Siempre ha sido el "apóstol Pablo". Alguien de adentro que hizo lo necesario para que sus palabras fueran tomadas como de Dios por las naciones seducidas por él. Ha usurpado el lugar de Jesús haciéndose su más grande siervo.
2a Corintios 1 (Comentarios)
EPÍSTOLA A LOS ROMANOS (Revisados en agosto de 2.021)
Epístola de Pablo a los romanos
Romanos es la más larga de las
epístolas paulinas
y es considerada su «legado teológico
más importante»,
así como su magnum opus. (Obra maestra)
Nueva Versión Internacional.
Comentarios revisados en agosto de
2.021
Capítulo 1
1 Pablo, siervo de Cristo Jesús, llamado a ser apóstol, apartado para anunciar el evangelio de
Dios, (Pablo dice esto de sí
mismo. Jesús no lo nombró apóstol. Ni el muro de la nueva Jerusalén
tiene trece fundamentos, solo tiene doce, con los nombres de los doce únicos
apóstoles verdaderos del Cordero. Apocalipsis 21:14. Tampoco las piedras
del efod del sumo sacerdote tenían trece piedras, solo tenían doce. No había trece
tribus en Israel, solo doce, como señal de los doce únicos apóstoles
verdaderos del Israel espiritual de Jesús. Éxodo 28:15-30. El muro de la
nueva Jerusalén y el efod, dicen el número exacto, cerrado y sagrado de
doce únicos apóstoles verdaderos.) 2 que por medio de sus profetas ya había prometido
en las sagradas Escrituras. 3 Este evangelio habla de su Hijo, que según la
naturaleza humana era descendiente de David, 4 pero que según el Espíritu de
santidad fue designado con poder Hijo de Dios por la resurrección. Él es
Jesucristo nuestro Señor. 5 Por
medio de él, y en honor a su nombre, recibimos el don apostólico para persuadir a todas las
naciones que obedezcan a la fe. (Con
estas frases, hábilmente, Pablo va construyendo la seguridad de sus
seguidores de que él sí es “apóstol”, cuando en realidad es solo él
diciendo que Jesús lo nombró apóstol, por fuera de los doce, el treceavo,
el aborto, según sus propias palabras. Ver 1ª cor 15:8). 6 Entre ellas están
incluidos también ustedes, a quienes Jesucristo ha llamado. 7 Les escribo a
todos ustedes, los amados de Dios que están en Roma, que han sido llamados a
ser santos. Que Dios nuestro
Padre y el Señor Jesucristo les concedan gracia y paz. (Esto lo puede decir cualquiera, pero en estas frases,
los seguidores de Pablo son inducidos a creer que Pablo ha sido enviado
a hablar en nombre de la Trinidad divina. Bendice en nombre de ellos tres,
como si tuviera intimidad con ellos y fuera su representante. Es una sutil
forma de crear una realidad que no hay. Él no fue enviado por Jesús,
ni la Trinidad le ha dado el poder de ser su representante al lado de los
doce apóstoles verdaderos de Jesús).
Pablo anhela visitar Roma
8 En primer lugar, por medio de Jesucristo doy gracias a mi Dios por
todos ustedes, pues en el mundo entero se habla bien de su fe. (Con este abusivo pero sutil juicio a la fe de los romanos
les da a creer que los puede juzgar, que él está por encima de ellos, que es su
autoridad natural, cosa que no se detienen a escudriñar, puesto que el juicio
es favorable y les agrada, lo cual les cierra los ojos para ver cómo realmente
los está condicionando a ser juzgados por él. Además, con este juicio, los hace
deseosos de hacer obras para ser vistos de los hombres, problema fariseo
censurado por Jesús. Hipocresía que encuentra el lector siempre en las cartas del
más famoso de entre todos los fariseos, el gran Pablo). 9 Dios, a quien sirvo de
corazón predicando el evangelio de su Hijo, (Da testimonio de sí mismo, se ensalza, cosa que un cristiano
verdadero jamás haría y menos tratándose de alguien que se denomina a sí mismo
como autoridad en el cristianismo. Este es un mal ejemplo que se ha propagado
por todo el cristianismo mundial. Este tipo de falacia es suave y no se nota,
por lo cual es uno de los daños más imperceptibles entre los cristianos) me es testigo de que los
recuerdo a ustedes sin cesar. 10 Siempre pido en mis oraciones que, si es la
voluntad de Dios, por fin se me abra ahora el camino para ir a visitarlos. (Es tan atrevido, que además pone a Dios por testigo, cosa
que los romanos no van a poder comprobar, y todo para posar de bueno ante los
hombres, como si no se supiera que esta es una de las actitudes que más repudió
Jesús entre los enemigos del pueblo de Dios, los hipócritas fariseos.) 11 Tengo muchos deseos de
verlos para impartirles algún don espiritual que los fortalezca; (En esta enseñanza les está haciendo creer que él, Pablo,
puede llevarles el don del espíritu Santo, que él es el portador del Espíritu
de Dios, tan válido como Jesús, o sus doce apóstoles verdaderos. Todo esto lo
va logrando con sutileza ofreciendo como astuto político, todo aquello que no
puede dar) 12
mejor dicho, para que unos a otros nos animemos con la fe que compartimos. 13
Quiero que sepan, hermanos, que, aunque hasta ahora no he podido visitarlos,
muchas veces me he propuesto hacerlo, para recoger algún fruto entre ustedes,
tal como lo he recogido entre las otras naciones. (Sigue, sutilmente fabricando en las mentes de los
romanos, y de todos los cristianos, la falsa idea que él tiene tanta autoridad,
a tal punto que puede venir a recoger frutos de ellos. Asumiendo para sí las
tareas de Jesús, se le puede ver como el usurpador. De nuevo, este otro mal
ejemplo, ha dañado las mentes de sus ingenuos seguidores, por dos mil largos
años, sin que lo sospechen siquiera, que tanta prepotencia, tanta vana gloria,
tanta adulación, no son cristianas y dañan la sociedad cristiana.) 14 Estoy en deuda con
todos, sean cultos o incultos, instruidos o ignorantes. 15 De allí mi gran
anhelo de predicarles el evangelio también a ustedes que están en Roma. 16 A la
verdad, no me avergüenzo del evangelio, pues es poder de Dios para la salvación
de todos los que creen: de los judíos, primeramente, pero también de los
gentiles. 17 De hecho, en el evangelio se revela la justicia que proviene de
Dios, la cual es por fe de principio a fin, tal como está escrito: «El justo
vivirá por la fe.»
La ira de Dios contra la humanidad
18 Ciertamente, la ira de Dios viene revelándose desde el cielo contra
toda impiedad e injusticia de los seres humanos, que con su maldad obstruyen la
verdad. (Aquí lanza sus amenazas sutiles a
todo aquel que ose estar en contra de sus enseñanzas, porque con hábil trama ha
tejido que la verdad de Dios es las enseñanzas que él ha
venido esparciendo por todo el mundo. Por tanto, da por sentado que esa
supuesta ira de Dios va a caer sobre los que se opongan a Pablo. Empieza con
una amenaza general, de la ira de Dios, y luego la diluye en otras
explicaciones. La idea que Pablo desea instalar en las mentes de los cristianos
es el temor a todo el que se oponga a sus enseñanzas, supuesta mente “divinas”) 19 Me explico: lo que se puede conocer acerca de
Dios es evidente para ellos, pues él mismo se lo ha revelado. 20 Porque desde
la creación del mundo las cualidades invisibles de Dios, es decir, su eterno
poder y su naturaleza divina, se perciben claramente a través de lo que él
creó, de modo que nadie tiene excusa. 21 A pesar de haber conocido a Dios, no
lo glorificaron como a Dios ni le dieron gracias, sino que se extraviaron en
sus inútiles razonamientos, y se les oscureció su insensato corazón. 22 Aunque
afirmaban ser sabios, se volvieron necios 23 y cambiaron la gloria del Dios
inmortal por imágenes que eran réplicas del hombre mortal, de las aves, de los
cuadrúpedos y de los reptiles. 24 Por eso Dios los entregó a los malos deseos
de sus corazones, que conducen a la impureza sexual, de modo que degradaron sus
cuerpos los unos con los otros. 25 Cambiaron
la verdad de Dios por la mentira, adorando y sirviendo a los seres creados
antes que, al Creador, quien es bendito por siempre. Amén. (Los que reciben las enseñanzas de Pablo, como palabras de
Dios mismo, los que al leer sus enseñanzas de hombre dicen que leyeron la
palabra de Dios, hacen justamente esto que Pablo está describiendo aquí.
Estas palabras juzgarán a los seguidores de Pablo, el día del
juicio final, cuando todas las máscaras sean retiradas, y se vea que
siguieron en pos de un simple hombre, nada más. Jesús advirtió que esto
pasaría, pero no se lo esperaban en Pablo. Esta, de creer que las
enseñanzas de Pablo son, o no son, palabras de Dios, es la más grande prueba a
que ha sido sometida la humanidad).
26 Por tanto, Dios los entregó a pasiones vergonzosas. En efecto, las mujeres cambiaron las relaciones
naturales por las que van contra la naturaleza. 27 Así mismo los hombres dejaron las
relaciones naturales con la mujer y se encendieron en pasiones lujuriosas los
unos con los otros. Hombres con hombres cometieron actos indecentes, y en sí
mismos recibieron el castigo que merecía su perversión. (Acusa a las mujeres del extravío de la
humanidad. Igual que sucedió en el paraíso terrenal, donde la acusada fue la
mujer. Jesús no acusó a la mujer) 28 Además, como estimaron que no valía la pena
tomar en cuenta el conocimiento de Dios, él a su vez los entregó a la
depravación mental, para que hicieran lo que no debían hacer. 29 Se han llenado
de toda clase de maldad, perversidad, avaricia y depravación. Están repletos de
envidia, homicidios, disensiones, engaño y malicia. Son chismosos, 30
calumniadores, enemigos de Dios, insolentes, soberbios y arrogantes; se
ingenian maldades; se rebelan contra sus padres; 31 son insensatos, desleales,
insensibles, despiadados. 32 Saben bien que, según el justo decreto de Dios,
quienes practican tales cosas merecen la muerte; sin embargo, no sólo siguen practicándolas,
sino que incluso aprueban a quienes las practican. (Todos estos frutos indeseables están dañando a la iglesia
de Babilonia, la que sigue a Jesús y a la vez a Pablo. Todas estas obras se dan
porque las naciones han seguido en pos de las enseñanzas de un hombre, las han
elevado a la categoría de palabras de Dios. Sin darse cuenta, han elevado a
este simple ser humano a la categoría de Jesús, otro Mesías. Por lo que ha
terminado siendo el más grande de todos los usurpadores. El más grande
anticristo de toda la historia.)
Capítulo 2
El justo juicio de Dios
1 Por tanto, no tienes
excusa tú, quienquiera que seas, cuando juzgas a los demás, pues al juzgar a
otros te condenas a ti mismo, ya que practicas las mismas cosas. (Pablo es un consumado artista del engaño, que empieza
acusando a los que son pecadores y a su vez juzga como malos a los que juzgan a
los demás. Acusa a los que acusan, cómo si igual que Jesús, estuviera por
encima del bien y del mal. Sutil mente se hace reconocer y de paso adorar
como la suprema autoridad) 2 Ahora bien,
sabemos que el juicio de Dios contra los que practican tales cosas se basa en
la verdad. 3 ¿Piensas entonces que
vas a escapar del juicio de Dios, tú que juzgas a otros y sin embargo haces lo
mismo que ellos? (Hace
exacta mente lo mismo que critica, como si él no estuviera bajo juicio,
cual si estuviera por encima de todos. Estas sutilezas no las notan sus
seguidores y con ellas teje la sutil red, en la que los atrapa, para que
adoren sus palabras a la misma altura de las palabras de Jesús,
el verdadero y único enviado a la tierra de parte de Dios.) 4 ¿No ves que desprecias las riquezas de la bondad
de Dios, de su tolerancia y de su paciencia, al no reconocer que su bondad
quiere llevarte al arrepentimiento?
5 Pero por tu obstinación y por tu corazón empedernido sigues acumulando
castigo contra ti mismo para el día de la ira, cuando Dios revelará su justo juicio. 6 Porque Dios
«pagará a cada uno según lo que merezcan sus obras». (Habla de sí mismo al hablar de otros. Pablo es el
acusador de la humanidad, a través de sus cartas. Pablo es el fiscal, Pablo es
el encargado de revelar lo malo de los seres humanos. Hasta el día del
juicio final, hasta el último día de la humanidad, cuando él mismo se quitará
su máscara, y revelará a sus seguidores, que estaban extraviados, adorando
palabras de hombres y habían dejado de lado las palabras de Jesús. Moisés es el
acusador de los judíos. Ver Juan 5:45-47. Y Pablo es el acusador de los
cristianos, en la misma medida que Moisés lo es de los judíos. Ver apocalipsis
12:10). 7 Él dará vida eterna a
los que, perseverando en las buenas obras, buscan gloria, honor e inmortalidad.
8 Pero los que por egoísmo rechazan la verdad para aferrarse a la maldad,
recibirán el gran castigo de Dios. 9 Habrá sufrimiento y angustia para todos
los que hacen el mal, los judíos, primeramente, y también los gentiles; 10 pero
gloria, honor y paz para todos los que hacen el bien, los judíos primeramente,
y también los gentiles. 11 Porque con Dios no hay favoritismos.
12 Todos los que han pecado sin conocer la ley, también perecerán sin la
ley; y todos los que han pecado conociendo la ley, por la ley serán juzgados.
13 Porque Dios no considera justos a los que oyen la ley sino a los que la
cumplen. 14 De hecho, cuando los gentiles, que no tienen la ley, cumplen por
naturaleza lo que la ley exige, ellos son ley para sí mismos, aunque no tengan
la ley. 15 Éstos muestran que llevan escrito en el corazón lo que la ley exige,
como lo atestigua su conciencia, pues sus propios pensamientos algunas veces
los acusan y otras veces los excusan. 16 Así sucederá el día en que, por medio
de Jesucristo, Dios juzgará los secretos de toda persona, como lo declara mi evangelio. ("Mi Evangelio": Usurpa el lugar de Jesús,
usurpa el evangelio de Jesús hablando de un supuesto evangelio de él, de Pablo.
Cómo si hubiera un quinto evangelio, el de Pablo, no de Jesús. Pero es que solo
hay cuatro evangelios celestiales, divinos. Los cuatro seres vivientes que
están delante del trono de Dios, que dan testimonio de Jesús por los siglos de
los siglos. Ver tetramorfo: Apocalipsis 4:6-11. Isaías 6:1-7. Ezequiel caps. 1
y 10. Esto de presentarse Pablo a sí mismo, con un supuesto evangelio propio,
es lo mismo de presentarse Pablo como que fue elevado al "tercer
Cielo", por lo que se pone a sí mismo como que ha descendido del cielo.
Son las falacias del anticristo, para hacerse adorar, como semejante al Mesías,
pero con sutilezas que sus seguidores estarán siempre dispuestos a pasar por
alto.)
