Gálatas 3 (Comentarios)

Epístola de Pablo a los gálatas
Nueva Versión Internacional (NVI)

Capítulo 3

La fe o la observancia de la ley
¡Gálatas torpes! (Saulo les baja la autoestima a todos sus miles de millones de lectores, a través de esta frase a los gálatas, puesto que todos sus sumisos seguidores, aceptan estas ofensivas palabras, como las palabras de “su Dios” como la “palabra de Dios”, que adefesio. Saulo lo hace para lograr que lo vean arriba de ellos, para afianzar su autoridad falsa sobre ellos, para enseñorearse sobre ellos. Los menosprecia y les dice torpes, les dice insensatos. Ambas palabras usadas en la traducción reflejan incapacidad de conocer. La rebaja de frente a todos. Esto lo aceptan de buena gana, sus ingenuos y serviles seguidores. Cunado Jesús hablaba de una generación adúltera y perversa, tenía todo el derecho de hacerlo, pues es el juez natural de la humanidad y aceptamos que Jesús tiene razón, somos adúlteros y perversos todos, aunque también nos llamó hijos de Dios. Jesús nos enseña entonces, que tenemos dos polos, el bien y el mal, no solo el bien, ni solo el mal, en ellos reside nuestro libre albedrío. Todos somos bipolares, según Jesús. El insignificante Saulo, al compararlo con Jesús, al lograr que le adoren estas palabras de juicio y ofensivas, como “palabra de Dios”, también está usurpando el trono de juez, de la humanidad, que solo le pertenece a Jesús, y a nadie además de Él.) ¿Quién los ha hechizado a ustedes, ante quienes Jesucristo crucificado ha sido presentado tan claramente? (Recordar que Saulo es el gran seductor y extraviador de la humanidad, autorizado por Dios, para poner a prueba a toda la humanidad a ver si se dejan extraviar de las palabras de Jesús.  Y justamente, para evitar que se den cuenta sus seguidores, les habla de artes de extravío, hechas a ellos, como si alguien los hubiera seducido, fascinado o hechizado con enseñanzas que no eran las de Saulo, y les predispone a aceptar, que la verdadera enseñanza del evangelio, es la de Saulo y no lo es la de otros evangelizadores. Obvio que puede pensarse aquí en una descalificación a las enseñanzas y autoridad de los doce apóstoles verdaderos. Les hace presuponer de antemano, a sus lectores, que él, Saulo, sí les presentó a ellos a Jesús, incluso cuando, en verdad, aparentando presentarles a Jesús, les estaba presentando a Saulo, estaba exaltando a Saulo. Si usted da por hecho que Saulo es veraz, estas frases no se evalúan, da por sentado que todas son verdad y que Saulo es un héroe, que lo ha “salvado” del error. Nada más lejos de la verdad. Pero si da por posible que no necesariamente Saulo es veraz, ni, mucho menos, sus palabras son la palabra de Dios, ve entonces la forma en que Saulo, magistralmente, los induce a error.)  Solo quiero que me respondan a esto: ¿Recibieron el Espíritu por las obras que demanda la ley, o por la fe con que aceptaron el mensaje? (¿De cuál mensaje recibido habla Saulo? ¿el mensaje de Saulo? Saulo los induce a creer, que con leer las epístolas que él les escribió, ya con eso recibieron, nada más y nada menos, que el Espíritu santo. Esto es una blasfemia contra el Espíritu santo, porque solo se recibe el Espíritu santo verdadero, con las palabras de Jesús, las de los cuatro evangelios, y las de nadie además de estas. Porque son ellas en sí mismas el Espíritu Santo, la palabra del Padre y de Jesús, que es su Espíritu. Solo en medio de los cuatro evangelios está el cordero, solo allí está la verdadera presencia de Dios. Si deseas estar en su presencia has de leer los cuatro evangelios. Ver apocalipsis 4:6-11) ¿Tan torpes son? (realmente les está diciendo torpes en sus caras, tanto a los gálatas, como a los miles de millones de desprevenidos lectores, durante estos largos dos mil años. Les está diciendo que son torpes, que son insensatos, incapaces de entender, si no creen que son divinas, estas palabras humanas del grandioso Saulo. Los está menospreciando en su capacidad de entender, los está condicionando, de tal forma, que si desconfían de la divinidad de las palabras de Saulo, “son torpes”. Tanto a los gálatas como a todos los miles de millones que han leído esta epístola, los ha confrontado diciéndoles que si dudan del carácter divino de las enseñanzas de Saulo, son unos torpes. Esto es programación de sus mentes.)  