1 Corintios 1
Nueva Versión
Internacional (NVI)
1
Pablo, llamado por la voluntad de Dios a
ser apóstol de Cristo Jesús, (Lo dice él de sí
mismo, como siempre en todas sus epístolas y como dijo Jesús que si uno viniera
de su propia cuenta a ese sí le creerían de buena gana. Pero que a Jesús, no le
van a creer, para seguir las enseñanzas
de Pablo, al cual aceptan como Dios, puesto que dicen que sus enseñanzas son
palabra de Dios. Por tanto, obviamente sin darse cuenta de la gravedad de los hechos,
sutilmente engañados, Pablo es su otro Dios, son adúlteros, pues se van de las enseñanzas de Jesús a las de Pablo y
las cambian en lo que puedan elegir de
las de Pablo, dejando de lado las enseñanzas de Jesús. Ni se dan cuenta que al
hacer así, conforman la gran Babilonia, la ramera, que sí siguen y adoran a
Jesús, pero también se va tras los pasos del más sagaz de todos los engañadores
del planeta y de todos los tiempos, el grandísimo Pablo, al cual le conceden la misma autoridad que tiene
Jesús, en cuanto a tener palabras de Dios y haber descendido del cielo, puesto
que Pablo dijo que había ido a un supuesto tercer Cielo, por lo cual vendría
del Cielo con palabras de Dios) y
nuestro hermano Sóstenes, 2 a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los que
han sido santificados en Cristo Jesús y llamados a ser su santo pueblo, junto
con todos los que en todas partes invocan el nombre de nuestro Señor
Jesucristo, Señor de ellos y de nosotros: 3 Que Dios nuestro Padre y el Señor
Jesucristo les concedan gracia y paz.
Acción de gracias
4
Siempre doy gracias a Dios por ustedes, pues él, en Cristo Jesús, les ha dado
su gracia. 5 Unidos a Cristo ustedes se
han llenado de toda riqueza, tanto en palabra como en conocimiento. 6 Así se ha
confirmado en ustedes nuestro testimonio acerca de Cristo, (Aquí dice que
ellos están unidos a Cristo por el testimonio que Pablo ha dado ante ellos. En
otras palabras: Pablo es el lazo de unión entre Cristo y los cristianos, por lo
tanto, desde otro punto de vista, Pablo es el que se interpone, Pablo usurpa la
unidad de cristo con sus seguidores. Obviamente lo hace con habilidad, con
sutileza, no se dan cuenta, les va tejiendo una red de falacias con la que les
ha vendado los ojos) 7 de
modo que no les falta ningún don espiritual mientras esperan con ansias que
se manifieste nuestro Señor Jesucristo. (Les da a entender que con Pablo de intermediario, su
conocimiento y sus dones están completos) 8 Él los mantendrá firmes hasta el fin, (Obviamente con Pablo de intermediario) para que sean irreprochables en el día de nuestro
Señor Jesucristo. 9 Fiel es Dios, quien los ha llamado a tener comunión con su
Hijo Jesucristo, nuestro Señor.
Divisiones en la
iglesia
10
Les suplico, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que todos
vivan en armonía y que no haya divisiones entre ustedes, sino que se mantengan
unidos en un mismo pensar y en un mismo propósito. 11 Digo esto, hermanos míos,
porque algunos de la familia de Cloe me han informado que hay rivalidades entre
ustedes. 12 Me refiero a que unos dicen:
«Yo sigo a Pablo»; otros afirman: «Yo, a Apolos»; otros: «Yo, a Cefas»; y
otros: «Yo, a Cristo.» 13 ¡Cómo! ¿Está dividido Cristo? ¿Acaso Pablo fue
crucificado por ustedes? ¿O es que fueron bautizados en el nombre de Pablo?
(Parecería
que está diciendo que todos son de Cristo, pero lo que está haciendo es que
ellos acepten que Pablo tiene toda la misma autoridad de Pedro, para hablar en
nombre de Jesús, para lo cual también
pone el nombre de Apolo, para que no se note que es un asunto de unificar las
autoridades, y que Pedro y los doce pierdan la exclusividad de ser los
representantes directos de Jesús y nadie además de ellos doce. Es muy fino y
sutil el lazo, casi invisible, obviamente para poder extraviar a todas las
naciones, incluyendo eruditos, historiadores, antropólogos, arqueólogos,
escritores, investigadores, gobernantes, filósofos y gente común, durante
largos dos mil años.) 14 Gracias a Dios que no bauticé a ninguno de
ustedes, excepto a Crispo y a Gayo, 15 de modo que nadie puede decir que fue
bautizado en mi nombre. 16 Bueno, también bauticé a la familia de Estéfanas;
fuera de éstos, no recuerdo haber bautizado a ningún otro. 17 Pues Cristo no me envió a bautizar sino a predicar el evangelio, y
eso sin discursos de sabiduría humana, para que la cruz de Cristo no perdiera
su eficacia. (Dos
falacias juntas: La primera dice que Cristo sí lo envió, pero diciendo que
Cristo no lo envió. Sutil, hábil, casi invisible el lazo del cazador. Y la
segunda falacia dice que él, que es el más enredado y extenso en discursos de
sabiduría humana, y lleno de contradicciones, con las cuales extravía a las
naciones, él no escribió sabiduría humana. Por lo tanto su sabiduría, si no es humana, lógicamente es
“divina” y de nuevo, diciendo que no, dice que sí y sus incautos seguidores
caen en el lazo.)