Los judíos y la ley
17 Ahora bien, tú que llevas el nombre de judío; que dependes de la ley
y te jactas de tu relación con Dios; 18 que conoces su voluntad y sabes
discernir lo que es mejor porque eres instruido por la ley; 19 que estás
convencido de ser guía de los ciegos y luz de los que están en la oscuridad, 20
instructor de los ignorantes, maestro de los sencillos, pues tienes en la ley
la esencia misma del conocimiento y de la verdad; 21 en fin, tú que enseñas a
otros, ¿no te enseñas a ti mismo? Tú que predicas contra el robo, ¿robas? 22 Tú
que dices que no se debe cometer adulterio, ¿adulteras? Tú que aborreces a los
ídolos, ¿robas de sus templos? 23 Tú que te jactas de la ley, ¿deshonras a Dios
quebrantando la ley? 24 Así está escrito: «Por causa de ustedes se blasfema el
nombre de Dios entre los gentiles.» (Esto
es la continuación de la acusación permanente e implacable a los judíos en la
ley mosaica. Esto es una trampa, en la cual Pablo ha hecho caer a miles de
millones de cristianos, que aplican estas palabras a su propio cristianismo.
Hace que los cristianos obren para ser vistos de los hombres, obren para que
los gentiles digan esto o aquello. Aparentan perfección, como los antiguos
fariseos, supuesta mente para que los no creyentes no hablen mal del
cristianismo. Es una sutil trampa, porque las personas terminan hasta
creyéndose culpables, si alguien no cree en Jesús, porque son cristianos no
perfectos. Cuando la verdad es que solo puede llegar dónde Jesús aquel ser
humano al cual el Padre le permita entender que Jesús es su Mesías. No es una
deducción humana, reconocer al Mesías, es una elección del Padre, en su
insondable soberanía, que decide él a quien llama y a quien no llama para que
entre al sendero de Jesús. Ver Juan 6: 44 y 65) 25 La circuncisión tiene valor si observas la ley;
pero si la quebrantas, vienes a ser como un incircunciso. 26 Por lo tanto, si
los gentiles cumplen los requisitos de la ley, ¿no se les considerará como si
estuvieran circuncidados? 27 El que no está físicamente circuncidado, pero
obedece la ley, te condenará a ti que, a pesar de tener el mandamiento escrito
y la circuncisión, quebrantas la ley. 28 Lo exterior no hace a nadie judío, ni
consiste la circuncisión en una señal en el cuerpo. 29 El verdadero judío lo es
interiormente; y la circuncisión es la del corazón, la que realiza el Espíritu,
no el mandamiento escrito. Al que es judío así, lo alaba Dios y no la gente.
Capítulo 3
Fidelidad de Dios
1 Entonces, ¿qué se gana con ser judío, o qué valor tiene la
circuncisión? 2 Mucho, desde cualquier punto de vista. En primer lugar, a los
judíos se les confiaron las palabras mismas de Dios. 3 Pero entonces, si a
algunos les faltó la fe, ¿acaso su falta de fe anula la fidelidad de Dios? 4
¡De ninguna manera! Dios es siempre veraz, aunque el hombre sea mentiroso. Así
está escrito: «Por eso, eres justo en tu sentencia, y triunfarás cuando te
juzguen.» 5 Pero si nuestra injusticia pone de relieve la justicia de Dios,
¿qué diremos? ¿Que Dios es injusto al descargar sobre nosotros su ira? (Hablo
en términos humanos.) 6 ¡De ninguna manera! Si así fuera, ¿cómo podría Dios
juzgar al mundo? 7 Alguien podría objetar: «Si mi mentira destaca la verdad de Dios y así aumenta su gloria,
¿por qué todavía se me juzga como pecador? (En este párrafo se puede aplicar a él mismo la propia
palabra de Pablo y se aplica perfecto a su propia mentira, a sus falacias tan
bien elaboradas. Su mentira, su verdadera identidad de anticristo camuflado,
cuando es descubierta, destaca la verdad de Dios, y aumenta la gloria y la
alabanza de la sabiduría, de aquel que determinó que todas estas pruebas de las
falacias de Pablo, las tuviéramos que vivir todos los cristianos, sin
excepción, en toda la Tierra. Dios es fiel a su palabra. Hemos de ser probados,
para ser aprobados de Dios. Y Pablo es la más grande prueba para toda la
humanidad, es la abominable desolación en el lugar santo. Prueba anunciada por
Jesús.) 8 ¿Por qué no decir hagamos
lo malo para que venga lo bueno?» Así nos calumnian algunos, asegurando que eso
es lo que enseñamos. ¡Pero bien merecida
se tienen la condenación! (En
realidad, los que pasen la prueba, de las falaces enseñanzas de Pablo, son eso
bueno que viene del mal que ha descendido sobre toda la humanidad, para ser
probadas todas las almas humanas, a ver quién le cree a Jesús y quién se deja
extraviar por elaboradas falacias del impostor. Por esto no todo el mundo le
cree a Pablo, no todos se dejaron llevar de sus zalamerías desde el principio.
Pablo aquí sigue con eso de condenar personas, él, como si fuera Dios mismo,
robando los exclusivos atributos de Dios, algo que ningún cristiano verdadero,
según Jesús, puede hacer. De paso, sutilmente Pablo entonces incita a sus
seguidores a condenar a otros, y haciendo así, a condenarse a sí mismos. Así
son las falacias sutiles de Pablo).
No hay un solo justo
9 ¿A qué conclusión llegamos? ¿Acaso los judíos somos mejores? ¡De
ninguna manera! Ya hemos demostrado que tanto los judíos como los gentiles
están bajo el pecado. 10 Así está escrito: «No hay un solo justo, ni siquiera
uno; 11 no hay nadie que entienda, nadie que busque a Dios. 12 Todos se han
descarriado, a una se han corrompido. No hay nadie que haga lo bueno; ¡no hay
uno solo!» 13 «Su garganta es un sepulcro abierto; con su lengua profieren
engaños.» «¡Veneno de víbora hay en sus labios!» 14 «Llena está su boca de
maldiciones y de amargura.» 15 «Veloces son sus pies para ir a derramar sangre;
16 dejan ruina y miseria en sus caminos, 17 y no conocen la senda de la paz.»
18 «No hay temor de Dios delante de sus ojos.» (A primera vista estas palabras parecen ser de altísima
sabiduría, pero en realidad son juicio sobre toda la humanidad. No son bondad,
son maldad. Son acusación a todos los humanos de parte del hijo del diablo, de
parte del equipo acusador de los seres humanos. Si el hombre no gusta de buscar
el bien, ve solo esto, la maldad del juicio del anticristo. Pero todo hombre
que busca el bien, guiado por las enseñanzas de Jesús, no ve solo este caos,
este infierno, sino que ve también la gran bondad que hay en la humanidad. Además,
Pablo induce a sus extraviados seguidores a hacer el mal, porque los induce a
ver el mal en los demás y a juzgar a los demás, y que se olviden de ver bondad
en los seres humanos. Sus seguidores son hijos del juicio, son acusadores. Con
esta acusación sin darles esperanzas, Pablo hace un sendero que millones
transitan hacia el mal, hacia dejar de lado la búsqueda de la verdad, de la
sabiduría, del bien, de la santidad, de la perfección.) 19 Ahora bien, sabemos que
todo lo que dice la ley, lo dice a quienes están sujetos a ella, para que todo
el mundo se calle la boca y quede convicto delante de Dios. 20 Por tanto, nadie
será justificado en presencia de Dios por hacer las obras que exige la ley; más
bien, mediante la ley cobramos conciencia del pecado.
La justicia mediante la fe
21 Pero ahora, sin la mediación de la ley, se ha manifestado la justicia
de Dios, de la que dan testimonio la ley y los profetas. 22 Esta justicia de
Dios llega, mediante la fe en Jesucristo, a todos los que creen. De hecho, no
hay distinción, 23 pues todos han pecado y están privados de la gloria de Dios,
24 pero por su gracia son justificados gratuitamente mediante la redención que
Cristo Jesús efectuó. 25 Dios lo ofreció como un sacrificio de expiación que se
recibe por la fe en su sangre, para así demostrar su justicia. Anteriormente,
en su paciencia, Dios había pasado por alto los pecados; 26 pero en el tiempo
presente ha ofrecido a Jesucristo para manifestar su justicia. De este modo
Dios es justo y, a la vez, el que justifica a los que tienen fe en Jesús.
27 ¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál principio?
¿Por el de la observancia de la ley? No, sino por el de la fe. 28 Porque
sostenemos que todos somos justificados por la fe, y no por las obras que la
ley exige. 29 ¿Es acaso Dios sólo Dios de los judíos? ¿No lo es también de los
gentiles? Sí, también es Dios de los gentiles, 30 pues no hay más que un solo
Dios. Él justificará por la fe a los que están circuncidados y, mediante esa
misma fe, a los que no lo están. 31 ¿Quiere decir que anulamos la ley con la
fe? ¡De ninguna manera! Más bien, confirmamos la ley. (Pablo no está contradiciendo a Santiago cuando dice que
muéstrame sin obras tu fe, que yo te mostraré por las obras mi fe, que es nula
la fe sin obras. Aquí Pablo habla de la observancia de la ley de Moisés. No
habla de la consecuencia ineludible de creer en Jesús, que es hacer lo que Él
nos mandó. Si no hace lo que ordenó Jesús, es que no le cree ni lo sigue. Según
el mismo Jesús enseñó. Entonces es la obediencia a Jesús, hacer las obras que
Jesús ordenó, lo único que confirma la fe en Jesús.)
Capítulo 4
Abraham, justificado por la fe
1 Entonces, ¿qué diremos en el caso de nuestro antepasado Abraham? 2 En
realidad, si Abraham hubiera sido justificado por las obras, habría tenido de
qué jactarse, pero no delante de Dios. 3 Pues ¿qué dice la Escritura? «Le creyó Abraham a Dios, y esto se le tomó en
cuenta como justicia.» (Abraham
creyó que esa injusticia, que ese asesinato de Isaac venía de parte del Dios
verdadero. Para Abraham era imposible saber, que aquel que le había hablado no
era Dios, sino un ángel, Luzbel, disfrazado de Dios, tentándole, para que, en
nombre del amor, hiciera el acto más contrario al amor: asesinar a otro.
Le tentó, para que, en nombre de la obediencia, hiciera el acto más rebelde a
la vida, quitar la vida. Y más grave aún, quitar la vida a un niño indefenso.
Para Abraham era imposible saber, que esta suplantación que hacía Luzbel, en
nombre de Dios, había sido autorizada por Dios, en su sabiduría, para cumplir
su propósito de poner a prueba a todos los seres humanos. Por esto, un acto
atroz, un vil crimen, lo más depravado del obrar humano, un acto que en sí
mismo es horriblemente malo, a los ojos de cualquier ser humano, fue contado a
justicia, debido a la ignorancia insalvable de Abraham, que no sabía que era el
diablo y no Dios, quien le había hablado. Dios le tomó esa desobediencia a
la vida y al amor, como fe, como justicia. Si cualquier ser humano está debajo
de un árbol y desciende del cielo un ser luminoso, luzbel, y le dice que es
Dios mismo, le cree, pues descendió del Cielo un ser poderoso con un mensaje.
Para Abraham era imposible saber que no era Dios. Por eso Abraham creyó que era
Dios y le fue contado a Justicia, no porque creyó sin más, sino porque iba a
obedecer, y tuvo que ser detenido por otro ángel. Obedecer es la fe. La fe sola
sin obediencia es cizaña, es nada, en verdad no es fe.)
4 Ahora bien, cuando alguien trabaja, no se le toma en cuenta el salario
como un favor sino como una deuda. 5 Sin embargo, al que no trabaja, sino que
cree en el que justifica al malvado, se le toma en cuenta la fe como justicia.
6 David dice lo mismo cuando habla de la dicha de aquel a quien Dios le
atribuye justicia sin la mediación de las obras: 7 «¡Dichosos aquellos a
quienes se les perdonan las transgresiones y se les cubren los pecados! 8
¡Dichoso aquel cuyo pecado el Señor no tomará en cuenta!» 9 ¿Acaso se ha
reservado esta dicha sólo para los que están circuncidados? ¿Acaso no es
también para los gentiles? Hemos dicho que a Abraham se le tomó en cuenta la fe
como justicia. 10 ¿Bajo qué circunstancias sucedió esto? ¿Fue antes o después
de ser circuncidado? ¡Antes, y no después! 11 Es más, cuando todavía no estaba
circuncidado, recibió la señal de la circuncisión como sello de la justicia que
se le había tomado en cuenta por la fe. Por tanto, Abraham es padre de todos
los que creen, aunque no hayan sido circuncidados, y a éstos se les toma en
cuenta su fe como justicia. 12 Y también es padre de aquellos que, además de
haber sido circuncidados, siguen las huellas de nuestro padre Abraham, quien
creyó cuando todavía era incircunciso.
(Abraham no solo creyó. Él obedeció, e hizo lo que se le ordenó. Volvemos a lo
mismo de Santiago, que descalifica la fe sin obras, y también Jesús descalifica
la fe sin obras, a lo largo de todas sus enseñanzas. ¿Entonces por qué a los
cristianos les dio por creer, que tienen asegurada la salvación, con solo decir
que creen en el nombre de Jesús, sin tener que obedecer, ni hacer lo más
mínimo? Esto es la cizaña del huerto, es obra de un enemigo de los seres
humanos, Pablo el anticristo. La cizaña es parecida al trigo, pero no lleva
fruto. La cizaña será quemada al final, el día del juicio. Con sus falaces
enseñanzas Pablo, les va haciendo creer que con solo decir que son de Cristo ya
están salvos. Ese es su grandísimo ministerio extraviador. El más falaz de
todos los falaces del planeta. El astuto probador, el hijo del diablo, la
abominable desolación en el lugar que no debe.)
13 En efecto, no fue mediante la ley como Abraham y su descendencia
recibieron la promesa de que él sería heredero del mundo, sino mediante la fe,
la cual se le tomó en cuenta como justicia. 14 Porque si los que viven por la
ley fueran los herederos, entonces la fe no tendría ya ningún valor y la
promesa no serviría de nada. 15 La ley, en efecto, acarrea castigo. Pero donde
no hay ley, tampoco hay transgresión. 16 Por eso la promesa viene por la fe, a
fin de que por la gracia quede garantizada para toda la descendencia de
Abraham; esta promesa no es sólo para los que son de la ley sino para los que
son también de la fe de Abraham, quien es el padre que tenemos en común 17
delante de Dios, tal como está escrito: «Te he confirmado como padre de muchas
naciones.» Así que Abraham creyó en el Dios que da vida a los muertos y que
llama las cosas que no son como si ya existieran. 18 Contra toda esperanza,
Abraham creyó y esperó, y de este modo llegó a ser padre de muchas naciones,
tal como se le había dicho: «¡Así de numerosa será tu descendencia!» 19 Su fe
no flaqueó, aunque reconocía que su cuerpo estaba como muerto, pues ya tenía
unos cien años, y que también estaba muerta la matriz de Sara. 20 Ante la
promesa de Dios no vaciló como un incrédulo, sino que se reafirmó en su fe y
dio gloria a Dios, 21 plenamente convencido de que Dios tenía poder para
cumplir lo que había prometido. 22 Por eso se le tomó en cuenta su fe como
justicia. 23 Y esto de que «se le tomó en cuenta» no se escribió sólo para
Abraham, 24 sino también para nosotros. Dios tomará en cuenta nuestra fe como justicia,
pues creemos en aquel qué *levantó de entre los muertos a Jesús nuestro Señor.