Después de haber comenzado con el Espíritu, (Saulo insiste que ya, con las palabras humanas de Saulo, recibieron la palabra de Dios, recibieron a Dios, recibieron el Espíritu santo, los engaña, con palabras fáciles de mal interpretar, a los gálatas y a los miles de millones de sus lectores sumisos.) ¿pretenden ahora perfeccionarse con esfuerzos humanos? ¿Tanto sufrir, para nada? (¿Sufrir quién? ¿Jesús o Saulo? Saulo les echa en cara, su supuesto esfuerzo, de gastarse su vida predicando, “el evangelio según Saulo”, el falaz evangelio del grandioso anticristo. Les está cobrando el esfuerzo y el haber sufrido por ellos. Es el colmo que no vean cuanta perfidia, cuanta falacia.) ¡Si es que de veras fue para nada! Al darles Dios su Espíritu y hacer milagros entre ustedes, (Saulo los induce a creer que ese espíritu, esas enseñanzas, son las de él, que les fueron dadas con milagros, también de Saulo, que crean en Saulo, por los milagros de Saulo. Les está haciendo creer que Saulo les dio el espíritu santo con las palabras de Saulo. Esto es usurpar el espíritu de Dios en las mentes de sus ingenuos seguidores.)  ¿lo hace por las obras que demanda la ley o por la fe con que han aceptado el mensaje? (Saulo repite esta misma frase falaz del versículo 2. A partir de esta frase mentirosa dan por hecho que al aceptar con fe las enseñanzas de Saulo, aceptaron a Jesús.)  6 Así fue con Abraham: «Le creyó a Dios, y esto se le tomó en cuenta como justicia». Por lo tanto, sepan que los descendientes de Abraham son aquellos que viven por la fe. En efecto, la Escritura, habiendo previsto que Dios justificaría por la fe a las naciones, anunció de antemano el evangelio a Abraham: «Por medio de ti serán bendecidas todas las naciones». Así que los que viven por la fe son bendecidos junto con Abraham, el hombre de fe. (Saulo, con estas sutiles palabras, amarra la fe de los cristianos, a que crean en sus enseñanzas, porque al hablar de esa fe, habla de la aceptación de las enseñanzas de Saulo. Si creen en Abraham, en la promesa, ellos reciben la fe por medio de Saulo y sus enseñanzas, que son su espíritu. Saulo toma cautivo a Abraham, y a la promesa, en estas frases de difícil inteligencia, para que sus seguidores den por hecho, que si creen en Saulo serán iguales a Abraham. Saulo no se hace de lado para que crean en Jesús. Saulo presenta a Saulo, todo el tiempo. Él usurpa el trono de las palabras de Dios, el trono del Espíritu santo, con sus propias palabras, con sus propias enseñanzas.)
10 Todos los que viven por las obras que demanda la ley están bajo maldición, porque está escrito: «Maldito sea quien no practique fielmente todo lo que está escrito en el libro de la ley». 11 Ahora bien, es evidente que por la ley nadie es justificado delante de Dios, porque «el justo vivirá por la fe». 12 La ley no se basa en la fe; por el contrario, «quien practique estas cosas vivirá por ellas». 13 Cristo nos rescató de la maldición de la ley al hacerse maldición por nosotros, pues está escrito: «Maldito todo el que es colgado de un madero». 14 Así sucedió, para que, por medio de Cristo Jesús, la bendición prometida a Abraham llegara a las naciones, y para que por la fe recibiéramos el Espíritu según la promesa. (Saulo toma cautiva la enseñanza del verdadero evangelio Jesús, en las mentes de sus seguidores, con estas bien elaboradas frases, porque les hace creer que serán justos y vivirán por la fe, si creen en el supuesto Jesús que Saulo presenta, pero los desvía hacia Saulo, con astucia y finas falacias, y no se dan cuenta.)

