1a a Corintios 15 (Comentarios)

1 Corintios 15
Nueva Versión Internacional (NVI)

La resurrección de Cristo
1 Ahora, hermanos, quiero recordarles el evangelio que les prediqué, el mismo que recibieron y en el cual se mantienen firmes. 2 Mediante este evangelio son salvos, si se aferran a la palabra que les prediqué. De otro modo, habrán creído en vano. (Aquí está la usurpación al máximo nivel. Es descarado Saulo aquí, y así y todo, sus extraviados seguidores se tragan esas falacias, como si no lo fueran. Según este supuesto “evangelio” aparte de los cuatro evangelios de Jesús, sus seguidores son salvos, se mantienen firmes en la fe del gran Saulo. El gran ladrón les roba de frente la gloria que es de Jesús, y de nadie además de Jesús. Además les dice que es imprescindible su enseñanza, como de Dios mismo, porque si no creen en ella, habrán creído en  vano. Abran los ojos seres humanos. Abran los ojos de su entendimiento  y no traguen sin escudriñarlas tantas falacias como verdades. Si otro predicador, sea dijera esto mismo hoy en  día de inmediato los que saben  le tildarían de anticristo usurpador de la gloria de Jesús, pero como se trata del gran-dios-o Pablo, el más grande artista del engaño, no se dan  cuenta sus extraviados seguidores.) 3 Porque ante todo les transmití a ustedes lo que yo mismo recibí: que Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras, 4 que fue sepultado, que resucitó al tercer día según las Escrituras, 5 y que se apareció a Cefas, y luego a los doce. 6 Después se apareció a más de quinientos hermanos a la vez, la mayoría de los cuales vive todavía, aunque algunos han muerto. 7 Luego se apareció a Jacobo, más tarde a todos los apóstoles, 8 y por último, como a uno nacido fuera de tiempo, se me apareció también a mí. (Aquí no dice que lo recibió de los apóstoles, sino que lo deja abierto para que sus seguidores piensen que lo recibió de Jesús directamente, puesto que en otras cartas denigra de los 12 apóstoles verdaderos de Jesús. Con declaraciones así en sus epístolas consigue que sus extraviados seguidores crean que se apareció Jesús a él, que le nombró Jesús apóstol, que lo hizo el treceavo.) 9 Admito que yo soy el más insignificante de los apóstoles y que ni siquiera merezco ser llamado apóstol, porque perseguí a la iglesia de Dios. (Al decir que es el más insignificante de los apóstoles hace que sus seguidores acepten que sí es un apóstol.) 10 Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y la gracia que él me concedió no fue infructuosa. Al contrario, he trabajado con más tesón que todos ellos, (Esto no debería suceder en el verdadero cristianismo, porque mientras los doce se negaban  a sí mismos y no andaban haciendo alarde de los que hacían, según les enseñó Jesús, este hijo de perdición, mucho engreído, pedante, patán, insensato, ha desviado a sus seguidores en todo el orbe durante dos mil años, y ha hecho pecar con soberbia a sus seguidores que son así de insolentes y soberbios como su maestro el gran-dios-o Saulo.) aunque no yo sino la gracia de Dios que está conmigo. 11 En fin, ya sea que se trate de mí o de ellos, esto es lo que predicamos, y esto es lo que ustedes han creído. (Afirma que la gracia de Dios está con él y hace diferenciación entre él, el gran-dios-o Saulo, y los insignificantes y humildes doce de Jesús, así lo perciben sus seguidores y así los han menospreciado en su propia casa los aparentes cristianos, los extraviados seguidores del “apóstol” Pablo.)