25 Él fue entregado a la muerte por nuestros pecados, y resucitó para nuestra
justificación. (Sin darse cuenta, con estas bien
elaboradas enseñanzas, los cristianos dan por hecho que la fe sin obras es viva
y no muerta, que la fe sin obediencia es válida para Dios. El texto en sí mismo
no miente, pero está tan bien elaborado, que en esas palabras se basan, para extraviarse los seguidores de Pablo,
hacia una fe de cizaña, una fe sin frutos, una fe sin obras, una fe de solo
himnos y alabanzas, una fe de labios, pero vacía de obediencia. Es el
descalabro de los que se pierden, de los que se extravían en pos de otros seres
humanos, y no siguen en pos de las enseñanzas de Jesús. Ay de los hijos de
Pablo. Serán llevados lejos de Jesús y no se darán cuenta hasta el día del
juicio final, … las vírgenes necias.)
Capítulo 5
Paz y alegría
1 En consecuencia, ya que hemos sido justificados mediante la fe,
tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo. 2 También por medio
de él, y mediante la fe, tenemos acceso a esta gracia en la cual nos mantenemos
firmes. Así que nos regocijamos en la esperanza de alcanzar la gloria de Dios. (Sí, somos justificados mediante la fe, pero solamente
cuando la fe se perfecciona, cuando obedecemos. Aquí Pablo no está diciendo lo
contrario, pero al dar por hecho que ya estamos justificados, sus seguidores no
creen que necesiten obedecer para que su fe sea probada y ahí sí, ser
justificados por la fe, por lo que se extravían con estas frases de difícil
inteligencia, como las llamó el verdadero apóstol de los gentiles, Pedro. Ver
Hechos 10:1-48 y 15:7. Los seguidores de Pablo dan por hecho que ya están
justificados y que las obras, como la perseverancia, sufrimientos, sacrificios,
que Pablo menciona aquí, son añadidura. Porque para él la obediencia es
opcional y no compromete la salvación del alma. Ahí está el grandioso
ministerio extraviador del anticristo infiltrado y camuflado.) 3 Y no sólo en esto, sino
también en nuestros sufrimientos, porque sabemos que el sufrimiento produce
perseverancia; 4 la perseverancia, entereza de carácter; la entereza de carácter,
esperanza. 5 Y esta esperanza no nos defrauda, porque Dios ha derramado su amor
en nuestro corazón por el Espíritu Santo que nos ha dado. 6 A la verdad, como
éramos incapaces de salvarnos, en el tiempo señalado Cristo murió por los
malvados. 7 Difícilmente habrá quien muera por un justo, aunque tal vez haya
quien se atreva a morir por una persona buena. 8 Pero Dios demuestra su amor
por nosotros en esto: en que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por
nosotros. 9 Y ahora que hemos sido justificados por su sangre, ¡con cuánta más
razón, por medio de él, seremos salvados del castigo de Dios! 10 Porque si,
cuando éramos enemigos de Dios, fuimos reconciliados con él mediante la muerte
de su Hijo, ¡con cuánta más razón, habiendo sido reconciliados, seremos
salvados por su vida! 11 Y no sólo esto, sino que también nos regocijamos en
Dios por nuestro Señor Jesucristo, pues gracias a él ya hemos recibido la
reconciliación. (En este texto que es verdadero, da
por hecho que ya están salvos los seguidores de Pablo, que nada tienen que
hacer, porque Cristo ya hizo todo, por lo que sus seguidores, no buscan
obedecer, como algo imprescindible para la salvación de sus almas, si son
seguidores de Jesús, sino que si desobedecen tendrán una gloria menor, pero en el
Cielo, según ellos salvados del infierno, porque con solo decir con sus labios
que Jesús es su Dios, ya están asegurados en el Cielo. Y el solo hecho de decir
que Jesús es su Dios los llena y no necesitan más. Así es la grandiosa obra
extraviadora del anticristo.)
De Adán, la muerte; de Cristo, la vida
12 Por medio de un solo hombre el pecado entró en el mundo, y por medio
del pecado entró la muerte; fue así como la muerte pasó a toda la humanidad,
porque todos pecaron. 13 Antes de promulgarse la ley, ya existía el pecado en
el mundo. Es cierto que el pecado no se toma en cuenta cuando no hay ley; 14
sin embargo, desde Adán hasta Moisés la muerte reinó, incluso sobre los que no
pecaron quebrantando un mandato, como lo hizo Adán, quien es figura de aquel
que había de venir.
15 Pero la transgresión de Adán no puede compararse con la gracia de
Dios. Pues si por la transgresión de un solo hombre murieron todos, ¡cuánto más
el don que vino por la gracia de un solo hombre, Jesucristo, abundó para todos!
16 Tampoco se puede comparar la dádiva de Dios con las consecuencias del pecado
de Adán. El juicio que lleva a la condenación fue resultado de un solo pecado,
pero la dádiva que lleva a la justificación tiene que ver con una multitud de
transgresiones. 17 Pues si por la transgresión de un solo hombre reinó la
muerte, con mayor razón los que reciben en abundancia la gracia y el don de la
justicia reinarán en vida por medio de un solo hombre, Jesucristo. (Está hablando de lo escrito en el libro del génesis, y
en esa escritura no dice esto, sino todo lo contrario: dice que el hombre no
era eterno. Dice claramente, que al comer del árbol de la ciencia del bien y
del mal, el hombre se hizo como Dios y fue expulsado del paraíso para que no
tomara del árbol de la vida y viviera para siempre. Ver Génesis 3:22. Con
Jesús, el hombre puede vivir para siempre. A eso vino Jesús, a darnos la vida
eterna, algo que el hombre no había perdido, algo que el hombre no tenía. Ni
con comer de ese árbol de la ciencia del bien y del mal se le descuadraron los
planes a Dios creador, sino que eso que sucedió, con los frutos del árbol, y la
posterior expulsión del paraíso, para que el hombre pueda tener la vida eterna,
que le ofrece Jesús a algunos que el Padre elige, no a todos. Con esto Pablo
también tuerce las enseñanzas de Jesús, porque dice que por Adán todos los
hombres perdieron la vida eterna y con Jesús todos los hombres recibieron la
vida eterna. En ambas afirmaciones
falla. Jesús enseña que, de todos los seres humanos, el padre llama a los que
él desea llamar, y de los llamados pocos son escogidos. Entonces una mínima
parte de la humanidad halla la vida eterna. Pero en esa mínima parte toda la
humanidad es redimida. Pablo tuerce las escrituras, con el fin de extraviar, de
las enseñanzas de Jesús, a sus ingenuos seguidores.)
18 Por tanto, así como una sola transgresión causó la condenación de
todos, también un solo acto de justicia produjo la justificación que da vida a
todos. 19 Porque, así como por la desobediencia de uno solo muchos fueron
constituidos pecadores, también por la obediencia de uno solo muchos serán
constituidos justos. 20 En lo que atañe a la ley, ésta intervino para que
aumentara la transgresión. Pero allí donde abundó el pecado, sobreabundó la
gracia, (Románticamente, Pablo exagera
diciendo que la gracia le es propuesta en mayor medida que el pecado al hombre,
pero en realidad ambas les son propuestas en la misma medida a los hombres a
través de los tiempos. Si fuera como Pablo dice, y le fuera propuesto más el
bien que mal al hombre, si la gracia abundara más que el pecado, el hombre
tendería al bien por naturaleza, y el mal no tendría opciones de conquistar las
decisiones del hombre. El hombre no sería libre para decidir entre el bien y el
mal, que son los frutos de haber tomado del árbol de la ciencia del bien y del
mal, mencionado en el Génesis. En el pasado, los pecados de la humanidad eran
muchos menos y eran más sencillos, porque el conocimiento de la palabra de Dios
y el acceso a ella, eran mucho menores. En el siglo 21, los pecados que les son
ofrecidos a los humanos por los ángeles de Luzbel son muy sofisticados y son
miles, para equilibrar que ahora hay mucho conocimiento del bien, de las
escrituras y mucha ciencia, y los seres humanos pueden hallar la verdad más
fácil que hace siglos, por lo tanto, los pecados son más complejos y
especializados. Si no hubiera equilibrio absolutamente perfecto entre el bien y
el mal que les son propuestos a los hombres, por los ángeles de Miguel y de
Luzbel, entonces, no tendríamos libre albedrío. Al romperse mínimamente el
equilibrio del bien y del mal, se pierde el libre albedrío. Además, si no
hubiera equilibrio perfecto, aún con el paso de los siglos, los hombres de hace
cientos de años se pudieran quejar el día del juicio, porque no tenían
imprenta, libros por millones, ciencia, computadores, y muy pocos podían leer
las escrituras. Esos hombres estaban en clara desventaja respecto a los hombres
del siglo 21, para hallar la verdad. Pero los pocos y sencillos pecados con los
que ellos eran tentados, no tienen nada de comparación con los poderosos y
sofisticados pecados por miles, que le son propuestos al hombre de hoy.
Equilibrio perfecto siempre. Pablo, con sus exageraciones románticas, a favor
del bien, para conquistar los corazones ingenuos de sus seguidores, es parte de
ese mal disfrazado de bien, que les es propuesto a los cristianos. Hace parte
del equilibrio. Pero Pablo no es un ángel de Luzbel, Pablo es el hijo del
diablo, es la segunda persona de la trinidad usurpadora, es el usurpador, el
que pretende ocupar el lugar del hijo de Dios en los corazones de sus
seguidores, y sus enseñanzas son tomadas como palabras de Dios mismo, por la
gran mayoría de cristianos del mundo, y han terminado dándole a Pablo la misma
autoridad de palabra de Dios, que le dan a Jesús, con lo que hace parte de ese
equilibrio mismo, a un nivel muy elevado, por siempre, para siempre.) 21 a fin de que, así como
reinó el pecado en la muerte, reine también la gracia que nos trae
justificación y vida eterna por medio de Jesucristo nuestro Señor.
Capítulo 6
Muertos al pecado, vivos en Cristo
1 ¿Qué concluiremos? ¿Vamos a persistir en el pecado, para que la gracia
abunde? 2 ¡De ninguna manera! Nosotros, que hemos muerto al pecado, (En este texto de difícil inteligencia, Pablo pone un lazo
de cazador sobre sus seguidores. La gran mayoría dan por hecho que ya han
muerto al pecado, con solo recibir a Cristo en sus corazones. Pero en realidad
nadie, estando vivo, ha muerto al pecado definitivamente. Es un morir de cada
instante, es un morir de cada día. Y hasta los mejores cristianos, los más
sabios, piden perdón a Dios por sus pecados, todos los días, hasta el día de
sus muertes. Jamás, mientras estén respirando en esta vida, creerán que ya son
perfectos, que ya están salvos, que ya murieron al pecado, o que el juicio de
Dios lo tienen asegurado a su favor. Perfección que sí dan por hecho los
extraviados seguidores del astuto Pablo, con lo cual creen insensatamente, sin
darse cuenta, que ya está anulado el día del juicio final de Jesús, sobre
ellos. Pero en la realidad están extraviados y serán sujetos de la condenación
de Jesús ese día. Ver Mateo 7:22-23. El que se ensalza será humillado, según
sentencia Jesús. Ese día del juicio final nadie estará tranquilo, cuando Jesús
juzgue a todos los seres humanos, sin excepción alguna. Nadie estará seguro del
juicio de Dios a favor de él, todos estarán seguros de que no merecen ser
salvos, y que, si Jesús, por pura misericordia, los elige para la eternidad, en
ese día del juicio, esto sucedió cuando Jesús lo juzgó correcto y no cuando el
hombre aceptó a Jesús en su corazón. El mismo Jesús dijo que muchos son los
llamados y pocos los escogidos) ¿Cómo podemos seguir viviendo en él? 3 ¿Acaso no saben ustedes que todos
los que fuimos bautizados para unirnos con Cristo Jesús, en realidad fuimos
bautizados para participar en su muerte? 4 Por tanto, mediante el bautismo
fuimos sepultados con él en su muerte, a fin de que, así como Cristo resucitó
por el poder del Padre, también nosotros llevemos una vida nueva. 5 En efecto,
si hemos estado unidos con él en su muerte, sin duda también estaremos unidos
con él en su resurrección. 6 Sabemos que nuestra vieja naturaleza fue
crucificada con él para que nuestro cuerpo pecaminoso perdiera su poder, de
modo que ya no siguiéramos siendo esclavos del pecado; (Da por hecho que ya cambió, que ya es puro, que el pecado
es cosa del pasado, con lo que extravía a sus seguidores, y los hace aparentar
ser buenos, estar ya puros, sin pecado. Sutil extravío que hace arder en las
llamas del infierno a sus seguidores, valga decir, a los miles de millones de
sus seguidores en todo el mundo durante estos largos dos mil años.) 7 porque el que muere
queda liberado del pecado. 8 Ahora bien, si hemos muerto con Cristo, confiamos
que también viviremos con él.
(Es tan sutil y peligroso este lazo de cazador, que consigue que los cristianos
empiecen a aparentar que ya murieron al pecado. Eso era lo mismo que Jesús
condenaba en los fariseos, que aparentaban ser buenos. Pablo consigue
reestablecer viejos vicios fariseos de hipocresía en el cristianismo.) 9 Pues sabemos que Cristo,
por haber sido levantado de entre los muertos, ya no puede volver a morir; la
muerte ya no tiene dominio sobre él. 10 En cuanto, a su muerte, murió al pecado
una vez y para siempre; en cuanto a su vida, vive para Dios. 11 De la misma
manera, también ustedes considérense muertos al pecado, pero vivos para Dios en
Cristo Jesús. (Por el solo hecho de considerarse
muerto al pecado, no se está muerto al pecado, sino que, contrario a esto,
impide que el cristiano muera de verdad al pecado día a día, como algo
presente, algo que debe hacer hasta el último instante de su vida.) 12 Por lo tanto, no
permitan ustedes que el pecado reine en su cuerpo mortal, ni obedezcan a sus
malos deseos. 13 No ofrezcan los miembros de su cuerpo al pecado como
instrumentos de injusticia; al contrario, ofrézcanse más bien a Dios como
quienes han vuelto de la muerte a la vida, presentando los miembros de su
cuerpo como instrumentos de justicia. 14 Así el pecado no tendrá dominio sobre
ustedes, porque ya no están bajo la ley sino bajo la gracia.
Esclavos de la justicia
15 Entonces, ¿qué? ¿Vamos a pecar porque no estamos ya bajo la ley sino
bajo la gracia? ¡De ninguna manera! 16 ¿Acaso no saben ustedes que, cuando se
entregan a alguien para obedecerlo, son esclavos de aquel a quien obedecen?
Claro que lo son, ya sea del pecado que lleva a la muerte, o de la obediencia
que lleva a la justicia. 17 Pero gracias a Dios que, aunque antes eran esclavos
del pecado, ya se han sometido de corazón a la enseñanza que les fue
transmitida. 18 En efecto, habiendo sido liberados del pecado, ahora son
ustedes esclavos de la justicia.
(Pablo les dice que, con solo sus enseñanzas, ellos ya son cristianos, si son
sus seguidores, si se someten a las enseñanzas de Pablo, y los llama esclavos
de la justicia, es decir, le hace pensar que Pablo es la justicia. Sus
seguidores, con tantas frases que reafirman la autoridad de Pablo, dichas por
Pablo mismo, no sospechan que él, Pablo, sea el mismísimo anticristo,
desviándolos del sendero de Jesús.)