La ley y la promesa
15 Hermanos, voy a ponerles un ejemplo: aun en el caso de un pacto humano, nadie puede anularlo ni añadirle nada una vez que ha sido ratificado. 16 Ahora bien, las promesas se le hicieron a Abraham y a su descendencia. La Escritura no dice: «y a los descendientes», como refiriéndose a muchos, sino: «y a tu descendencia», dando a entender uno solo, que es Cristo. 17 Lo que quiero decir es esto: La ley, que vino cuatrocientos treinta años después, no anula el pacto que Dios había ratificado previamente; de haber sido así, quedaría sin efecto la promesa. 18 Si la herencia se basa en la ley, ya no se basa en la promesa; pero Dios se la concedió gratuitamente a Abraham mediante una promesa. 19 Entonces, ¿cuál era el propósito de la ley? Fue añadida por causa de las transgresiones hasta que viniera la descendencia a la cual se hizo la promesa. La ley se promulgó por medio de ángeles, por conducto de un mediador. 20 Ahora bien, no hace falta mediador si hay una sola parte, y sin embargo Dios es uno solo. 21 Si esto es así, ¿estará la ley en contra de las promesas de Dios? ¡De ninguna manera! Si se hubiera promulgado una ley capaz de dar vida, entonces sí que la justicia se basaría en la ley. 22 Pero la Escritura declara que todo el mundo es prisionero del pecado, para que mediante la fe en Jesucristo lo prometido se les conceda a los que creen. 23 Antes de venir esta fe, la ley nos tenía presos, encerrados hasta que la fe se revelara. 24 Así que la ley vino a ser nuestro guía encargado de conducirnos a Cristo, para que fuéramos justificados por la fe. 25 Pero, ahora que ha llegado la fe, ya no estamos sujetos al guía. (Saulo usa algo verdadero, y un dato muy interesante, que primero vino la promesa a Abraham, luego vino la ley, y luego vino la gracia de Jesús. Pero en verdad la ley remplazó a la promesa, que en verdad no era para toda la descendencia de Abraham, puesto que el pueblo de Israel, no eran todos los descendientes de Abraham, la ley no era para los hijos de Ismael, ni para los hijos de Esaú, la ley era solo para el pueblo de Israel. Luego, la gracia de Jesús reemplazó a la ley, puesto que la llevó a la perfección, y los doce apóstoles no nos obligaron a seguir los mandatos de la ley de Moisés. Solo dejaron vigente de la ley “que se abstengan de lo que fue sacrificado a los ídolos, y de sangre, y de ahogado, y de fornicación”. Ver hechos 21:25. En esa fe en Jesús, que reemplazó a la ley, en verdad no hay que poner en práctica las enseñanzas de Saulo. Pero Saulo miente al apoderarse de la promesa y de la ley, con estas frases muy bien entramadas, para que los suyos se queden en la supuesta fe que Saulo les está enseñando, en muchos casos, con palabras que contradicen las enseñanzas de Jesús.)

Hijos de Dios
26 Todos ustedes son hijos de Dios mediante la fe en Cristo Jesús, 27 porque todos los que han sido bautizados en Cristo se han revestido de Cristo. 28 Ya no hay judío ni griego, esclavo ni libre, hombre ni mujer, sino que todos ustedes son uno solo en Cristo Jesús. 29 Y, si ustedes pertenecen a Cristo, son la descendencia de Abraham y herederos según la promesa. (Al leer estas inteligentes frases, sus seguidores, dan por hecho que la fe en Saulo es la misma fe en Cristo, y que el bautismo de Saulo  es el mismo bautismo de Cristo. Que el que reciba a Saulo como su Maestro celestial, aceptando que sus cartas son palabras de Dios, también recibió a Cristo al  recibir a Saulo. Aquí da a entender que siguiendo  a Saulo, son hijos de Dios. Esto es suplantación, usurpa el trono de Cristo. Pero es muy sutil. Y ha engañado y seducido a la mayor parte de la cristiandad, durante dos mil largos años.)  