La resurrección de los muertos
12 Ahora bien, si se predica que Cristo ha sido levantado de entre los muertos, ¿cómo dicen algunos de ustedes que no hay resurrección? 13 Si no hay resurrección, entonces ni siquiera Cristo ha resucitado. 14 Y si Cristo no ha resucitado, nuestra predicación no sirve para nada, como tampoco la fe de ustedes. 15 Aún más, resultaríamos falsos testigos de Dios por haber testificado que Dios resucitó a Cristo, lo cual no habría sucedido, si en verdad los muertos no resucitan. 16 Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo ha resucitado. 17 Y si Cristo no ha resucitado, la fe de ustedes es ilusoria y todavía están en sus pecados. 18 En este caso, también están perdidos los que murieron en Cristo. 19 Si la esperanza que tenemos en Cristo fuera sólo para esta vida, seríamos los más desdichados de todos los mortales. 20 Lo cierto es que Cristo ha sido levantado de entre los muertos, como primicias de los que murieron. 21 De hecho, ya que la muerte vino por medio de un hombre, también por medio de un hombre viene la resurrección de los muertos. 22 Pues así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos volverán a vivir, (Esta verdad está perfecta. Bien por la sabiduría del gran Pablo, sabiduría humana que reconoce la resurrección. Por el solo hecho de reconocer la resurrección esto no hace que estas enseñanzas sean palabra de Dios. La palabra de Dios es las enseñanzas de Jesús de Nazaret, el único Mesías de Dios.) 23 pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; después, cuando él venga, los que le pertenecen. 24 Entonces vendrá el fin, cuando él entregue el reino a Dios el Padre, luego de destruir todo dominio, autoridad y poder. 25 Porque es necesario que Cristo reine hasta poner a todos sus enemigos debajo de sus pies. 26 El último enemigo que será destruido es la muerte, 27 pues Dios «ha sometido todo a su dominio». Al decir que «todo» ha quedado sometido a su dominio, es claro que no se incluye a Dios mismo, quien todo lo sometió a Cristo. 28 Y cuando todo le sea sometido, entonces el Hijo mismo se someterá a aquel que le sometió todo, para que Dios sea todo en todos. 29 Si no hay resurrección, ¿qué sacan los que se bautizan por los muertos? Si en definitiva los muertos no resucitan, ¿por qué se bautizan por ellos? (Como es habitual  en Pablo, el anterior párrafo confunde a sus extraviados seguidores, con las propias conclusiones de un ser humano que pretende que sean tomadas como palabras salidas de la boca de Dios mismo. El solo hecho de ser confusas estas frases, las hace más misteriosas para sus seguidores y con ellas el gran artista de la falacia ejerce su autoridad sobre los que le siguen, son cosas de difícil inteligencia.) 30 Y nosotros, ¿por qué nos exponemos al peligro a todas horas? 31 Que cada día muero, hermanos, es tan cierto como el orgullo que siento por ustedes en Cristo Jesús nuestro Señor. 32 ¿Qué he ganado si, sólo por motivos humanos, en Éfeso luché contra las fieras? Si los muertos no resucitan, «comamos y bebamos, que mañana moriremos». (Da pesar tener que leer esto en unas supuestas palabras de Dios. Aquí el gran Saulo cobra la factura de lo que se ha esforzado  para el nombre de Jesús. Esto es robarle la gloria a Jesús, es haber trabajado para sí y no para Dios, es enseñar a los suyos a exigir gloria para ellos, lo cual se ve que hacen los líderes del cristianismo mundial, extraviados en pos de los malos ejemplos del gran-dios-o Saulo. No solo cobra que se expuso  al peligro sino que exagera llamando a los habitantes de Éfeso, fieras. Con estos argumentos en contra de los de Éfeso, trata de predisponer mal a sus lectores porque el tema Éfeso tiene otras implicaciones para la fe, por lo que el apóstol Juan también escribió de los habitantes de Éfeso, pero todo lo contrario. Por lo demás es demasiado soberbio como para aumentar sus sufrimientos y cobrar por ellos, enseñando mal por dos mil años a sus ingenuos seguidores.) 33 No se dejen engañar: «Las malas compañías corrompen las buenas costumbres.» 34 Vuelvan a su sano juicio, como conviene, y dejen de pecar. En efecto, hay algunos de ustedes que no tienen conocimiento de Dios; para vergüenza de ustedes lo digo. (De nuevo el recurrente juicio a las ovejas que dice amar, se burla de la ignorancia de ellos, les hace matoneo delante de la iglesia a las ovejas caídas, a las que no saben mucho. Que gran falta de sabiduría y de misericordia con el que no sabe. Esto nunca es palabra de Dios, esto  es el supremo engreimiento del supuesto guía espiritual. Qué vergüenza ajena en medio del cristianismo mundial, este mal ejemplo del falso apóstol. Ni siquiera son palabras sabias humanas, son tristes palabras rastreras, provenientes de bajos pensamientos. A todas luces esto no es ni puede ser jamás palabras de Dios.)