19 Hablo en términos humanos, por las limitaciones de su naturaleza
humana. (Pablo enreda a sus seguidores, con
estas frases, en las que pretende hablar como humano, en varios pasajes de sus
epístolas, y parecería que estas no son palabras de Dios entonces, según él
mismo. Las palabras de Dios son de Dios siempre, no unas sí y otras no. Así
habló Jesús, todas sus palabras son de Dios. Ni una sola palabra de Jesús no es
de Dios. Las palabras de Pablo ni una sola es palabra de Dios, son simples
palabras de hombre. Cuando Pablo les dice que algunas de sus enseñanzas son
solo humanas, les induce la mente para que crean que las demás frases si son de
Dios, les siembra confusión, lo cual es su intención real. A eso fue a lo que
vino el anticristo, a extraviar a sus seguidores.) Antes ofrecían ustedes los miembros de su cuerpo
para servir a la impureza, que lleva más y más a la maldad; ofrézcanlos ahora
para servir a la justicia que lleva a la santidad. (Pablo les hace creer a sus seguidores que, si lo siguen y
son sus discípulos, entonces son justos y son santos.) 20 Cuando ustedes eran
esclavos del pecado, estaban libres del dominio de la justicia. 21 ¿Qué fruto
cosechaban entonces? ¡Cosas que ahora los avergüenzan y que conducen a la
muerte! 22 Pero ahora que han sido liberados del pecado y se han puesto al
servicio de Dios, cosechan la santidad que conduce a la vida eterna. 23 Porque
la paga del pecado es muerte, mientras que la dádiva de Dios es vida eterna en
Cristo Jesús, nuestro Señor.
(Pablo les hace creer que siendo sus seguidores tienen a Cristo Jesús, porque
él, Pablo, tiene el poder de traerles al hijo de Dios. Sin darse cuenta, sus
extraviados seguidores aceptan que Pablo es un camino a Dios. Al hacer esto, se
hace anatema Pablo, se hace el grandioso usurpador del trono de Jesús.)
Capítulo 7
Analogía tomada del matrimonio
1 Hermanos, les hablo como a quienes conocen la ley. (Los engaña, puesto que el pueblo de la iglesia que estaba
en Roma no era israelita, no era conocedor de la ley mosaica, ni conocedor de
las enseñanzas de los profetas.) ¿Acaso no saben que uno está sujeto a la ley solamente en vida? 2 Por
ejemplo, la casada está ligada por ley a su esposo sólo mientras éste vive;
pero si su esposo muere, ella queda libre de la ley que la unía a su esposo. 3
Por eso, si se casa con otro hombre mientras su esposo vive, se le considera
adúltera. Pero si muere su esposo, ella queda libre de esa ley, y no es adúltera,
aunque se case con otro hombre. (Nada
tiene que ver esta reflexión, que sí es correcta en sí misma, sobre el
matrimonio, comparándolo incorrectamente, con morir a la ley, con morir al
pecado. El pecado no desaparece, no muere hasta el último instante de vida del
cristiano, el hombre no queda viudo del pecado, el pecado sigue vivo
tentándolo. Por tanto, el supuesto matrimonio del hombre con el pecado no se
disuelve con recibir a Jesús, ni el pecado deja de lado al hombre que recibe a
Jesús, sino solo a los que obedecen día a día a Jesús y solo mientras esta
obediencia esté. Por solo recibir a Jesús no eres salvo, tienes que obedecerle
hasta el último día de vida y pedir perdón muchas veces, por los errores
cometidos. La fe sin obras es muerta. Si no obedeces a Jesús, día a día, hasta
el último instante de tu vida, en verdad no crees en sus enseñanzas, no crees
en Jesús. Obedecer es creer. No obedecer es no creer, por tanto, la fe se
prueba con la obediencia, y la fe sin ser probada no es fe. La ley del pecado
jamás deja viudo al hombre, sino que lo acompaña hasta el último día de su
existencia.) 4 Así mismo, hermanos míos, ustedes murieron a la ley mediante el cuerpo
crucificado de Cristo, a fin de pertenecer al que fue levantado de entre los
muertos. De este modo daremos fruto para Dios. 5 Porque cuando nuestra
naturaleza pecaminosa aún nos dominaba, las malas pasiones que la ley nos
despertaba actuaban en los miembros de nuestro cuerpo, y dábamos fruto para
muerte. 6 Pero ahora, al morir a lo que nos tenía subyugados, hemos quedado libres
de la ley, a fin de servir a Dios con el nuevo poder que nos da el Espíritu, y
no por medio del antiguo mandamiento escrito. (Vuelve y confunde a sus seguidores, haciéndolos creer que ya
son salvos, que ya no están sujetos a errar, que ya no están sujetos a
equivocarse, que al estar en la gracia que él les dice que están, entonces ya
están por encima del bien y del mal, como Dios.)
Conflicto con el pecado
7 ¿Qué concluiremos? ¿Que la ley es pecado? ¡De ninguna manera! Sin
embargo, si no fuera por la ley, no me habría dado cuenta de lo que es el
pecado. Por ejemplo, nunca habría sabido yo lo que es codiciar si la ley no
hubiera dicho: «No codicies.» 8 Pero el pecado, aprovechando la oportunidad que
le proporcionó el mandamiento, despertó en mí toda clase de codicia. Porque
aparte de la ley el pecado está muerto. 9 En otro tiempo yo tenía vida aparte
de la ley; pero cuando vino el mandamiento, cobró vida el pecado y yo morí. 10
Se me hizo evidente que el mismo mandamiento que debía haberme dado vida me
llevó a la muerte; 11 porque el pecado se aprovechó del mandamiento, me engañó,
y por medio de él me mató. (Esta
afirmación también es falaz, parece verdadera, pero es engañosa, es
extraviadora. les dice que la ley no es mala, pero también les dice que, si no
hubiera venido la ley, no habría venido el pecado, con lo cual también les dice
que la ley es la madre del pecado. Son palabras de hombre, son errores normales
de hombre estas enseñanzas. Hasta ahí todo bien, porque todos tenemos derecho a
equivocarnos. Pero al ser tomadas como palabras de Dios, por sus extraviados
seguidores, entonces no pueden tener errores, sino que han de ser verdades
absolutas de Dios, palabras eternas y perfectas. Por lo que estos errores
humanos de Pablo, se convierten en la abominable desolación que ha estado
usurpando, durante dos mil años, el lugar que no debe, se convierten en
usurpadoras de las palabras del verdadero Dios, Jesús.)
12 Concluimos, pues, que la ley es santa, y que el mandamiento es santo,
justo y bueno. 13 Pero entonces, ¿lo que es bueno se convirtió en muerte para
mí? ¡De ninguna manera! Más bien fue el pecado lo que, valiéndose de lo bueno,
me produjo la muerte; ocurrió así para que el pecado se manifestara claramente,
o sea, para que mediante el mandamiento se demostrara lo extremadamente malo
que es el pecado. 14 Sabemos, en efecto, que la ley es espiritual.
Pero yo soy meramente humano, y estoy vendido como esclavo al pecado. 15 No
entiendo lo que me pasa, pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco. 16
Ahora bien, si hago lo que no quiero, estoy de acuerdo en que la ley es buena;
17 pero, en ese caso, ya no soy yo quien lo lleva a cabo sino el pecado que
habita en mí. 18 Yo sé que en mí, es decir, en mi naturaleza pecaminosa, nada
bueno habita. Aunque deseo hacer lo bueno, no soy capaz de hacerlo. 19 De
hecho, no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero. 20 Y si hago lo
que no quiero, ya no soy yo quien lo hace sino el pecado que habita en mí. 21
Así que descubro esta ley: que cuando quiero hacer el bien, me acompaña el mal.
22 Porque en lo íntimo de mi ser me deleito en la ley de Dios; 23 pero me doy
cuenta de que en los miembros de mi cuerpo hay otra ley, que es la ley del
pecado. Esta ley lucha contra la ley de mi mente, y me tiene cautivo. 24 ¡Soy
un pobre miserable! ¿Quién me librará de este cuerpo mortal? 25 ¡Gracias a Dios
por medio de Jesucristo nuestro Señor! En conclusión, con la mente yo mismo me
someto a la ley de Dios, pero mi naturaleza pecaminosa está sujeta a la ley del
pecado. (Ahora los vuelve a enredar y
reconoce lo que había negado antes, cuando les dijo que ya están bajo la
gracia, pero ahora les dice que nunca estarán bajo la gracia sino sometidos al pecado,
aunque no quieran. Dice las dos afirmaciones contrarias a la vez y no le
importa. Al final afirma que está bajo la acción del pecado. Así sus
seguidores, unas veces se creen buenos y otras veces se creen pecadores y se
confunden, porque no piensan en Jesús sino en la mente enredada de un simple e
insignificante ser humano, como todos nosotros, un tal Pablo de Tarso, al cual
le han dado sus seguidores el título abusivo y falaz de “palabra de Dios”, casi
nada el errorcito.)
Capítulo 8
Vida mediante el Espíritu
1 Por lo tanto, ya no hay ninguna condenación para los que están unidos
a Cristo Jesús, 2 pues por medio de él la ley del Espíritu de vida me ha
liberado de la ley del pecado y de la muerte. (Esta afirmación es ambigua, puesto que da a entender a
sus seguidores que, si siguen a Pablo, están unidos a Cristo y libres de la ley
del pecado y de la muerte. Sus seguidores creen que ya están libres del pecado,
porque el Jesús que Pablo les da, ya venció al pecado por ellos, y ellos ya
están libres pues Pablo les dice que él ya está liberado de la ley del pecado.
Así es como sus ingenuos seguidores pierden todas las batallas contra el
pecado. Deja también, muy convenientemente para Pablo sin explicar, deja en el
vacío, qué es lo que quiere decir con esto de estar unidos a Cristo, puesto que
no les va a enseñar que estar unidos a Cristo es recibir las enseñanzas de
Cristo y las de nadie más en el trono reservado para Dios en sus almas. Esto es
justamente lo que no le sirve a Pablo que hagan los cristianos, por eso es por
lo que los extravía.) 3 En efecto, la ley no pudo liberarnos porque la naturaleza pecaminosa
anuló su poder; por eso Dios envió a su propio Hijo en condición semejante a
nuestra condición de pecadores, para que se ofreciera en sacrificio por el
pecado. Así condenó Dios al pecado en la naturaleza humana, 4 a fin de que las
justas demandas de la ley se cumplieran en nosotros, que no vivimos según la
naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu. (Esto es un enredo, con el cual confunde a sus seguidores,
porque la ley está afuera del ser humano y la naturaleza pecaminosa está
adentro del ser humano. Además, Cristo está afuera del hombre y la naturaleza
pecaminosa está adentro del hombre. Solo si el hombre hace entrar entonces a
Cristo, leyendo y aceptando las enseñanzas de Jesús, llevándolas al trono de
Dios, adentro de sus mentes, entonces esas enseñanzas ayudan al hombre a vencer
la naturaleza pecaminosa. Pero Pablo, y sus simples enseñanzas humanas, no
tiene ese poder, como sí lo creen sus ingenuos y extraviados seguidores que,
por arte de magia, por decir que Jesús es Dios, y no con la obediencia a las
enseñanzas de Jesús, ya vencieron al pecado que vive adentro de ellos. Pablo es
el creador de los muertos vivientes.) 5 Los que viven conforme a
la naturaleza pecaminosa fijan la mente en los deseos de tal naturaleza; en
cambio, los que viven conforme al Espíritu fijan la mente en los deseos del
Espíritu. 6 La mentalidad pecaminosa es muerte, mientras que la mentalidad que
proviene del Espíritu es vida y paz. 7 La mentalidad pecaminosa es enemiga de
Dios, pues no se somete a la ley de Dios, ni es capaz de hacerlo. 8 Los que
viven según la naturaleza pecaminosa no pueden agradar a Dios. 9 Sin embargo,
ustedes no viven según la naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu, si es
que el Espíritu de Dios vive en ustedes. Y si alguno no tiene el Espíritu de
Cristo, no es de Cristo. (Les hace
creer que, si son sus discípulos, están siguiendo a Cristo mismo, y no a Pablo.
Usurpa el lugar del trono de cristo. Les hace creer astutamente que, si tienen
el espíritu de Pablo, aceptando sus enseñanzas como celestiales, tienen el
espíritu de Cristo. Que si rechazan el espíritu
de Pablo, rechazando como de Dios las enseñanzas de Pablo, tomando esas
enseñanzas como palabras de hombre, entonces no pueden tener a Dios. La
perfección de su trabajo no está en alejarlos de creer en Jesús, sino crear
confusión, por lo que el gran Pablo entonces es un astuto demagogo. Es una
precisa y bien elaborada red de falacias, con las que ha extraviado a miles de
millones de seres humanos durante largos dos mil años. Obviamente, han sido
engañados los que estaban destinados a ser extraviados, los que no eran de
Jesús realmente, a fondo, sino que amaron a Jesús superficialmente. Jesús, en
el anticristo, viene dando a cada uno según sus obras, en el nivel más elevado
de prueba, en la más alta y profunda batalla entre las tinieblas y la luz.) 10 Pero si Cristo está en
ustedes, el cuerpo está muerto a causa del pecado, pero el Espíritu que está en
ustedes es vida a causa de la justicia. (Les
dice, de forma subliminal que, si lo siguen a él, a Pablo, a través de las
enseñanzas de Pablo, Jesús vive en ellos.) 11 Y si el Espíritu de aquel que levantó a Jesús
de entre los muertos vive en ustedes, el mismo que levantó a Cristo de entre
los muertos también dará vida a sus cuerpos mortales por medio de su Espíritu,
que vive en ustedes. 12 Por tanto, hermanos, tenemos una obligación, pero no es
la de vivir conforme a la naturaleza pecaminosa. 13 Porque si ustedes viven
conforme a ella, morirán; pero si por medio del Espíritu dan muerte a los malos
hábitos del cuerpo, vivirán. 14 Porque todos los que son guiados por el
Espíritu de Dios son hijos de Dios. (Les
hace creer que la mentalidad pecaminosa se va a ir, con solo ellos decir que
Jesús es su Dios, y que nada más tienen que hacer, que ya con esto vencieron al
pecado. Por arte de magia, ya son salvos con solo una frase de sus labios.) 15 Y ustedes no recibieron
un espíritu que de nuevo los esclavice al miedo, sino el Espíritu que los
adopta como hijos y les permite clamar: «¡Abba! ¡Padre!» 16 El Espíritu mismo
le asegura a nuestro espíritu que somos hijos de Dios. 17 Y si somos hijos,
somos herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, pues si ahora
sufrimos con él, también tendremos parte con él en su gloria. (En estas enseñanzas les dice que él, Pablo, les trae el
Espíritu Santo. Se infiltra como dador del Espíritu Santo. Es tan abundante la
red de afirmaciones que sin darse cuenta sus seguidores aceptan sin reparos que
las palabras de Pablo son palabra de Dios. Y al lograr esto triunfa sobre ellos
y adoran a Jesús, pero también adoran, sin darse cuenta, a un simple hombre,
como a Dios.)