Gálatas 2 (Comentarios)

Nueva Versión Internacional (NVI)

Capítulo 2

Los apóstoles aceptan a Pablo
(Este título, añadido a la epístola, por los traductores de las escrituras, dice algo que no dice en la epístola, y refleja el alto grado de seducción, falacia y extravío, aún de los más estudiosos. Ninguno de los doce apóstoles habla sobre este tema, de la inclusión de Saulo, al exclusivo “grupo cerrado” de los doce apóstoles. Por tanto, dar por hecho que lo que aquí se escribió es verdad, es ingenuidad de los seguidores de Saulo. En ninguna frase de este capítulo, dice que los apóstoles aceptaron a Saulo como apóstol de Jesús, que es lo que Saulo necesita que crean sus ingenuos seguidores, por lo que repite muchas veces en sus epístolas, que él es apóstol de Jesús. Si no obtiene que lo reconozcan como apóstol, sus extraviados seguidores, Saulo no tiene autoridad “celestial” en sus mentes. Contrario a esto, si uno es cristiano verdadero, es muy celoso, es vigilante, con lo que se dice sobre los doce, y más si se trata de críticas a su autoridad delegada por Jesús. Este capítulo de Gálatas es un robo a los lectores, es una magistral estafa, es para exaltar a Pablo, a costillas de desprestigiar a la autoridad de los doce apóstoles, y está dedicado especialmente a menospreciar la autoridad de Pedro. Vean lo que está escrito en la epístola, sin dejarse inducir a error por tan excelso maestro de la falacia, el grandioso Saulo, el humano más importante, más astuto, más sagaz, el falaz usurpador de la autoridad del Cristo en las mentes de los lectores ingenuos, el camuflado usurpador del trono celestial.)
catorce años después subí de nuevo a Jerusalén, esta vez con Bernabé, llevando también a Tito. Fui en obediencia a una revelación, y me reuní en privado con los que eran reconocidos como dirigentes, (Saulo desconoció la autoridad de los doce durante catorce años y no subió a ellos a Jerusalén, buscando lo correcto, buscando enseñanza de la doctrina apostólica. Saulo no subió a Jerusalén a reconocer la autoridad de los doce, sino que dice que subió independiente de la presencia de los doce, la cual ya dejó claro que no le importa. Subió supuestamente, “obedeciendo una misteriosa revelación propia”, muy al estilo de Saulo y sus frases ambiguas. Al escribir Saulo, que se reunió en privado con “algunos de ellos”, está dando testimonio de sí mismo, y es solo su palabra, hablando en nombre de ellos. Es más, al referirse a “algunos de ellos”, sin nombres propios, les está menospreciando la importancia de su autoridad en el cristianismo, para que sus seguidores los menosprecien también, pues solo así Saulo roba esa autoridad que no le pertenece.) y les expliqué el evangelio que predico entre los gentiles, para que todo mi esfuerzo no fuera en vano. (Está confesando que en realidad lo motiva a hacer este viaje, solo buscando proteger su ministerio, que sus ingenuos seguidores no entienden que es un ministerio extraviador, ministerio probador de la fe de los cristianos. Subió, porque necesita unir su ministerio a la autoridad apostólica, lo cual hace con hábiles y falaces frases, de él solo, hablando en nombre de los apóstoles verdaderos.) Ahora bien, ni siquiera Tito, que me acompañaba, fue obligado a circuncidarse, aunque era griego. El problema era que algunos falsos hermanos se habían infiltrado entre nosotros para coartar la libertad que tenemos en Cristo Jesús a fin de esclavizarnos. Ni por un momento accedimos a someternos a ellos, pues queríamos que se preservara entre ustedes la integridad del evangelio. (Saulo, confundiendo a los doce, con algunos cristianos infiltrados entre sus propios seguidores, en esta frase, en forma indirecta y vedada, ataca la suprema autoridad de los doce apóstoles verdaderos, tratando de destruir su valor de única autoridad humana en el cristianismo. Esta frase es uno de los principios de la rebelión vedada de Saulo, incitando a sus seguidores a desechar la autoridad total de los doce. Es tan astuto que da a entender que es posible que no se haya sometido a la autoridad de los doce, para preservar la libertad de sus seguidores. Los seduce con palabras engañosas.) En cuanto a los que eran reconocidos como personas importantes —aunque no me interesa lo que fueran, porque Dios no juzga por las apariencias—, esos tales no me impusieron nada nuevo.  (Saulo dice que se reunió con algunos de los doce. Ellos no dicen eso en escrito, predicación o discurso alguno, aunque Pedro lo llama el amado hermano Pablo, nada más, y dice que Saulo tiene puntos de difícil inteligencia, que se prestan para ser mal interpretados, por los seguidores no conocedores de las palabras de Jesús. Obviamente los doce no salieron a descalificarlo, como Saulo sí los está descalificando, en estas frases pérfidas y sediciosas, ni los doce se pusieron a sembrar divisiones, como sí lo necesitaba hacer Saulo, menospreciando la autoridad de los doce, para robar su autoridad en las mentes de sus ingenuos seguidores. Ni se pusieron los doce a arrancar la cizaña del huerto, según enseñó Jesús que no hicieran, aunque mucho lo desearan, porque haciendo así dañarían la fe en Jesús del incipiente cristianismo. Nunca hablaron de un nombre en especial, como de un único, supuesto anticristo, sino que advertían a todos, sobre los muchos anticristos que vendrían adentro del cristianismo. Porque afuera del cristianismo no hay anticristos. No hay usurpadores o desviadores de la fe, afuera del rebaño, sino que todo anticristo obra desde adentro del cristianismo, trata de robar la gloria que Jesús con nadie comparte, de ser Dios y sus palabras ser la palabra de Dios. Es adentro del cristianismo, el grandioso ministerio extraviador de Saulo, el más grande y más camuflado anticristo, que la historia humana haya podido engendrar. Más grande y más importante anticristo, más camuflado y magistral que Saulo, no ha habido ni lo habrá. Este librito, por esa consideración, es necesario que sea divulgado por debajo de los pulpitos y por debajo de los predicadores, que sea como un secreto a voces, un susurro subterráneo, para que no afecte la fe del rebaño. Que sea una verdad secreta para las masas, pero visible solo para los estudiosos, para los que buscan, para los que van deseando a fondo la verdad total y absoluta. Este librito no será multitudinario, porque es necesario que Saulo ponga a prueba a toda la cristiandad, con su ministerio extraviador, a ver si se dejan desviar de Jesús.  Al contrario, reconocieron que a mí se me había encomendado predicar el evangelio a los gentiles, de la misma manera que se le había encomendado a Pedro predicarlo a los judíos. (Está mintiendo y sus seguidores le creen, puesto que Pedro dijo muy claro, en ese mismo concilio, que a él se le había dado la misión de ser el apóstol de los gentiles. Ver hechos 15:7. Cuando en casa de Cornelio tuvo la visión de la manta llena de animales puros e impuros. Esas solo son las palabras falaces de Pablo sobre una supuesta reunión “privada” con los dirigentes, con los doce verdaderos, y en esa supuesta reunión cambiaron las misiones del cristianismo a favor de Pablo y los apóstoles nada dijeron de eso. Ingenuos los que creen estas cartas, sin leer y diferenciar, lo que dijeron, Jesús, Pedro y Juan.) El mismo Dios que facultó a Pedro como apóstol de los judíos me facultó también a mí como apóstol de los gentiles. (Saulo repite la mentira: que él fue enviado por Jesús a los gentiles y Pedro fue enviado a los judíos. Cuando en realidad Pedro fue enviado a los gentiles. Esta elaborada falacia de Saulo, para tratar de quedarse con la autoridad terrenal en el ministerio a los gentiles, no ha sido refrendada por la autoridad del cristianismo, por Pedro, Santiago o Juan, ni por alguno de los otros nueve apóstoles verdaderos.) En efecto, Jacobo, Pedro y Juan, que eran considerados columnas, al reconocer la gracia que yo había recibido, nos dieron la mano a Bernabé y a mí en señal de compañerismo, de modo que nosotros fuéramos a los gentiles y ellos a los judíos. (Pero solo son palabras de Saulo, que dice que lo aceptaron, cuando en realidad nada dice en este párrafo, para creer que los ausentes doce, sí lo aceptaron. Porque Saulo lo dice una y otra vez, dan por hecho sus ingenuos seguidores que así fue, y que en esa visita fue reconocido como el treceavo, el aborto, el no nacido, el que murió en el vientre, el que nació muerto, según palabras del mismo Saulo en otros de sus fatales párrafos. Ver 1ª a los corintios 15:8.) 10 Solo nos pidieron que nos acordáramos de los pobres, y eso es precisamente lo que he venido haciendo con esmero. (Está Saulo enseñando a sus seguidores, la levadura del fariseísmo hipócrita, del que tanto advirtió Jesús, al alardear Saulo, con bombos y platillos, de su supuesta caridad hacia los pobres. Ha alardeado Saulo, de su supuesta caridad, durante largos dos mil años, y ante miles de millones de lectores. Eso es anticristiano, entiéndanlo de una vez por todas. Y está poniendo Saulo, en boca de Santiago, Pedro y Juan, palabras y obras que no se sabe si fueron así. El falaz Saulo sigue mintiendo, y los ingenuos le siguen creyendo, y se siguen postrando, ante la falsa divinidad de las palabras escritas, por un humano insignificante, como cualquiera de nosotros, jamás comparables, con las palabras que habló Jesús, aquí en la Tierra, que sí son en verdad, “la palabra de Dios”.)