Cristo, sabiduría y
poder de Dios
18
Me explico: El mensaje de la cruz es una
locura para los que se pierden; en cambio, para los que se salvan, es decir,
para nosotros, este mensaje es el poder de
Dios. (Otra
falacia sutil, otro lazo de cazador, sobre las almas incautas: Pablo da por
hecho seguro que está salvo, no tiene en
cuenta, que el día final, Jesús es el que va a salvar o a condenar, a
los que Él decida. Solo hasta el día final habrá seres humanos salvados y
condenados, mientras que hasta ese día final estamos puestos a prueba, no
tenemos la salvación asegurada. Los seguidores del gran Pablo, sin importarles
la decisión y la autoridad del día final
de Jesús, se dan por salvos a sí mismos, lo afirman y ya creen que está
salvos. Incautos, ingenuos, superficiales. Anulan el juicio final, anulan sobre
ellos el juicio de Jesús, desconocen la autoridad de Jesús, se burlan de la
decisión de Jesús. Porque va a haber un juicio y enseña Pedro que aquí estamos
siendo puestos a prueba hasta el día final. Según estas falacias de Pablo, él
está por encima del bien y del mal y ya fue aprobado por sí mismo y sus
seguidores también. Es demasiado ligero y abusa de la confianza del que lo
salva, no esperando con temor y reverencia el juicio, a sabiendas de que
ninguno merece ser salvo y que muchos son los llamados de Jesús, pero muy pocos
serán los escogidos. Pablo enseña a sus seguidores, que con solo afirmar que
están salvos, y hablar lo que se les
ocurra, en nombre de Jesús y del
espíritu Santo, ya el juicio de Dios es sobre los demás, no sobre los
seguidores del anticristo.) 19
Pues está escrito: «Destruiré la sabiduría de los sabios; frustraré la
inteligencia de los inteligentes.» 20 ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde el erudito?
¿Dónde el filósofo de esta época? ¿No ha convertido Dios en locura la sabiduría
de este mundo? (Estas palabras son premonitorias de lo que el mismo
Pablo ha hecho con los estudiosos, los sabios, los eruditos, los inteligentes,
los filósofos, los gobernantes,
extraviando a las naciones con sus falacias, durante largos dos mil años. Fueron
destruidos, fueron burlados, fueron hechos prisioneros culturales del gran
césar espiritual, el gran anticristo Pablo, con los hechos de la vida de Pablo
y con sus breves epístolas) 21 Ya que Dios, en su sabio designio,
dispuso que el mundo no lo conociera mediante la sabiduría humana, tuvo a bien
salvar, mediante la locura de la predicación, a los que creen. 22 Los judíos
piden señales milagrosas y los gentiles buscan sabiduría, 23 mientras que nosotros predicamos a Cristo crucificado. Este mensaje
es motivo de tropiezo para los judíos, y es locura para los gentiles, 24 pero
para los que Dios ha llamado, lo mismo judíos que gentiles, Cristo es el poder
de Dios y la sabiduría de Dios. (Cuando dice: “este mensaje” consigue que sus seguidores
unifiquen el mensaje de Jesús con el de
Pablo en estas cartas. Podrán decir que no lo planeó así, pero es tal la
sutileza de la falacia que consigue que el mensaje se vea como integral, por lo
que el evangelio se toma incluyendo las epístolas y las enseñanzas de Pablo,
nada más y nada menos que el evangelio, y como tal es presentado a los creyentes sumisos que
aceptan todo lo que les es dicho como verdad, cumpliéndose lo dicho por Jesús
que otro vendría en su propio nombre y a ese sí le creerían y se irían las naciones tras él, tras Pablo,
el verdadero y gran anticristo de todos
los tiempos, el oculto, el mimetizado.) 25
Pues la locura de Dios es más sabia que la sabiduría humana, y la debilidad de
Dios es más fuerte que la fuerza humana. 26 Hermanos, consideren su propio
llamamiento: No muchos de ustedes son sabios, según criterios meramente
humanos; ni son muchos los poderosos ni muchos los de noble cuna. 27 Pero Dios
escogió lo insensato del mundo para avergonzar a los sabios, y escogió lo débil
del mundo para avergonzar a los poderosos. 28 También escogió Dios lo más bajo
y despreciado, y lo que no es nada, para anular lo que es, 29 a fin de que en
su presencia nadie pueda jactarse. 30
Pero gracias a él ustedes están unidos a Cristo Jesús, a quien Dios ha hecho
nuestra sabiduría —es decir, nuestra justificación, santificación y redención—
(En estas
palabras vuelve Pablo a unir, para sus seguidores, las enseñanzas de Jesús con
sus propias enseñanzas, y da a entender que ellos, los que leen, llegan a Jesús a través de Pablo, usurpa el trono de
Jesús, se sienta en su trono y gobierna en nombre de Jesús a sus
extraviados seguidores y hasta da a entender que esa salvación, de la que
escribe, la recibieron ellos por las enseñanzas de Pablo.) 31 para que, como está escrito: «Si alguien ha de
gloriarse, que se gloríe en el Señor.»