1 Corintios 9
Nueva
Versión Internacional (NVI)
Los derechos de un apóstol
1 ¿No soy libre? ¿No soy apóstol? (Con una pregunta trata de afirmar en las mentes de sus
seguidores algo que es de vital importancia para su ministerio secreto de
anticristo, debe lograr que sus extraviados seguidores le reconozcan
voluntariamente el título de apóstol.
Así se conforma la falacia, algo
que a todas luces parece verdadero, pero no lo es) ¿No he
visto a Jesús nuestro Señor? (Con una nueva falacia pregunta si él ha visto a Jesús,
para que sus extraviados seguidores den por hecho que él, Pablo, si se encontró con Jesús, aquí en la tierra, en
una supuesta pero falaz segunda venida del Señor, que en realidad no se dio, puesto que la segunda
venida de Jesús es al final de los
tiempos, con gran poder, para juzgar a todos los seres humanos. Ver hechos 1:11. Esta es una de las más
poderosas falacias que dan
fundamento al falso ministerio
del anticristo como supuesto apóstol de
Jesús. Pero es que si el anticristo no se presenta como apóstol, no tendría ni la
más mínima autoridad para poder extraviar a las naciones, a pesar de su inmensa
cantidad de hombres estudiosos, doctos, letrados, sagaces, astutos, todos
engañados por el más grande de todos los siervos de Jesús. Ver Mateo 24:24)
¿No son ustedes el fruto de mi
trabajo en el Señor? (Otra falacia poderosa, puesto que les hace creer a sus
extraviados seguidores que ellos son de él, que las personas pueden salvar, que las personas pueden llevar a
otros a los pies de Jesús, cuando es solo el padre el que trae las gentes a los
pies de Jesús, según enseñó el mismo
Jesús dos veces en el
evangelio según Juan capítulo 6 versos 44 y 65. Al decir esto
está robando de frente y descaradamente la gloria que es del unigénito
hijo de Dios, está usurpando su mesianismo,
su divinidad, es el anticristo, el usurpador, el extraviador del género
humano.) 2 Aunque otros no me
reconozcan como apóstol, ¡para ustedes sí lo soy! Porque ustedes mismos son el
sello de mi apostolado en el Señor. (Esta falacia es muy pero muy fuerte. Hace que sus
extraviados discípulos sean los que le reconozcan cómo apóstol, cuando solo
Jesús en persona hubiera podido
nombrarlo apóstol, si hubiese sido uno de sus seguidores, testigo
presencial del ministerio de Jesús,
testigo de su muerte y resurrección y
testigo de su ascensión al
cielo, según pedro en hechos 1:21.
La autoridad de Pablo cómo apóstol reside en los que lo aceptan, es
subjetiva, no es objetiva como la de los
doce llamados y nombrados por Jesús, o como Matías, nombrado por el Espíritu Santo.) 3 Ésta es
mi defensa contra los que me critican: (Incita a defenderse, contrario a las enseñanzas de Jesús. Pero todo esto le
sirve para llamar la atención sobre él, para que se fijen en él. Todo lo contrario a negarse a sí mismo, que fue lo que enseñó
Jesús. Así extravía más a sus seguidores de las enseñanzas de Jesús) 4 ¿Acaso
no tenemos derecho a comer y a beber? 5 ¿No tenemos derecho a viajar
acompañados por una esposa creyente, como hacen los demás apóstoles y Cefas y
los hermanos del Señor? (No son tan importantes los reclamos en sí mismos, como el hecho de estar incitando a todos sus seguidores de todos estos siglos
a ser inconformes, rencillosos, codiciosos de lo que tienen, los demás. Todo
esto sucede suavemente sin que sus extraviados seguidores se den cuenta que les están programando sus mentes
para extraviarlos de las virtudes cristianas.) 6 ¿O es
que sólo Bernabé y yo estamos obligados a ganarnos la vida con otros trabajos?
(Con una
pregunta establece una norma para que sus seguidores se extravíen de las
enseñanzas del evangelio de Jesús. Esta
falacia está dirigida a traspasar las enseñanzas de Jesús, que no dijo que
trabajaran para ganar dinero sino que se abandonaran en manos de la providencia. En ningún momento
Jesús dijo que se emplearan en otros
trabajos.) 7 ¿Qué soldado
presta servicio militar pagándose sus propios gastos? ¿Qué agricultor planta un
viñedo y no come de sus uvas? ¿Qué pastor cuida un rebaño y no toma de la leche
que ordeña? (Sigue
incitando a sus seguidores a que se empleen en otros oficios para “ganarse la
vida”. No fue esto lo que enseñó Jesús, fue todo lo contrario: Jesús enseñó que
si uno es siervo de Él, lo que tenga en la vida es su provisión, es lo que su
pastor celestial le ha enviado. Según lo enseñó Jesús, que ve las situaciones
desde el Cielo a la Tierra, desde lo
alto hacia lo bajo, del todo a las partes.
