llama falacia sobre falacia. Es muy difícil que los desprevenidos seguidores vean el tejido, la maraña de falacias.) 15 pero si su obra es consumida por las llamas, él sufrirá pérdida. Será salvo, pero como quien pasa por el fuego. (En esta frase hay otra mina quiebra patas, otro lazo de cazador, otra trampa, con la que les hace creer que, en efecto, por ser sus seguidores, la salvación ya está asegurada, que el juicio final no será sobre ellos, que Jesús no juzgará a toda la humanidad, y de paso, vuelve a establecer las clases, de merecedores o no merecedores, de mejores mansiones y puestos de relevancia dentro del cielo, lo cual  es, a todas luces, mentira según enseñó Jesús. Pero esas falaces enseñanzas atraen poderosamente a los humanos, incautos y desprevenidos,  que ven en ellas un reflejo de sus mismas sociedades no celestiales. Lo peor de todo este engaño es que menosprecia las enseñanzas de Jesús y sus doce apóstoles verdaderos, que nos dicen que estamos puestos a prueba hasta el día final de nuestras vidas y que no podemos dar por hecho una salvación que Jesús no ha juzgado. Demasiada ligereza de juicio, demasiado abuso de confianza con Jesús y su autoridad.) 16 ¿No saben que ustedes son templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en ustedes? 17 Si alguno destruye el templo de Dios, él mismo será destruido por Dios; porque el templo de Dios es sagrado, y ustedes son ese templo.
18 Que nadie se engañe. Si alguno de ustedes se cree sabio según las normas de esta época, hágase ignorante para así llegar a ser sabio. 19 Porque a los ojos de Dios la sabiduría de este mundo es locura. Como está escrito: «Él atrapa a los sabios en su propia astucia»; 20 y también dice: «El Señor conoce los pensamientos de los sabios y sabe que son absurdos.» 21 Por lo tanto, ¡que nadie base su orgullo en el hombre! (Este mismo juicio se ha dado en la historia humana, en los que se han creído sabios dentro del cristianismo, y se han  entregado de lleno a las humanas enseñanzas de Pablo, tomándolas como palabras de Dios mismo, enviadas del Cielo. Fueron destruidos en su propia soberbia, los teólogos, los, eruditos, los estudiosos, que se olvidaron de la voz del pastor celestial. Si se fueron en pos de palabras humanas, no eran  realmente ovejas celestiales, la justa paga de sus obras recibieron las naciones y sus gobernantes y sus sabios) Al fin y al cabo, todo es de ustedes, 22 ya sea Pablo, o Apolos, o Cefas, o el universo, o la vida, o la muerte, o lo presente o lo por venir; todo es de ustedes, 23 y ustedes son de Cristo, y Cristo es de Dios. (Una y otra vez, sin parar insiste en unir su vida a la de Jesús, para que sus extraviados seguidores, no vean ningún problema en aceptar sus palabras como iguales a las de Jesús, eternas, válidas para todos los seres humanos, válidas en todos los tiempos, descendidas del Cielo, con total y suprema autoridad. Cuando solo son simples palabritas humanas, sujetas a error, las cuales no son aplicables a todos los tiempos, ni son aplicables a todos los seres humanos, por lo tanto no son palabras de Dios.)