La gloria futura
18 De hecho, considero que en nada se comparan los sufrimientos actuales
con la gloria que habrá de revelarse en nosotros. 19 La creación aguarda con
ansiedad la revelación de los hijos de Dios, (Los engaña y les hace esperar la gloria que les ha de traer Pablo,
al hacerlos tener esperanza en la gloria que ha de revelarse en “nosotros”.) 20 porque fue sometida a
la frustración. Esto no sucedió por su propia voluntad, sino por la del que así
lo dispuso. Pero queda la firme esperanza 21 de que la creación misma ha de ser
liberada de la corrupción que la esclaviza, para así alcanzar la gloriosa
libertad de los hijos de Dios. (Aquí
habla de sí mismo, pero sus seguidores no lo ven, porque él los engaña. Él, Pablo,
es la corrupción que esclaviza a la creación, en la gran Babilonia romana,
donde él es el emperador romano, el jefe de la iglesia que adora las enseñanzas
del grandioso anticristo Pablo, como palabras de Dios. Haciéndose la iglesia
ramera que adora a Jesús, pero les han añadido las falaces enseñanzas del
anticristo como palabras de Dios. Es el reino de las tinieblas, el reino de la
suplantación, el reino de la confusión. Las tinieblas no son la oscuridad, sino
que son la confusión, la gente cree que puede ver, pero no ve, porque la
neblina les impide. Esa es la durísima prueba a que son sometidos todos los
cristianos, esa es la abominación en el lugar que no debe. Todo esto está
sucediendo por orden directa de Dios, para que la fe de todos los cristianos
sea probada bien a fondo. Ese es el llamado siniestro pacto de la niebla. Hay
luz, no hay oscuridad, pero la niebla no deja ver bien.) 22 Sabemos que toda la
creación todavía gime a una, como si tuviera dolores de parto. (Esta afirmación habla de los dolores de parto de la
verdad que está siendo suplantada por él mismo, por Pablo.) 23 Y no sólo ella, sino
también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, gemimos
interiormente, mientras aguardamos nuestra adopción como hijos, es decir, la
redención de nuestro cuerpo. (Esta
es otra falacia. Da por hecho que tiene las primicias del Espíritu Santo, lo
dice de sí mismo, no lo dice Jesús de él. Sus seguidores van aceptando la
divinidad de Pablo sin darse cuenta, con estas frases.) 24 Porque en esa esperanza
fuimos salvados. Pero la esperanza que se ve ya no es esperanza. ¿Quién espera
lo que ya tiene? 25 Pero si esperamos lo que todavía no tenemos, en la espera
mostramos nuestra constancia. 26 Así mismo, en nuestra debilidad el Espíritu
acude a ayudarnos. No sabemos qué pedir, pero el Espíritu mismo intercede por
nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras. 27 Y Dios, que
examina los corazones, sabe cuál es la intención del Espíritu, porque el
Espíritu intercede por los creyentes conforme a la voluntad de Dios.
Más que vencedores
28 Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de
quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito. 29
Porque a los que Dios conoció de antemano, también los predestinó a ser
transformados según la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre
muchos hermanos. 30 A los que predestinó, también los llamó; a los que llamó,
también los justificó; y a los que justificó, también los glorificó. 31 ¿Qué
diremos frente a esto? Si Dios está de nuestra parte, ¿quién puede estar en
contra nuestra? (Teje unas muy altas y agudas
mentiras, por las que, sus seguidores, en cientos de afirmaciones propias de
Pablo, sobre sí mismo, se rinden y le adoran, aceptando sus enseñanzas humanas
como a las palabras mismas de Dios. Han caído miles de millones de humanos en
esas elaboradas palabras que, diciendo verdades, los extravían de su verdadero
Señor. Extravían de Jesús a los incautos.)
32 El
que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros,
¿cómo no habrá de darnos generosamente, junto con él, todas las cosas? 33 ¿Quién
acusará a los que Dios ha escogido? (Creen
que han sido escogidos de Cristo, porque Pablo les está diciendo que son
escogidos, les da a entender que lo son si le siguen a él, a Pablo. Creen
mansamente que están en Cristo, si están en Pablo. Al final Pablo y Cristo es
para ellos lo mismo, en sus corazones.) Dios es el que justifica. 34 ¿Quién condenará?
Cristo Jesús es el que murió, e incluso resucitó, y está a la derecha de Dios e
intercede por nosotros. 35 ¿Quién nos apartará del amor de Cristo? ¿La tribulación,
o la angustia, la persecución, el hambre, la indigencia, el peligro, o la
violencia? 36 Así está escrito: «Por tu causa siempre nos llevan a la muerte;
¡nos tratan como a ovejas para el matadero!» 37 Sin embargo, en todo esto somos
más que vencedores por medio de aquel que nos amó. 38 Pues estoy convencido de
que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni
lo por venir, ni los poderes, 39 ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en
toda la creación, podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en
Cristo Jesús nuestro Señor. (Todas
estas afirmaciones tienen el objetivo de hacerles creer que están en Cristo al
recibir al anticristo. Les ciega sus mentes, los confunde y los extravía de
Jesús. Todo esto fue anunciado por Jesús y sus doce apóstoles verdaderos, pero
las gentes no se esperan que sea el mismísimo Pablo, justamente el usurpador,
el abominable desolador usurpando el lugar de Dios, el lugar que nadie debe
ocupar, en las mentes de sus seguidores.)
Capítulo 9
La elección soberana de Dios
1 Digo la verdad en Cristo; no miento. Mi conciencia me lo confirma
en el Espíritu Santo. (Los engaña,
dándoles a entender que su conciencia es superior a todas, porque en su
conciencia, entonces, según eso, vive el mismísimo Espíritu Santo. Se da a sí mismo
autoridad, por su conciencia humana, sujeta a errores de todo tipo, y sus seguidores,
tan ingenuos, no cuestionan este abuso. Induce, además a error a sus
seguidores, dando a entender que lo que la conciencia de ellos dicte, es el
Espíritu Santo, que se pueden alejar de las palabras y enseñanzas de Jesús y se
pueden guiar por sus propias conciencias, diga lo que diga la conciencia,
sagrado o profano, porque según Pablo, la conciencia es infalible, es divina y
no se equivoca. Fatal error, sutil falacia, que destruye a millones
de almas ingenuas, que han creído que estas bien elaboradas y fascinantes
cartas humanas, sujetas a error, son palabras de Dios mismo. Además, esa frase
es una audaz mentira, un soberano montaje. Pablo da muchos testimonios de sí
mismo, como este, a lo largo de sus cartas. Busca su propia gloria, según
Jesús, y no es veraz entonces, según enseñó Jesús. Da juicios de valor
sobre sí mismo, que no debe decir un ser humano de sí mismo, y menos a estas
alturas donde se supone la más probada sabiduría, pues lo que genera, a los
ojos de los verdaderos cristianos es desconfianza, porque se alaba a sí mismo.
Solamente Jesús podía hablar así de sí mismo, porque Jesús dijo que
estaba el Padre con Él. Pero es que Pablo tiene que hacer lo mismo que hace
Jesús, puesto que es el usurpador del trono de Jesús, el anticristo. Pablo,
dando tanto testimonio de sí mismo, induce a error a sus seguidores, que siguen
confiados su ejemplo, y se ha llenado el cristianismo de la vana gloria de sus
maestros, seguidores de Pablo.) 2 Me invade una gran
tristeza y me embarga un continuo dolor. 3 Desearía yo mismo ser maldecido y
separado de Cristo por el bien de mis hermanos, los de mi propia raza, 4 el
pueblo de Israel. (Sus seguidores, tras estas
afirmaciones, le creen que está celestialmente unido a Cristo, y estas
afirmaciones lo convierten en usurpador. Se alaba a sí mismo, da a entender que
es muy “bueno”, porque “siente supuesta tristeza”. En esto de unir su nombre al
de Jesús para tener credibilidad y autoridad él, y en esto de alabarse a sí
mismo, les enseña a sus seguidores a ser hipócritas, iguales a él. Estas
virtudes de su frase no se dicen de uno mismo, si uno es cristiano verdadero y
si uno está en el sendero de la sabiduría, en el sendero de la negación de sí
mismo y en el sendero de darle a gloria a Dios, que son el mismo sendero de
Jesús. Roba la gloria que es exclusiva de Jesús, y se la toma para su grandioso
personaje extraviador.) De ellos son la adopción como hijos, la gloria divina, los pactos, la
ley, y el privilegio de adorar a Dios y contar con sus promesas. 5 De ellos son
los patriarcas, y de ellos, según la naturaleza humana, nació Cristo, quien es
Dios sobre todas las cosas. ¡Alabado sea por siempre! Amén. 6 Ahora bien, no
digamos que la Palabra de Dios ha fracasado. Lo que sucede es que no todos los
que descienden de Israel son Israel. 7 Tampoco por ser descendientes de Abraham
son todos hijos suyos. Al contrario: «Tu descendencia se establecerá por medio
de Isaac.» 8 En otras palabras, los hijos de Dios no son los descendientes
naturales; más bien, se considera descendencia de Abraham a los hijos de la
promesa. 9 Y la promesa es ésta: «Dentro de un año vendré, y para entonces Sara
tendrá un hijo.» 10 No sólo eso. También sucedió que los hijos de Rebeca
tuvieron un mismo padre, que fue nuestro antepasado Isaac. 11 Sin embargo,
antes de que los mellizos nacieran, o hicieran algo bueno o malo, y para
confirmar el propósito de la elección divina, 12 no en base a las obras sino al
llamado de Dios, se le dijo a ella: «El mayor servirá al menor.» 13 Y así está
escrito: «Amé a Jacob, pero aborrecí a Esaú.»
14 ¿Qué concluiremos? ¿Acaso es Dios injusto? ¡De ninguna manera! 15 Es
un hecho que a Moisés le dice: «Tendré clemencia de quien yo quiera tenerla, y
seré compasivo con quien yo quiera serlo.» 16 Por lo tanto, la elección no
depende del deseo ni del esfuerzo humano sino de la misericordia de Dios. 17
Porque la Escritura le dice al faraón: «Te he levantado precisamente para
mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea proclamado por toda la
tierra.» 18 Así que Dios tiene misericordia de quien él quiere tenerla, y
endurece a quien él quiere endurecer. 19 Pero tú me dirás: «Entonces, ¿por qué
todavía nos echa la culpa Dios? ¿Quién puede oponerse a su voluntad?» 20
Respondo: ¿Quién eres tú para pedirle cuentas a Dios? «¿Acaso le dirá la olla
de barro al que la modeló: “¿Por qué me hiciste así?” » 21 ¿No tiene derecho el
alfarero de hacer del mismo barro unas vasijas para usos especiales y otras
para fines ordinarios? (Este mismo
argumento, es verdadero para explicar el siniestro ministerio, extraviador de
almas humanas, de Pablo. Dios Padre tomó a un hijo de perdición, a alguien que
ya estaba perdido para siempre, al primer gran asesino de cristianos, al que
odiaba a muerte a los apóstoles, al que, con ese odio, todos los días
blasfemaba del Espíritu Santo. Dios padre lo tomó para que fuera exaltado hasta
el lugar del hijo del diablo, el anticristo, usurpador del trono del hijo de
Dios, Jesús. Porque Dios, en su sabiduría así lo estableció para bien de toda
la humanidad, es decir, para bien de todos aquellos que sean elegidos para
superar la más dura prueba de toda la humanidad, los que vean el rostro oculto
del anticristo y huyan de su Babilonia, la que adora sus enseñanzas como
palabras de Dios.) 22 ¿Y qué si Dios, queriendo mostrar su ira y dar a conocer su poder,
soportó con mucha paciencia a los que eran objeto de su castigo y estaban
destinados a la destrucción? 23 ¿Qué si lo hizo para dar a conocer sus
gloriosas riquezas a los que eran objeto de su misericordia, y a quienes de
antemano preparó para esa gloria? 24 Ésos somos nosotros, a quienes Dios llamó
no sólo de entre los judíos sino también de entre los gentiles. 25 Así lo dice
Dios en el libro de Oseas: «Llamaré “mi pueblo” a los que no son mi pueblo; y
llamaré “mi amada” a la que no es mi amada», 26 «Y sucederá que en el mismo
lugar donde se les dijo: “Ustedes no son mi pueblo”, serán llamados “hijos del
Dios viviente”.» (En estas frases indirectamente se
revela lo que sucede entre los seguidores del gran Pablo; que llaman pueblo de
Dios a uno que no lo es. Y a los que creen
que las palabras de Pablo no son
palabras de Dios, es decir, al verdadero
pueblo de Dios, los seguidores del gran Pablo, no lo ven como el verdadero
pueblo de Dios.) 27 Isaías, por su parte, proclama respecto de Israel: «Aunque los
israelitas sean tan numerosos como la arena del mar, sólo el remanente será
salvo; 28 porque plenamente y sin demora el Señor cumplirá su sentencia en la
tierra.» 29 Así había dicho Isaías: «Si el Señor Todopoderoso no nos hubiera
dejado descendientes, seríamos ya como Sodoma, nos pareceríamos a Gomorra.»
Incredulidad de Israel
30 ¿Qué concluiremos? Pues que los gentiles, que no buscaban la
justicia, la han alcanzado. Me refiero a la justicia que es por la fe. (Esta es una verdad a medias, porque Pablo les hace creer,
a sus extraviados seguidores, que la justificación viene por aceptar la
divinidad de sus enseñanzas, por tener fe en sus enseñanzas humanas, y que las
adoren como palabras mismas de Dios. Sutilmente les hace creer que esa es la
grandiosa redención que les fue negada a los judíos y les fue dada a los
gentiles, las enseñanzas de Pablo.) 31 En cambio Israel, que iba en busca de una ley que le diera justicia,
no ha alcanzado esa justicia. 32 ¿Por qué no? Porque no la buscaron mediante la
fe sino mediante las obras, como si fuera posible alcanzarla así. Por eso
tropezaron con la «piedra de tropiezo», 33 como está escrito: «Miren que pongo
en Sion una piedra de tropiezo y una roca que hace caer; pero el que confíe en
él no será defraudado.» (¿El que
confíe en Pablo acaso? Aquí, como esta frase, hay verdades que se vuelven
falacias, hay mensajes subliminales, que inducen a sus seguidores a aceptar que
Pablo es el que da a conocer a Jesús, y trae el Espíritu Santo. Los induce a
adorar esas enseñanzas de Pablo, un simple humano, como si el mismo Dios las
hubiera escrito.)
Capítulo 10
1 Hermanos, el deseo de mi corazón, y mi oración a Dios por los
israelitas, es que lleguen a ser salvos. (Continúa con el alarde de su propia bondad. Esta es la
levadura de los fariseos, con la que enseña a sus seguidores a ser hipócritas y
a dar testimonio de sí mismos. Contra dice las enseñanzas de Jesús sobre la
humildad, una y otra vez, y cientos de veces más, y sus ingenuos y extraviados
seguidores no se dan por enterados.) 2 Puedo declarar en favor de ellos que muestran celo por Dios, (Aquí les hace creer que él, Pablo, tiene poder e
injerencia en el Cielo, les hace creer que él va a declarar a favor de las
personas o en contra de ellas el día del juicio. Todo esto es muy sutil. Pero
va presentándose a sí mismo con una autoridad y un alto poder de decisión en el
Cielo, que no tiene realmente.) Pero su celo no se basa en el conocimiento. 3 No conociendo la justicia
que proviene de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se sometieron
a la justicia de Dios. 4 De hecho, Cristo es el fin de la ley, para que todo el
que cree reciba la justicia.