Pero Pablo, el elocuente, el magnánimo anticristo, desde la tierra ve
las situaciones, no ha descendido del Cielo y enreda a sus seguidores con
minucias, con estar pendientes de lo que se encargan los gentiles, como que
comeremos, que beberemos o con que nos vestiremos. Con sus elaboradas y sutiles
falacias, Pablo ha sembrado y
establecido para sus seguidores, la total
falta de fe en la providencia divina)
8 No piensen que digo esto
solamente desde un punto de vista humano. (Se atreve a decir que sus palabras son
desde el punto de vista divino, se atreve a usurpar la cátedra de Jesús, por
eso se constituyó a si mismo el anticristo, el que usurpa,
aquel que trata de tomar el lugar del
Mesías entre los hombres, y lo logra confundiendo a las naciones por miles de
años.) ¿No lo dice también la ley? (Amolda la ley a lo que desea argumentar y dice que la
ley es perfecta, cosa que Jesús vino a perfeccionar, justamente con enseñanzas
como esta de abandonarse en manos de la providencia divina, que entre otras
cosas, es la FÉ en sí misma, pues no hay fe sin aceptar la providencia divina,
sin reparos, sin manipulaciones, como estas tan
elaboradas del gran anticristo Pablo.) 9 Porque en la ley de
Moisés está escrito: «No le pongas bozal al buey mientras esté trillando.»
¿Acaso se preocupa Dios por los bueyes, 10 o lo dice más bien por nosotros? Por
supuesto que lo dice por nosotros, porque cuando el labrador ara y el segador
trilla, deben hacerlo con la esperanza de participar de la cosecha. 11 Si hemos sembrado semilla espiritual entre
ustedes, ¿será mucho pedir que cosechemos de ustedes lo material? 12 Si otros
tienen derecho a este sustento de parte de ustedes, ¿no lo tendremos aún más
nosotros? (Aquí
dice el gran artista Saulo, que es lícito, según la ley de Moisés, estar en la
predicación del reino de Dios esperando
un interés material, esperando dinero y
riquezas. Ramplonamente desconoce la enseñanza de Jesús de dar gratis lo
recibido gratis. Aquí se apoyan los mercaderes del templo de Jesús, los nuevos
fariseos. Estos versos del 9 al 12 son un elaborado punto de difícil
inteligencia, son una trampa, son un lazo
de cazador. Todos los que hacen
mercadería con el evangelio, los que venden la palabra, los que se
enriquecen con ella, se apoyan doctrinalmente en este versículo, de las cartas del elocuente,
del sagaz, gran anticristo Pablo, del más astuto de todos los astutos. Hace comparaciones con
los doce apóstoles, los pone al mismo nivel
de avaricia y codicia. Y en su comparación vuelve y rebaja por
debajo de él a los apóstoles de Jesús. Él se cree y se dice superior, merece aún más
todo lo que los otros han recibido. Esto es nada más y nada menos que el establecimiento del espíritu de Balaam
entre los extraviados seguidores del gran Pablo.) Sin embargo, no ejercimos este derecho,
sino que lo soportamos todo con tal de
no crear obstáculo al evangelio de Cristo. (Siembra cizaña, hablando del tema de
exigir derechos, cuando nuestro Señor era todo lo contrario a esto, entonces
por asuntos no esenciales, va creando otra esencia del cristianismo. Esto es lo que se llama crear
falacias.) 13 ¿No saben que los que sirven en el templo reciben su alimento del
templo, y que los que atienden el altar participan de lo que se ofrece en el
altar? 14 Así también el Señor ha
ordenado que quienes predican el evangelio vivan de este ministerio. (Esto es falso
desde el punto de vista del Señor. Y se toma la atribución de hablar de
parte del Señor para incitar al pueblo a
vivir del evangelio, golpeando la doctrina de dar gratis lo que recibimos
gratis.) 15 Pero no me he
aprovechado de ninguno de estos derechos, ni escribo de esta manera porque
quiera reclamarlos. (Al hablar de
estos supuestos y falaces “derechos” incita a otros más débiles a exigirlos,
les tiende un lazo a los avaros, a los traficantes de la fe, a los mercaderes
del templo, para con estas palabras ellos puedan justificar su arraigo a los bienes
materiales, su confianza en ellos y da
continuidad al tráfico de la doctrina
gratuita) Prefiero morir a que alguien
me prive de este motivo de orgullo. (Aquí
vuelve y siembra dos falacias, la de la soberbia, el orgullo, cosas que el
Señor se esforzó en dejar muy claro que es lo que tenemos que negar, que
vencer, que son las fuerzas más destructoras del alma, la debilidad del ego.
Pablo les dice que es orgulloso y que entonces serlo es válido en el
cristianismo y que es prepotente, que no
desea nada de nadie que prefiere morir, enseña mal, con su propio
ejemplo, a los hijos de Dios, los extravía. Extravía a los que, desde el
principio del mundo, estaban destinados
a esta desgracia, de irse en pos de un simple hombre creyendo que sus
enseñanzas son de Dios mismo.) 16
Sin embargo, cuando predico el evangelio, no tengo de qué enorgullecerme, ya
que estoy bajo la obligación de hacerlo. ¡Ay de mí si no predico el evangelio!