11 Pues bien, cuando Pedro fue a Antioquía, le eché en cara su comportamiento condenable. 12 Antes que llegaran algunos de parte de Jacobo, Pedro solía comer con los gentiles. Pero, cuando aquellos llegaron, comenzó a retraerse y a separarse de los gentiles por temor a los partidarios de la circuncisión. 13 Entonces los demás judíos se unieron a Pedro en su hipocresía, y hasta el mismo Bernabé se dejó arrastrar por esa conducta hipócrita. (Saulo está acusando, nada más y nada menos, que a la autoridad del cristianismo. Ver Mateo 16:19 y 18:18. “todo lo que ates en la tierra será atado en el Cielo”. Lo condena y lo ataca para destruir su autoridad. Dice que Pedro es hipócrita, cuando ese es un distintivo de los fariseos, como Saulo. Si Jesús les dio carta blanca a los doce apóstoles, Saulo no tiene ni la más mínima autoridad para cuestionar los hechos de Pedro. Pero Saulo necesita destruir la autoridad de Pedro, para poder robar, en las mentes de sus ingenuos seguidores, esa autoridad exclusiva de Pedro, de los doce, y de nadie, además de ellos.) 14 Cuando vi que no actuaban rectamente, como corresponde a la integridad del evangelio, (Aquí aprovecha Saulo para sentar cátedra de rectitud a costillas de la autoridad de los doce. Por estas nefastas frases, los doce apóstoles son menospreciados durante estos dos mil años. Es un golpe magistral de Saulo, no a Pedro, ni a los doce, sino a las mentes de sus extraviados seguidores.) le dije a Pedro delante de todos: (Y lo está diciendo ahora, y lo ha dicho una y otra vez, por dos mil años, delante de miles de millones de lectores cristianos, que Pedro no vale ni poquito en el cristianismo, que es un hipócrita, que es despreciable. Está atacando la autoridad suprema de Pedro a nivel humano, tratando de dejar al cristianismo sin su autoridad apostólica. Es importante ver que le dijo esto “delante de todos”. Es una conducta típica de un hipócrita fariseo, que pretende robar la autoridad de Pedro. Procede así, para ser visto y alabado por los hombres, para extraviar a sus ingenuos seguidores. Si en verdad hubiera sucedido lo que el falaz dice, y si Saulo fuera de verdad cristiano, entonces Saulo hubiera hablado con Pedro a solas, ver Mateo 18:15-20. Y por ningún motivo hubiera escrito tan desafortunadas frases. Así es “como de verdad corresponde a la integridad del evangelio”, que Saulo tan ladinamente invoca.) «Si tú, que eres judío, vives como si no lo fueras, ¿por qué obligas a los gentiles a practicar el judaísmo? (Es falso que Pedro estuviera obligándolos a judaizar, eso no se deduce de los hechos expuestos por Pablo. Además, no conocemos la versión de Pedro sobre lo ocurrido. Por lo que es muy fácil para Saulo, escribir mal de Pedro a kilómetros de distancia, y a sabiendas que Pedro no iba a contestar. Aquí el hipócrita queda como un héroe (falso héroe), y hace ver a la autoridad del cristianismo como una pandilla de villanos, aparentadores, superficiales, lo cual en verdad no son. Eso es lo que Saulo busca para robar la autoridad de los doce y la gloria del Cristo verdadero, por ello es el anticristo. Y los extraviados seguidores del impostor, compran sin revisarlas, todas las versiones de los hechos escritos por Saulo, obvio, son sus seguidores, les teje un velo con hilos sutiles, a sus mentes, y Pedro no está allí para desmentir lo escrito.)