5 Así describe Moisés la justicia que se basa en la ley: «Quien
practique estas cosas vivirá por ellas.» 6 Pero la justicia que se basa en la
fe afirma: «No digas en tu corazón: “¿Quién subirá al cielo?” (Es decir, para
hacer bajar a Cristo), 7 o “¿Quién bajará al abismo?” » (Es decir, para hacer
subir a Cristo de entre los muertos). 8 ¿Qué afirma entonces? «La palabra está
cerca de ti; la tienes en la boca y en el corazón.» Ésta es la palabra de fe
que predicamos: 9 que si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor, y
crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás
salvo. 10 Porque con el corazón se cree para ser justificado, pero con la
boca se confiesa para ser salvo. 11 Así dice la Escritura: «Todo el que confíe
en él no será jamás defraudado.» 12 No hay diferencia entre judíos y gentiles,
pues el mismo Señor es Señor de todos y bendice abundantemente a cuantos lo
invocan, 13 porque «todo el que invoque el nombre del Señor será salvo». (Este es otro lazo sutil de cazador. Induce a muchos a
creer que con solo decir que Jesús es el Señor ya están salvados del
infierno. Terminan olvidándose que hay que leer, o escuchar, las enseñanzas en
el evangelio de Jesús, y obedecer a Jesús, no a Pablo, ni a otros hombres.
Creer no es decir de labios que Jesús es el Señor. Sino qué, si de verdad Jesús
es el Señor, entonces obedeces sus enseñanzas, esto es creer, no porque lo diga
un ser humano, como Pablo, sino porque eso fue lo que enseñó Jesús. Por lo que,
si crees de verdad, entonces te alejas de aceptar como de Dios las falacias de
todos los que son usurpadores de la gloria de Jesús, impostores, como Pablo.)
14 Ahora bien, ¿cómo invocarán a aquel en quien no han creído? ¿Y cómo
creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán si no hay quien les
predique? 15 ¿Y quién predicará sin ser enviado? Así está escrito: «¡Qué
hermoso es recibir al mensajero que trae buenas nuevas!» 16 Sin embargo, no
todos los israelitas aceptaron las buenas nuevas. Isaías dice: «Señor, ¿quién
ha creído a nuestro mensaje?» 17 Así que la fe viene como resultado de oír el
mensaje, y el mensaje que se oye es la palabra de Cristo. 18 Pero pregunto:
¿Acaso no oyeron? ¡Claro que sí «Por toda la tierra se difundió su voz, ¡sus
palabras llegan hasta los confines del mundo!»
19 Pero insisto: ¿Acaso no entendió Israel? En primer lugar, Moisés
dice: «Yo haré que ustedes sientan envidia de los que no son nación; voy a
irritarlos con una nación insensata.» 20 Luego Isaías se atreve a decir: «Dejé
que me hallaran los que no me buscaban; me di a conocer a los que no
preguntaban por mí.» 21 En cambio, respecto de Israel, dice: «Todo el día
extendí mis manos hacia un pueblo desobediente y rebelde.» (Les trae de nuevo a las mentes la envidia, los celos,
propios del antiguo testamento, de seres humanos, sujetos a pasiones como
Moisés e Isaías. Si de verdad conocieran a Jesús, sus enseñanzas sagradas y
divinas, sabrían bien que esas incitaciones bajas no las diría Jesús. No
pondría a los que no creen en Él, a “sentir” envidia o celos. Estas son
pasiones bajas humanas, no propias de Dios. Cuan diferente es la verdadera
palabra de Dios, las enseñanzas de Jesús. Pablo es solamente un ser humano
sujeto a pasiones, como cualquiera, cuyas enseñanzas no merecen ser tenidas
como palabras de un Dios, por demás único, como Jesús, omnipotente, omnisciente
y eterno.)
Capítulo 11
El remanente de Israel
1 Por lo tanto, pregunto: ¿Acaso rechazó Dios a su pueblo? ¡De ninguna
manera! Yo mismo soy israelita, descendiente de Abraham, de la tribu de
Benjamín. 2 Dios no rechazó a su pueblo, al que de antemano conoció. ¿No saben
lo que relata la Escritura en cuanto a Elías? Acusó a Israel delante de Dios: 3
«Señor, han matado a tus profetas y han derribado tus altares. Yo soy el único
que ha quedado con vida, ¡y ahora quieren matarme a mí también!» 4 ¿Y qué le
contestó la voz divina? «He apartado para mí siete mil hombres, los que no se
han arrodillado ante Baal.» 5 Así también hay en la actualidad un remanente
escogido por gracia. 6 Y si es por gracia, ya no es por obras; porque en tal
caso la gracia ya no sería gracia. 7 ¿Qué concluiremos? Pues que Israel no
consiguió lo que tanto deseaba, pero sí lo consiguieron los elegidos. Los demás
fueron endurecidos, 8 como está escrito: «Dios les dio un espíritu insensible,
ojos con los que no pueden ver y oídos con los que no pueden oír, hasta el día
de hoy.» 9 Y David dice: «Que sus banquetes se les conviertan en red y en
trampa, en tropezadero y en castigo. 10 Que se les nublen los ojos para que no
vean, y se encorven sus espaldas para siempre.» (Aquí el gran Pablo se atribuye a sí mismo el papel de
árbitro entre el pueblo de Israel y Dios. Hasta llega al colmo de juzgar y
defender que Dios no rechazó al pueblo de Israel. Con estas frases, va tejiendo
la máscara, aquella que le sirve para ocultar su verdadera identidad, de hijo
primogénito del diablo, el gran usurpador del trono del verdadero hijo de Dios.
Pablo consigue que sus extraviados seguidores, lo vean como que es un gran juez
y una altísima autoridad en temas de Dios, los temas celestiales, reservados
solamente para Jesús el verdadero y único juez de toda la historia humana. De
estas grandes elaboraciones de argumentos abusivos de Pablo, toman ejemplo toda
esa horda de teólogos y predicadores que, amparados en los extravíos de su
maestro espiritual, el grandioso Pablo, han enredado, hasta decir no más, el
conocimiento de Dios, para los que desean empezar a estudiar y saber las
palabras de Dios, que son las palabras de Jesús. Esa es la estrategia del falso
profeta y de la bestia: que de sus bocas ha salido un río de palabras y
argumentos decididos a ahogar al pueblo que busca el conocimiento puro de Dios.
Un río de argumentos decidido a impedir que los estudiosos callen y obedezcan a
Jesús. En vez de ello, se formó una horda de habladores de enredos mal llamados
teológicos. Porque la verdad en sí misma es la teología. Ver apocalipsis 12:15)
Ramas
injertadas
11 Ahora pregunto: ¿Acaso tropezaron para no volver a levantarse? ¡De
ninguna manera! Más bien, gracias a su transgresión ha venido la salvación a
los gentiles, para que Israel sienta celos. (Induce de nuevo a sus seguidores a pensar que las bajas
pasiones como la envidia y los celos son algo normal en el Reino de Dios. Leer
el final del capítulo anterior. ROM 10:19-21. La mente de Dios no está sujeta a
bajas pasiones humanas.) 12 Pero si su transgresión ha enriquecido al mundo, es decir, si su fracaso
ha enriquecido a los gentiles, ¡cuánto mayor será la riqueza que su plena
restauración producirá! 13 Me
dirijo ahora a ustedes, los gentiles. Como apóstol que soy de ustedes, le hago
honor a mi ministerio, (Insiste
en mentir diciendo que es apóstol de Jesús. Además, esta vez, recarga el peso
de ese apostolado, en el reconocimiento que toma de sus seguidores como
apóstol, por eso les dice que es apóstol de ellos. Lentamente va tejiendo
la obligatoria aceptación de sus seguidores, repitiendo que es apóstol. No se
dan cuenta de la falacia que los destruye espiritual mente. Esta es una de las
muchas veces que Pablo induce a error a sus seguidores dando falso testimonio
de sí mismo en sus epístolas, diciendo que es apóstol de Jesús, y además
supuestamente enviado por el mismísimo Jesús a los gentiles. Leer hechos 15:7
dónde se sabe que el verdadero apóstol, enviado por Jesús a los gentiles, es
Pedro, cuando ve la visión de la sábana, en casa de Simón el curtidor, y por
medio de esa visión, es enviado por el Espíritu Santo a hablarle a Cornelio el
centurión romano. Leer Hechos 10:9-48) 14 pues quisiera ver si de
algún modo despierto los celos de mi propio pueblo, para así salvar a algunos
de ellos. (Se autodenomina salvador en las
mentes de sus extraviados seguidores. No se dan cuenta que, con este tipo de
frases, casi insignificantes, es que va tejiendo su falsa autoridad salvadora,
su ministerio usurpador del único poder salvador, exclusivo de Jesús. Es
insolente y atrevido, pero extrañamente, sus hipnotizados seguidores nada ven
de malo en que sea Pablo, y no Jesús únicamente, quien salva a algunos del
pueblo de Israel. No los llama con bondad, sino excitando en ellos bajas
pasiones humanas, como los celos y la envidia. De buen grado aceptan todo
cuanto les diga su falaz “maestro celestial”.) 15 Pues si el haberlos rechazado dio como resultado
la reconciliación entre Dios y el mundo, ¿no será su restitución una vuelta a
la vida? 16 Si se consagra la parte de la masa que se ofrece como primicias,
también se consagra toda la masa; si la raíz es santa, también lo son las
ramas.
17 Ahora bien, es verdad que algunas de las ramas han sido desgajadas, y
que tú, siendo de olivo silvestre, has sido injertado entre las otras ramas.
Ahora participas de la savia nutritiva de la raíz del olivo. 18 Sin embargo, no
te vayas a creer mejor que las ramas originales. Y si te jactas de ello, ten en
cuenta que no eres tú quien nutre a la raíz, sino que es la raíz la que te
nutre a ti. 19 Tal vez dirás: «Desgajaron unas ramas para que yo fuera
injertado.» 20 De acuerdo. Pero ellas fueron desgajadas por su falta de fe, y
tú por la fe te mantienes firme. Así que no seas arrogante sino temeroso; 21
porque si Dios no tuvo miramientos con las ramas originales, tampoco los tendrá
contigo.
22 Por tanto, considera la bondad y la severidad de Dios: severidad
hacia los que cayeron y bondad hacia ti. Pero si no te mantienes en su bondad,
tú también serás desgajado. 23 Y si ellos dejan de ser incrédulos, serán
injertados, porque Dios tiene poder para injertarlos de nuevo. 24 Después de
todo, si tú fuiste cortado de un olivo silvestre, al que por naturaleza
pertenecías, y contra tu condición natural fuiste injertado en un olivo
cultivado, ¡con cuánta mayor facilidad las ramas naturales de ese olivo serán
injertadas de nuevo en él!
Todo
Israel será salvo
25 Hermanos, quiero que entiendan este misterio para que no se vuelvan
presuntuosos. Parte de Israel se ha endurecido, y así permanecerá hasta que
haya entrado la totalidad de los gentiles. 26 De esta manera todo Israel será
salvo, como está escrito: «El redentor vendrá de Sion y apartará de Jacob la
impiedad. 27 Y éste será mi pacto con ellos cuando perdone sus pecados.» 28 Con
respecto al evangelio, los israelitas son enemigos de Dios para bien de
ustedes; pero si tomamos en cuenta la elección, son amados de Dios por causa de
los patriarcas, 29 porque las dádivas de Dios son irrevocables, como lo es
también su llamamiento. 30 De hecho, en otro tiempo ustedes fueron
desobedientes a Dios; pero ahora, por la desobediencia de los israelitas, han
sido objeto de su misericordia. 31 Así mismo, estos que han desobedecido
recibirán misericordia ahora, como resultado de la misericordia de Dios hacia
ustedes. 32 En fin, Dios ha sujetado a todos a la desobediencia, con el fin de
tener misericordia de todos. (En
este párrafo de difícil inteligencia, de difícil interpretación, han tropezado
millones, que se la pasan interpretando el fin de los tiempos, algo que
pertenece a Dios y no a los hombres. Para Dios nos hay israelitas y gentiles en
verdad, hay seres humanos y nada más y todos seremos sujetos a su mismo juicio
final, sin preferencias ni discriminaciones. Pero el gran Pablo, con amplio y
fastuoso despliegue de argumentos, hace a sus ingenuos seguidores, creer que
él, Pablo, domina el conocimiento del final de los tiempos y tiene algo de
autoridad en el día del juicio final de Jesús sobre todas las personas.)
Doxología
33 ¡Qué profundas son las riquezas de la sabiduría y del conocimiento de
Dios! ¡Qué indescifrables sus juicios e impenetrables sus caminos! 34 «¿Quién
ha conocido la mente del Señor, o quién ha sido su consejero?» 35 «¿Quién le ha
dado primero a Dios, para que luego Dios le pague?» 36 Porque todas las cosas
proceden de él, y existen por él y para él. ¡A él sea la gloria por siempre!
Amén. (Cuando escribe estas frases, Pablo
induce a sus sumisos seguidores, a creer que él, el grandioso Pablo, conoce el
universo igual que lo conoce Dios, puesto que nadie diría estas supuestas y
pretendidas “palabras sagradas”, si no conociera cuan profunda es la sabiduría
de Dios. Si estas palabras fueran un homenaje humano, una alabanza humana, una
apreciación de algo desconocido para el escritor, que apenas intuye cuan
profunda es la sabiduría de Dios, entonces serían unas preciosas palabras
humanas, palabras de abajo, de las criaturas, no pretendidas palabras de
arriba, del Cielo, como venidas del mismísimo creador, y entonces estas
palabras no tendrían error. Pero el gran Pablo, y con él todos sus ingenuos y
extraviados seguidores, pretenden que todas las palabras de Pablo, entre ellas
estas palabras, sean tenidas como palabras de Dios, absolutas, infalibles,
eternas, nada más y nada menos. Con lo que establece la falacia de dar a
entender que él, el pequeño Pablo, al igual que el gran Jesús, conoce a fondo
la sabiduría de Dios. Cuan fina, sutil y bien tejida, es la máscara, que oculta
el verdadero rostro, del grandioso usurpador de la gloria exclusiva de Jesús.)
Capítulo 12
Sacrificios vivos
1 Por lo tanto, hermanos, tomando en cuenta la misericordia de Dios, les
ruego que cada uno de ustedes, en adoración espiritual, ofrezca su cuerpo como
sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. 2 No se amolden al mundo actual,
sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán
comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta. 3 Por la gracia que se me ha dado, les
digo a todos ustedes: Nadie tenga un concepto de sí más alto que el que debe
tener, sino más bien piense de sí mismo con moderación, según la medida de fe
que Dios le haya dado. (Con
este constante dar testimonio de una supuesta gracia recibida departe de Dios,
llamándolo de variadas formas, cómo apostolado, ministerio, gracia, evangelio,
sutilmente Pablo hace que sus seguidores terminen convencidos de la
infalibilidad de sus enseñanzas y del supuesto origen divino de sus palabras.