17 En efecto, si lo hiciera por mi propia voluntad, tendría recompensa; pero si
lo hago por obligación, no hago más que cumplir la tarea que se me ha
encomendado. 18 ¿Cuál es, entonces, mi recompensa? Pues que al predicar el
evangelio pueda presentarlo gratuitamente, sin hacer valer mi derecho. (Aquí, con
retorcidos argumentos, los convence de lo contrario de lo que realmente está
haciendo. Está cobrando por la predicación del evangelio, Está haciéndolos
sentir culpables porque no le han dado bienes materiales, está manipulando sus
ingenuas e insensatas mentes, y ellos ni se dan por enterados, aceptan de buena
gana cuanta mentira él les diga de parte de Dios. Está llamando la atención sobre
él, para que desvíen su mirada de las
enseñanzas de Jesús y les está diciendo que no lo hace. Falacia sobre falacia. Está haciendo lo que
Jesús profetizó: que si viniera un profeta a hablar de Dios en su propio nombre
a ese, de buena gana, le creerían, porque en
verdad no son de sus ovejas, porque las ovejas de Jesús de nadie se
dejan extraviar, venga como venga presentado) 19 Aunque soy libre respecto a todos, de todos
me he hecho esclavo para ganar a tantos como sea posible. (El que de sí
mismo da testimonio, busca su propia gloria y no es veraz, dijo Jesús. A este
profeta, a Pablo, se refería Jesús al
hablar tantas advertencias sobre el grandísimo engaño que habría de
venir sobre la Tierra, la gran tribulación de un ser humano usurpando con
falacias el trono de las enseñanzas de Dios. Pablo, aquí, es crea una carga
mental, les manipula las mentes, para que carguen con él, como si fuera su salvador, les hace sentir que él se sacrificó
por ellos, que son su carta de presentación en el Señor, porque él, Pablo; los
ha llevado a la salvación y a punta de cantaleta y manipulación los ha hecho
perseverar en la doctrina cristiana, les hace creer que los liberó, pero les ha
tendido un lazo, una trampa que ellos no ven.) 20 Entre
los judíos me volví judío, a fin de ganarlos a ellos. Entre los que viven bajo
la ley me volví como los que están sometidos a ella (aunque yo mismo no vivo bajo la ley), a fin de ganar a éstos. (Vuelve y se
mete en problemas, tratando de justificar el ser de doble ánimo, y enseñar a
ser así a sus ingenuos seguidores. No se dan cuenta que este mismo argumento
usó Pablo para criticar a Pedro, por demás no criticable, puesto que Pedro
tenía carta blanca para atar o desatar cuando deseara, puesto que estaba
revestido de la autoridad conferida por Jesús. Este falso profeta les enseña a
sus seguidores a menospreciar a Pedro y los doce, para quitarles la suprema
autoridad dada por Jesús a los doce. Pedro hacía esto mismo pero callado, sin
alardear de ello, puesto que al tratar de hacerlo una ley se constituye en
doblez de alma justificado. Otra cosa es proceder así porque no hay de otra que
proceder así y tratar de establecer
el ser hipócrita. Aumentando el engaño al
criticar a los que con autoridad y en silencio hacen lo mismo) 21 Entre
los que no tienen la ley me volví como los que están sin ley (aunque no estoy
libre de la ley de Dios sino comprometido con la ley de Cristo), a fin de ganar
a los que están sin ley. (Según esto, Pablo aplica la falacia de que el fin
justifica los medios, en una doctrina tan
pulcra como la cristiana de Cristo. Sus seguidores no ven la falacia) 22 Entre los débiles me
hice débil, a fin de ganar a los débiles. Me hice todo para todos, a fin de
salvar a algunos por todos los medios posibles. 23 Todo esto lo hago por causa
del evangelio, para participar de sus frutos. (Enreda las mentes de sus seguidores. Y
terminan creyendo que todas esas personas se salvaron por el supremo
esfuerzo y sacrificio de Pablo, no de
Jesús.) 24 ¿No saben que en
una carrera todos los corredores compiten, pero sólo uno obtiene el premio?
Corran, pues, de tal modo que lo obtengan. 25 Todos los deportistas se entrenan
con mucha disciplina. Ellos lo hacen para obtener un premio que se echa a
perder; nosotros, en cambio, por uno que dura para siempre. 26 Así que yo no corro como quien no tiene
meta; no lucho como quien da golpes al aire. 27 Más bien, golpeo mi cuerpo y lo
domino, no sea que, después de haber predicado a otros, yo mismo quede
descalificado. (Yo, yo, yo es lo mismo. Incita a sus seguidores con
comandos de voz a afirmarse a sí mismos en
vez de negarse, en vez de
soportar, los incita a competir en una carrera que supuestamente se hace es contra
uno mismo, no contra otros, pero esta
figura es desafortunada, porque valida la competencia con otros sin darse
cuenta. Y esta competitividad, es en el tema de conseguir dinero, a costillas
de la predicación del evangelio. La conclusión es obvia. La iglesia está
repleta de mercaderes engañados por las falacias, ingenuos que creen que Dios está agradado de sus obras.)