15 Nosotros somos judíos de nacimiento y no “pecadores paganos”.  (Es increíble que en nombre de Jesús se diga semejante blasfemia, pero es que Saulo está escribiendo para los de Galacia, territorio de las ovejas pérdidas de la casa de Israel, y trata de comprarlos y engañarlos con frases zalameras. Aquí judaíza Saulo, hace lo mismo que criticaba, en la supuesta conducta inventada a Pedro. Es el mismo fariseo hipócrita de siempre, un lobo romano que no dejó de ser lobo, pero ahora está hablando como una oveja israelita, lo cual puede hacer, pues es ciudadano romano y es Israelita. Como si ser judío lo hiciera libre de pecado, como si ser pagano lo hiciera pecador por sí mismo. Es mentira, es absurdo.) 16 Sin embargo, al reconocer que nadie es justificado por las obras que demanda la ley, sino por la fe en Jesucristo, también nosotros hemos puesto nuestra fe en Cristo Jesús, para ser justificados por la fe en él y no por las obras de la ley; porque por estas nadie será justificado.  (Estas frases parecen perfectas, pero son de muy difícil inteligencia como las llamó Pedro, por lo que, durante miles de años, las almas se han perdido diciendo que, con solo confesar que Jesús es Cristo, ya tienen la salvación asegurada. Ver 2ª de Pedro 3:16. Que ingenuidad. Es que Saulo necesitaba esto para extraviarlos y que además creyeran que Saulo, además de Jesús, tiene “palabra de Dios” y como ya supuestamente están salvados, no importa si siguen a Saulo también. Y para su desventura, reciben esas enseñanzas humanas, como si fueran palabras escritas por su Dios.)
17 Ahora bien, cuando buscamos ser justificados por Cristo, se hace evidente que nosotros mismos somos pecadores. ¿Quiere esto decir que Cristo está al servicio del pecado? ¡De ninguna manera! 18 Si uno vuelve a edificar lo que antes había destruido, se hace transgresor. (Pone Saulo frases incoherentes, confusas, como estas últimas, y se enredan ingenuamente en ellas sus seguidores. Esto no tiene que ver con la salvación) 19 Yo, por mi parte, mediante la ley he muerto a la ley, a fin de vivir para Dios. 20 He sido crucificado con Cristo, y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí. Lo que ahora vivo en el cuerpo, lo vivo por la fe en el Hijo de Dios, quien me amó y dio su vida por mí. 21 No desecho la gracia de Dios. Si la justicia se obtuviera mediante la ley, Cristo habría muerto en vano». (Saulo habla, como si en verdad fuera la máxima autoridad cristiana. Este de estar crucificado con Cristo, es el más noble y alto deseo del alma. Esta es una enseñanza preciosa, ya que todos deseamos tener a Cristo, vivo, en carne, adentro de nosotros, ocupando el lugar de nuestra alma, siendo nuestra alma Él. Pero no es posible que esto sea dicho por un cristiano, como un hecho ya consumado, y más si es sabedor de su pequeñez y su indignidad. Pero el grandioso Saulo no puede ser humilde y aquí está siendo, cómo él es, audazmente presuntuoso, desvergonzado, y está engañando a sus seguidores al tratar de robar la cruz de Cristo, para gloria de Saulo, sin haberla sufrido. Estas falacias confunden tanto a sus ingenuos seguidores, que no se dan cuenta que aceptan que dan por hecho que Saulo está en la cruz con Cristo, aunque todos sabemos que no lo estamos. Aquí se ve clarito el ministerio de la suprema suplantación de la identidad de Cristo, por el anticristo, el usurpador, y por miles de años ni lo han visto. Es maravilloso poder entender, que personaje tan genial, aunque del lado oscuro, es grandioso y magistral usurpador ese Saulo.)