Esto es lo que se llama falacia. Un hecho o una palabra que tiene total
apariencia de verdad, pero no lo es. Pablo, por los resultados de sus actos,
mediante las cuales ha sido seguido por miles de millones de seres humanos, que
ingenuamente creen que sus palabras son de Dios, ha sido, es y será el más
consumado artífice de la falacia, en toda la historia humana. Nadie jamás podrá
superar el trabajo extraviador del gran Pablo, tanto en la calidad de sus
falacias, hábilmente tejidas, como por la cantidad de seres humanos extraviados
con ellas. Pablo es el digno hijo de su padre, el diablo. Por esto, ningún ser
humano supera a Pablo en autoridad de las tinieblas. Así como Jesús es la
verdad, Él en sí mismo; el hijo del diablo, Pablo, el oponente de Jesús, es la
falacia, él en sí mismo. El oponente de Jesús no es el Diablo. El diablo está
bajo la autoridad de Jesús. El diablo está de igual a igual, es con el arcángel
Miguel, los cuales se enfrentan como generales de legiones de ángeles. El
oponente del hijo de Dios es el hijo del diablo, Pablo, el usurpador del trono
de Jesús en las mentes humanas. No oponente de frente, sino con falacias, para
extraviar a la gran mayoría de los seres humanos. Todo esto sucede para la
perfección del libre albedrío, dado a nosotros los humanos, para que a todos
los cristianos nos sea presentado, para que elijamos y diferenciemos el bien y
el mal, pero además nos sea presentado el mal disfrazado de bien, que es algo
que casi nadie se esperaba. El cristiano que reconozca la verdad de Jesús,
diferenciándola de las falacias del grandioso Pablo, solo ese conocerá la
verdad suprema. Eso es lo justo.) 4 Pues, así como cada uno de nosotros tiene un solo
cuerpo con muchos miembros, y no todos estos miembros desempeñan la misma
función, 5 también nosotros, siendo muchos, formamos un solo cuerpo en Cristo,
y cada miembro está unido a todos los demás. (Tremenda falacia. En esta enseñanza Pablo, desvía de las
enseñanzas de Jesús a sus seguidores, haciéndoles creer que no son individuos
ante Dios, sino partes de un cuerpo que ya está salvo. Por lo que su salvación
en parte depende de los otros seres humanos de la iglesia, del resto del cuerpo
que dan por hecho que ya está salvo. Les hace creer que no deben ser en sí
mismos como Jesús en un todo, sino que pueden ser en parte como Jesús, porque
son partes del cuerpo de Jesús. Esta es una de las más finas y elaboradas
falacias del grandioso Pablo. De aquí parte Pablo para decir que unos son
pastores, otros siervos, otros de alabanza y que cada uno toma un puesto y por
ese puesto en la iglesia es salvo. La verdad es que cada uno es uno ante Dios y
su juicio, cada uno debe negarse y no ser alguien en la iglesia, dejar esas
identidades para los de Pablo.) 6 Tenemos dones
diferentes, según la gracia que se nos ha dado. Si el don de alguien es el de
profecía, que lo use en proporción con su fe; 7 si es el de prestar un
servicio, que lo preste; si es el de enseñar, que enseñe; 8 si es el de animar
a otros, que los anime; si es el de socorrer a los necesitados, que dé con
generosidad; si es el de dirigir, que dirija con esmero; si es el de mostrar
compasión, que lo haga con alegría.
El amor
9 El amor debe ser sincero. Aborrezcan el mal; aférrense al bien. 10
Ámense los unos a los otros con amor fraternal, respetándose y honrándose
mutuamente. 11 Nunca dejen de ser diligentes; antes bien, sirvan al Señor con
el fervor que da el Espíritu. 12 Alégrense en la esperanza, muestren paciencia
en el sufrimiento, perseveren en la oración. 13 Ayuden a los hermanos
necesitados. Practiquen la hospitalidad. 14 Bendigan a quienes los persigan;
bendigan y no maldigan. 15 Alégrense con los que están alegres; lloren con los
que lloran. 16 Vivan en armonía los unos con los otros. No sean arrogantes,
sino háganse solidarios con los humildes. No se crean los únicos que saben. (Excelente párrafo de alta sabiduría humana, menos la
última frase, ¿por qué? Porque en ella obviamente se excluye él, Pablo, que
pretende ser el enviado que les trae enseñanzas de Dios, y sus seguidores en
todo el orbe, al leer sus epístolas, hacen reverencia, y dicen solemnemente:
“palabra de Dios”, por lo que baja a todos sus seguidores y solo queda él cómo “el
único que sabe”, de esa última frase, aparte de Jesús.)
17 No paguen a nadie mal por mal. Procuren hacer lo bueno delante de
todos. 18 Si es posible, y en cuanto dependa de ustedes, vivan en paz con
todos. 19 No tomen venganza, hermanos míos, sino dejen el castigo en las manos
de Dios, porque está escrito: «Mía es la venganza; yo pagaré», dice el Señor.
20 Antes bien, «Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale
de beber. Actuando así, harás que se avergüence de su conducta.» (Pablo incita a sus ingenuos seguidores a perjudicar a los
enemigos haciéndoles el bien. Es que este Pablo es un gran genio del mal, un
consumado artista de la falacia. Jesús dice que amemos a nuestros enemigos, no
dice que amontonemos ascuas de fuego sobre sus cabezas, como dice Pablo, que
abre una puerta a una sutil venganza hacia los enemigos, haciéndoles el bien,
no para bien de los enemigos, sino para derrotarlos, para humillarlos, para
condenarlos. Pero luego remata el párrafo con una enseñanza contraria, la del
versículo 21, que dice: vence con el bien el mal; para que no vean que les
inyectó, con anestesia, ese virus espiritual de soberbia, de hacer daño a sus
enemigos, hasta haciéndoles el bien. Ese virus de hacer mal a los enemigos
haciéndoles el bien, ha sido tomado al pie de la letra por miles de millones de
sus extraviados seguidores, han sido infectadas sus almas con una de las más
puras enseñanzas fariseas, las cuales adoran como “palabra de Dios”.) 21 No te dejes vencer por el mal; al contrario,
vence el mal con el bien.
Capítulo 13
El respeto a las autoridades
1 Todos deben someterse a las autoridades públicas, pues no hay
autoridad que Dios no haya dispuesto, así que las que existen fueron establecidas
por él. 2 Por lo tanto, todo el que se
opone a la autoridad se rebela contra lo que Dios ha instituido. Los que así
proceden recibirán castigo. 3 Porque los gobernantes no están para infundir
terror a los que hacen lo bueno sino a los que hacen lo malo. (Tiene razón Pablo sobre los gobernantes, que son esa
horda salvaje de miles de tiranos, asesinos, depredadores, despiadados, los
cuales, a través de la historia, en todo el planeta, han matado seres humanos
para gobernar, porque les era permitido por los sacerdotes de sus religiones, o
eran autorizados a asesinar delincuentes y opositores por los mismos pueblos
gobernados. Entonces asesinaron a sus adversarios sin inmutarse, sin
preguntarse si en últimas era prohibido por Dios matar humanos y que tan grave
e irremediable es. Ver 1ª de Juan 3:15 y 1ª de Juan 5:16-17. Pero fue que los
gobernantes asesinos fueron puestos ahí por el diablo, autorizado por Dios. Ver
Lucas 4:5-6 y mateo 4:8-9. Si alguien estudia las enseñanzas de Jesús a fondo
no se enreda con las autoridades, vive en paz, y si le corresponde soportar persecuciones
e injusticias, lo acepta en silencio como prueba que viene de lo alto para
ayudarle a negarse a sí mismo.) ¿Quieres librarte del miedo a la autoridad? Haz lo
bueno, y tendrás su aprobación, 4 pues está al servicio de Dios para tu
bien. (No siempre que haces lo bueno te
viene lo bueno de parte de los gobernantes. Lo que te venga es de parte de lo
alto para ayudarte en tu negación. El gran Pablo escribe a veces como si
viviera en su propio planeta ideal y no aquí en la Tierra.) Pero si haces lo malo, entonces debes tener
miedo. No en vano lleva la espada, pues está al servicio de Dios para impartir
justicia y castigar al malhechor. (Pablo
aquí justifica. Cuando Jesús dijo claramente que, si deseas llegar a su
reino, no puedes juzgar seres humanos, sin excepción alguna. Ningún ser humano,
por gobernante que sea, se quedará sin consecuencias por tomarse la atribución
de juzgar a otros.) 5 Así que es necesario someterse a las autoridades, no sólo para
evitar el castigo sino también por razones de conciencia. 6 Por eso mismo pagan
ustedes impuestos, pues las autoridades están al servicio de Dios, dedicadas
precisamente a gobernar. 7 Paguen a cada uno lo que le corresponda: si deben
impuestos, paguen los impuestos; si deben contribuciones, paguen las
contribuciones; al que deban respeto, muéstrenle respeto; al que deban honor,
ríndanle honor. (Se le va la mano a Pablo, exagera,
y de paso induce sutilmente a sus seguidores a ser hipócritas y aduladores con
los gobernantes, todo esto supuestamente con la aprobación de la “palabra de
Dios”. Jesús dice que al que te obligue a llevar carga durante una milla ve con
él dos. Dice que dad al César lo suyo, pero no dice que confundamos respeto y
honor con zalamería y adulación, que es lo que hacen los seguidores de Pablo
para obtener ganancias, posiciones y prebendas amparándose en estas frases confusas.)
La responsabilidad hacia los demás
8 No tengan deudas pendientes con nadie, a no ser la de amarse unos a
otros. De hecho, quien ama al prójimo ha cumplido la ley. 9 Porque los
mandamientos que dicen: «No cometas adulterio», «No mates», «No robes», «No
codicies», y todos los demás mandamientos, se resumen en este precepto:
«Ama a tu prójimo como a ti mismo.» (Aquí Pablo trae el mandato antiguo de Moisés y deroga el nuevo
de Jesús, que dice que nos amemos, no tan imperfectamente como nos amamos a nosotros
mismos, sino que nos amemos como Jesús nos ha amado. Este precepto antiguo de
Pablo y de Moisés, destruye el amor puro y verdadero, porque aceptaría que los
que no se aman no amen a los demás, estarían dentro de la ley del amor,
puesto que aman a los demás tal cual se “aman” a sí mismos. Aquí, sin darse
cuenta, Pablo está justificando que quién se odie a sí mismo, odie a los demás;
que quien se menosprecie a sí mismo, menosprecie a los demás. Esa no es la
perfección del amor divino. Jesús perfeccionó esa ley de Moisés, mal escrita,
diciendo que sus seguidores amen a los demás tal como Jesús los ha amado a
ellos, como Jesús ama a todos los seres humanos.) 10 El amor no perjudica al prójimo. Así que el amor es el cumplimiento
de la ley. 11 Hagan todo esto estando conscientes del tiempo en que vivimos. Ya
es hora de que despierten del sueño, pues nuestra salvación está ahora más
cerca que cuando inicialmente creímos. 12 La noche está muy avanzada y ya se
acerca el día. (Aquí les da a entender a sus
seguidores que él, Pablo, si sabe el día y la hora del juicio final, que él, a
la par de Jesús, tiene poder en el Cielo y conoce el porvenir. Así, suavemente,
frase a frase, va tejiendo la red que usurpa la fuente única del saber que
reside en Jesús y en nadie además de Él.) Por eso, dejemos a un lado las obras de la
oscuridad y pongámonos la armadura de la luz. 13 Vivamos decentemente, como a
la luz del día, no en orgías y borracheras, ni en inmoralidad sexual y
libertinaje, ni en disensiones y envidias. 14 Más bien, revístanse ustedes del
Señor Jesucristo, y no se preocupen por satisfacer los deseos de la naturaleza
pecaminosa. (Que buen consejo humano. Excelente,
pero porque sea la verdad eso no significa que sea palabra de Dios. Confusión
habitual en la que incurren los seguidores de Pablo.)
Capítulo 14
Los débiles y los fuertes
1 Reciban al que es débil en la fe, pero no para entrar en discusiones. 2 A algunos su fe les permite comer de
todo, pero hay quienes son débiles en la fe, y sólo comen verduras. 3 El que
come de todo no debe menospreciar al que no come ciertas cosas, y el que no
come de todo no debe condenar al que lo hace, pues Dios lo ha aceptado. 4 ¿Quién
eres tú para juzgar al siervo de otro? Que se mantenga en pie, o que caiga, es
asunto de su propio señor. Y se mantendrá en pie, porque el Señor tiene poder
para sostenerlo. 5 Hay quien considera que un día tiene más importancia que
otro, pero hay quien considera iguales todos los días. Cada uno debe estar
firme en sus propias opiniones. 6 El que le da importancia especial a cierto
día, lo hace para el Señor. El que come de todo, come para el Señor, y lo
demuestra dándole gracias a Dios; y el que no come, para el Señor se abstiene,
y también da gracias a Dios. (Solamente
Jesús habló palabra de Dios, y todo lo que habló Jesús es palabra de Dios,
puesto que solamente Jesús es Dios, ninguno de los demás escritores, es Dios.
Por lo tanto, estas palabras de Pablo, por buenas y verdaderas que sean, no han
sido, ni son, ni serán jamás, “la palabra de Dios”. El pretender que sus
enseñanzas sean divinas es lo que lo hace usurpador, lo configura como el anticristo.) 7 Porque ninguno de nosotros vive para sí mismo, ni
tampoco muere para sí. 8 Si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para
el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos o que muramos, del Señor somos. 9
Para esto mismo murió Cristo, y volvió a vivir, para ser Señor tanto de los que
han muerto como de los que aún viven. (Esto
es un sofisma. Pablo dice que vivimos para Jesús todos, da un juicio de valor
exagerado para los lectores, para que acepten que él sí vive para Jesús, puesto
que cada lector se sabe lejos de la perfección, pero creen que Pablo si está a
la altura de Jesús. En estas frases de “difícil inteligencia”, como las llamó Pedro, el gran Pablo hace que sus seguidores acepten
de antemano la gran autoridad celestial y espiritual de su maestro, Pablo.) 10 Tú, entonces, ¿por qué
juzgas a tu hermano? O tú, ¿por qué lo menosprecias? ¡Todos tendremos que
comparecer ante el tribunal de Dios! 11 Está escrito: «Tan cierto como que yo
vivo —dice el Señor—, ante mí se doblará toda rodilla y toda lengua confesará a
Dios.» 12 Así que cada uno de nosotros tendrá que dar cuentas de sí a Dios.
13 Por tanto, dejemos de juzgarnos unos a otros. Más bien, propónganse
no poner tropiezos ni obstáculos al hermano. 14 Yo, de mi parte, estoy
plenamente convencido en el Señor Jesús de que no hay nada impuro en sí mismo.
Si algo es impuro, lo es solamente para quien así lo considera. (Esto es verdad. Solamente las acciones humanas son las
puras o impuras. Pero al decir que él, de su parte, está plenamente convencido
en el Señor Jesús, Pablo está jugando con las mentes de sus lectores y
seguidores, puesto que da a entender que esta frase no pretende que sea palabra
de Dios, sino su simple opinión humana. Pero a la vez afirma que lo dice en el
Señor Jesús, por lo que les hace presuponer que él, Pablo, está en el Señor
Jesús y sus opiniones son palabras perfectamente acordes con las de Jesús. Es un
consumado artista de la falacia.)