El cuerpo resucitado
35 Tal vez alguien pregunte: « ¿Cómo resucitarán los muertos? ¿Con qué clase de cuerpo vendrán?» 36 ¡Qué tontería! Lo que tú siembras no cobra vida a menos que muera. 37 No plantas el cuerpo que luego ha de nacer sino que siembras una simple semilla de trigo o de otro grano. 38 Pero Dios le da el cuerpo que quiso darle, y a cada clase de semilla le da un cuerpo propio. 39 No todos los cuerpos son iguales: hay cuerpos humanos; también los hay de animales terrestres, de aves y de peces. 40 Así mismo hay cuerpos celestes y cuerpos terrestres; pero el esplendor de los cuerpos celestes es uno, y el de los cuerpos terrestres es otro. 41 Uno es el esplendor del sol, otro el de la luna y otro el de las estrellas. Cada estrella tiene su propio brillo. 42 Así sucederá también con la resurrección de los muertos. Lo que se siembra en corrupción, resucita en incorrupción; 43 lo que se siembra en oprobio, resucita en gloria; lo que se siembra en debilidad, resucita en poder; 44 se siembra un cuerpo natural, resucita un cuerpo espiritual. Si hay un cuerpo natural, también hay un cuerpo espiritual. 45 Así está escrito: «El primer hombre, Adán, se convirtió en un ser viviente»; el último Adán, en el Espíritu que da vida. 46 No vino primero lo espiritual sino lo natural, y después lo espiritual. 47 El primer hombre era del polvo de la tierra; el segundo hombre, del cielo. 48 Como es aquel hombre terrenal, así son también los de la tierra; y como es el celestial, así son también los del cielo. 49 Y así como hemos llevado la imagen de aquel hombre terrenal, llevaremos también la imagen del celestial. 50 Les declaro, hermanos, que el cuerpo mortal no puede heredar el reino de Dios, ni lo corruptible puede heredar lo incorruptible. 51 Fíjense bien en el misterio que les voy a revelar: No todos moriremos, pero todos seremos transformados, 52 en un instante, en un abrir y cerrar de ojos, al toque final de la trompeta. Pues sonará la trompeta y los muertos resucitarán con un cuerpo incorruptible, y nosotros seremos transformados. 53 Porque lo corruptible tiene que revestirse de lo incorruptible, y lo mortal, de inmortalidad. 54 Cuando lo corruptible se revista de lo incorruptible, y lo mortal, de inmortalidad, entonces se cumplirá lo que está escrito: «La muerte ha sido devorada por la victoria.» 55 « ¿Dónde está, oh muerte, tu victoria? ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón?» 56 El aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado es la ley. 57 ¡Pero gracias a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo! 58 Por lo tanto, mis queridos hermanos, manténganse firmes e inconmovibles, progresando siempre en la obra del Señor, conscientes de que su trabajo en el Señor no es en vano. (Que tremendo lazo de cazador para extraviar a los cristianos, que enredo que a nada lleva, que vuelta por el desierto, extraviados, engañados con palabras rimbombantes y falaces. Puras conclusiones humanas que no tienen respaldo en la palabra de Jesús. Pero como sus extraviados seguidores creen que el gran Saulo fue al supuesto tercer Cielo y descendió de allí, donde él da testimonio de sí mismo, y dice que oyó cosas sublimes que nadie más había oído, y recibió enseñanzas solo para él, entonces el gran Saulo los puede extraviar con el “destello” y el “aurea” de esta cantidad de enseñanzas engañosas. Con cuanta ligereza e imprudencia habla de cosas que desconoce, de cosas que solo el Padre de Jesús sabe. Es tanto su descaro, que logra confundir a sus extraviados seguidores, los cuales tratan de entender todas estas elucubraciones sin sentido, sobre cómo serán los seres después de esta vida. Este gran Saulo es el padre de todos los demagogos y farsantes del  cristianismo y no se dan cuenta, sino que siguen ingenuos su mal ejemplo, autorizados por esta fatídica sabiduría.)