15 Ahora bien, si tu hermano se angustia por causa de lo que comes, ya
no te comportas con amor. No destruyas, por causa de la comida, al hermano por
quien Cristo murió. 16 En una palabra, no den lugar a que se hable mal del bien
que ustedes practican, 17 porque el reino de Dios no es cuestión de comidas o
bebidas sino de justicia, paz y alegría en el Espíritu Santo. 18 El que de esta
manera sirve a Cristo, agrada a Dios y es aprobado por sus semejantes. 19 Por lo tanto, esforcémonos por promover todo lo que conduzca a la paz
y a la mutua edificación. 20 No destruyas la obra de Dios por causa de la
comida. Todo alimento es puro; lo malo es hacer tropezar a otros por lo que uno
come. 21 Más vale no comer carne ni beber vino, ni hacer nada que haga caer a
tu hermano. 22 Así que la convicción que tengas tú al respecto, mantenla como
algo entre Dios y tú. Dichoso aquel a quien su conciencia no lo acusa por lo
que hace. 23 Pero el que tiene dudas en cuanto a lo que come, se condena;
porque no lo hace por convicción. Y todo lo que no se hace por convicción es pecado. (Esto es otro peligroso sofisma, porque hace recaer la
salvación de las almas en la persona de sus seguidores, los eleva a la
categoría de salvadores. Es imposible, que porque comas tú algo “impuro” se
condene una persona. Las personas se condenan porque no le creen a Jesús, no se
condenan o se salvan, porque hayan visto a un cristiano comer o no comer algo
“impuro”. Además, sin darse cuenta, sus seguidores aceptan las enseñanzas de
los fariseos, como esa levadura que ahora está contaminando, desde adentro, al
cristianismo de los seguidores de Pablo, puesto que son llevados a hacer obras
para ser vistos de los hombres. A esta levadura de los fariseos, Jesús la llamó
hipocresía, y dijo el Señor que sus seguidores se abstuvieran de hacer sus
obras de justicia para ser vistos delos hombres, que se guardaran de la
levadura de los fariseos y saduceos. En la epístola a los gálatas cap 2: 11-14 Pablo
regaña a Pedro por hacer esto que dice que se haga. Pedro buscaba no escandalizar
a los judíos porque compartía con los gentiles. Pablo ataca a Pedro por hacer
esto que aquí mismo escribe como aconsejable y entonces se contradice.)
Capítulo 15
1 Los fuertes en la fe debemos apoyar a los débiles, en vez de hacer lo que nos
agrada. (Su falta de humildad es ramplona,
burda, cuando a sí mismo se califica como fuerte en la fe. Es el típico ejemplo
del fariseo que ora en el templo alabándose a sí mismo, aquel de la parábola de
Jesús que no es justificado, porque el que se ensalza será humillado, según
Jesús. Esto lo hace Pablo para que sus seguidores crean que él, es un poderoso
en el reino de los cielos de Jesús y no se den cuenta que Pablo es el
anticristo anunciado por Jesús y por Juan. No se dan cuenta que Pablo es el
usurpador.) 2 Cada uno debe agradar al prójimo para su bien, con el fin de
edificarlo. (Pablo sigue tratando de que sus
ingenuos seguidores se crean edificadores de los demás y les carga la
responsabilidad de edificar a otros, cuando solamente Jesús puede edificar a un
ser humano. Con destreza reduce el carácter de dios que está en Jesús y lo hace
residir en él y en todos. Pablo también insiste en que sus seguidores hagan
obras para ser vistos de los hombres, que es la levadura de los fariseos, duramente
criticada por Jesús.) 3 Porque ni siquiera Cristo se agradó a sí mismo, sino que, como está
escrito: «Sobre mí han recaído los insultos de tus detractores.» 4 De hecho,
todo lo que se escribió en el pasado se escribió para enseñarnos, a fin de que,
alentados por las Escrituras, perseveremos en mantener nuestra esperanza. 5 Que
el Dios que infunde aliento y perseverancia les conceda vivir juntos en armonía,
conforme al ejemplo de Cristo Jesús, 6 para que con un solo corazón y a una
sola voz glorifiquen al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.
7 Por tanto, acéptense mutuamente, así como Cristo los aceptó a ustedes
para gloria de Dios. 8 Les digo que Cristo se hizo servidor de los judíos para
demostrar la fidelidad de Dios, a fin de confirmar las promesas hechas a los
patriarcas, 9 y para que los gentiles glorifiquen a Dios por su compasión, como
está escrito: «Por eso te alabaré entre las naciones; cantaré salmos a tu
nombre.» 10 En otro pasaje dice: «Alégrense, naciones, con el pueblo de Dios.»
11 Y en otra parte: «¡Alaben al Señor, naciones todas! ¡Pueblos todos, cántenle
alabanzas!» 12 A su vez, Isaías afirma: «Brotará la raíz de Isaí, el que se
levantará para gobernar a las naciones; en él los pueblos pondrán su
esperanza.» 13 Que el Dios de la esperanza los llene de toda alegría y paz a
ustedes que creen en él, para que rebosen de esperanza por el poder del
Espíritu Santo. (Si estas palabras las reciben como
de un hombre no hay problema, es un deseo bondadoso de un predicador, tan
humano como cualquiera de nosotros. Pero Pablo hace que sus seguidores crean
que él, un simple hombre, puede decretar sobre ellos la bendición, obviamente
si su fe es según las enseñanzas de Pablo. Si un cristiano cree que estas
cartas de Pablo son palabra de Dios, entonces estas supuestas bendiciones son
reales, son un hecho decretado y consumado por un poderoso ser con autoridad en
los Cielos. Lo cual ha terminado siendo una frivolidad en el cristianismo enredado
con estas falacias durante dos mil años.)
Pablo, ministro de los gentiles
14 Por mi parte, hermanos míos, estoy seguro de que ustedes mismos
rebosan de bondad, abundan en conocimiento y están capacitados para instruirse
unos a otros. 15 Sin embargo, les he escrito con mucha franqueza sobre algunos
asuntos, como para refrescarles la memoria. Me he atrevido a hacerlo por causa de la gracia que Dios me dio (Pablo, luego de adularlos falsamente, puesto que estas
calificaciones solo las puede dar Jesús, insiste en autoproclamarse enviado de
parte de Dios Padre, con gracia y poder. Está tejiendo, hábil y
lentamente, la falacia para extraviar a las naciones hacia su persona,
como lo ha logrado por miles de años.) 16 para ser ministro de
Cristo Jesús a los gentiles. Yo tengo el deber sacerdotal de proclamar el
evangelio de Dios, a fin de que los gentiles lleguen a ser una ofrenda
aceptable a Dios, santificada por el Espíritu Santo. 17 Por tanto, mi servicio
a Dios es para mí motivo de orgullo en Cristo Jesús. 18 No me atreveré a hablar de nada sino de lo
que Cristo ha hecho por medio de mí para que los gentiles lleguen a obedecer a
Dios. Lo ha hecho con palabras y obras, (Pablo induce a sus seguidores a que crean que Jesús
sí lo envió con todo el poder y la autoridad de decir palabras de Dios a los
gentiles. Sus seguidores no ven la alta soberbia, con que les enseña que estar
orgulloso es algo normal no opuesto a la humildad enseñada por Jesús. Pablo insiste
en hacerse llamar apóstol de los gentiles, dejando de lado a Pedro a quien Jesús
si constituyó como apóstol de los gentiles. Todo esto sucede en Roma, la sede
de la capital del imperio gentil. No podía faltar este testimonio falso de sí
mismo en Roma.) 19 mediante poderosas señales y milagros, por el
poder del Espíritu de Dios. Así que, habiendo comenzado en
Jerusalén, he completado la proclamación del evangelio de Cristo por todas
partes, hasta la región de Iliria. 20 En efecto, mi propósito ha sido predicar
el evangelio donde Cristo no sea conocido, para no edificar sobre fundamento
ajeno. 21 Más bien, como está escrito: «Los que nunca habían recibido noticia
de él, lo verán; y entenderán los que no habían oído hablar de él.» (Soberbio, engreído, Pablo aquí usurpa la gloria de Jesús
de frente a sus seguidores, y ellos, enceguecidas sus almas, se postran, más y
más, a adorar como de Dios sus palabras. Esa es la plenitud de su ministerio.
En esta frase les hace creer que el Pablo tiene el poder del espíritu de Dios,
que supuestamente se lo concedió Jesús.) 22 Este trabajo es lo que
muchas veces me ha impedido ir a visitarlos.
Pablo piensa visitar Roma
23 Pero ahora que ya no me
queda un lugar dónde trabajar en estas regiones, y como desde hace muchos años
anhelo verlos, 24 tengo planes de visitarlos cuando vaya rumbo a España. Espero
que, después de que haya disfrutado de la compañía de ustedes por algún tiempo,
me ayuden a continuar el viaje. (Pablo habla mucho de sí mismo, de sus planes, los hacer ver cómo
tan importantes, y les contagia su soberbia, sus aires de grandeza, a todos los
que leen sus enseñanzas y creen que esas enseñanzas son de Dios. Demasiado
Pablo y poco Jesús en sus enseñanzas, estas cartas son de Pablo, por Pablo, y
para exaltación de Pablo, cartas falazmente disfrazadas de cristianismo. Así,
prepotentes y pagados de sí mismos, se comportan los teólogos que se dejaron
extraviar del anticristo, anunciado por Jesús y por Juan. Este es el ministerio
extraviador de almas del grandioso Pablo, sus confundidos seguidores, que
aceptan la soberanía de Pablo y su divinidad, al aceptar como venidas de Dios
esas enseñanzas falaces.) 25 Por ahora, voy a Jerusalén para llevar ayuda
a los hermanos, 26 ya que Macedonia y Acaya tuvieron a bien hacer una colecta para los
hermanos pobres de Jerusalén. (Pablo
alardea de su caridad como todo un buen fariseo, un hipócrita, procura ser
alabado y reconocido de los hombres. Sus seguidores han hecho igual que
Pablo durante veinte siglos. No se dan cuenta que esto es lo que justamente
denunciaba Jesús, que no hicieran la caridad para ser vistos y alabados de los
hombres, que tu caridad sea tan oculta, que tu mano izquierda no sepa lo que
hace la derecha. Pablo, audazmente, en sus escritos deroga esa enseñanza sagrada
de Jesús de que la caridad sea secreta. Se han dejado llevar de Pablo, dejando
de lado las enseñanzas divinas de Jesús.) 27 Lo hicieron de buena voluntad, aunque en
realidad era su obligación hacerlo. Porque si los gentiles han participado de
las bendiciones espirituales de los judíos, están en deuda con ellos para
servirles con las bendiciones materiales. 28 Así que, una vez que yo haya
cumplido esta tarea y entregado en sus manos este fruto, saldré para España y
de paso los visitaré a ustedes. (Esta
falacia sutil de afirmarse a sí mismo, contrario a negarse a sí mismo, sus seguidores
no la notan. Dan por hecho que Pablo es el fruto del Espíritu Santo. Para obtener
mayor beneficio material de los gentiles, para recaudar más bendiciones
materiales, les dice que están en deuda con los judíos, lo cual no es verdad.
Jesús fue dado a toda la humanidad sin precio alguno.) 29 Sé que, cuando los visite, iré con la abundante bendición de
Cristo. (Los extravía haciéndoles creer que
es enviado de Cristo, con autoridad y poder, que tiene la plenitud de Cristo.
No se dan cuenta sus seguidores como van siendo cazados con lazos sutiles.
Nadie, además de Jesús, trae la abundante bendición de Cristo.)
30 Les ruego, hermanos, por nuestro Señor Jesucristo y por el amor del
Espíritu, que se unan conmigo en esta lucha y que oren a Dios por mí. (Trata de unir a los cristianos alrededor de sí mismo, se
afirma a sí mismo, en vez de negarse, y sus seguidores no lo notan. Une a los
cristianos alrededor de él y no alrededor de Jesús, como si los cristianos no
pudieran estar alrededor de Jesús, como si la lucha de la que escribe fuese de
Pablo.) 31 Pídanle que me libre de
caer en manos de los incrédulos que están en Judea, y que los hermanos de
Jerusalén reciban bien la ayuda que les llevo. (Hace muchos alardes de su caridad pública. Pone a
sus seguidores a pensar en Pablo, en lo bueno que él es y no
piensan en Jesús. No notan que roba la gloria de Jesús, la usurpa.) 32 De este modo, por la
voluntad de Dios, llegaré a ustedes con alegría y podré descansar entre ustedes
por algún tiempo. 33 El Dios de paz sea con todos ustedes. Amén. (Es demasiado personaje, tiene demasiado ego y contamina
con ese ejemplo a sus seguidores, que por largos dos mil años se han comportado
igual de soberbios y vanos que su maestro y falso mesías al que a ciegas siguen
y reciben sus palabras como de Dios.)
Capítulo 16
Saludos personales
1 Les recomiendo a nuestra hermana Febe, diaconisa de la iglesia de
Cencreas. 2 Les pido que la reciban dignamente en el Señor, como conviene
hacerlo entre hermanos en la fe; préstenle toda la ayuda que necesite, porque
ella ha ayudado a muchas personas, entre las que me cuento yo. 3 Saluden a
Priscila y a Aquila, mis compañeros de trabajo en Cristo Jesús. 4 Por salvarme
la vida, ellos arriesgaron la suya. Tanto yo como todas las iglesias de los
gentiles les estamos agradecidos. (Falacia
que hace creer a sus seguidores que la cristiandad le debe algo a Pablo, algo que
no le debe a Jesús. Les hace creer que todos están agradecidos a Priscila
y a Aquila, por salvar la vida del grandioso adalid de la cristiandad, Pablo.
Se interpone con astucias entre sus seguidores y Jesús. Ingenuos, incautos no
ven que los están desviando del Mesías mismo, presentándoles otro grandioso
personaje, Pablo. Que supuestamente fue al Cielo y volvió con palabras que
nadie además de él ha oído, pero es mentira. Que es apóstol, pero también es
mentira. Ese mismo Pablo, que se atrevió a decir, engañado por el diablo, que
Jesús descendió por segunda vez a la tierra, se presupone que, en espíritu, a
hablar con él, y es mentira. Porque Jesús viene por segunda vez solamente en
carne el día del juicio. Jesús no viene en Espíritu ni una sola vez. Eso se lo
demostró Jesús a Tomás cuando le dijo que metiera los dedos en sus heridas. Ver
Lucas 24:39. Cuando Jesús ascendió al Cielo en cuerpo, los dos ángeles dijeron
a los apóstoles que así mismo vendría por segunda vez, al final de los tiempos
a juzgar a toda la humanidad. Ver Hechos 1:11.
Les presentan un Pablo que hace milagros, que profetiza, que da su vida
por Jesús, porque si no es así, no engañaría a uno solo de los llamados a
Jesús. Les presentan al más refinado artífice del engaño, ante cuyas argucias,
por siglos, han caído rendidas las mentes de sus miles de millones de
seguidores.) 5 Saluden igualmente a la
iglesia que se reúne en la casa de ellos. Saluden a mi querido hermano Epeneto,
el primer convertido a Cristo en la provincia de Asia. 6 Saluden a María, que
tanto ha trabajado por ustedes. 7 Saluden a Andrónico y a Junías, mis parientes
y compañeros de cárcel, destacados entre los apóstoles y convertidos a Cristo
antes que yo. 8 Saluden a Amplias, mi querido hermano en el Señor. 9 Saluden a
Urbano, nuestro compañero de trabajo en Cristo, y a mi querido hermano
Estaquis. 10 Saluden a Apeles, que ha dado tantas pruebas de su fe en Cristo.
Saluden a los de la familia de Aristóbulo. 11 Saluden a Herodión, mi
pariente. Saluden a los de la familia de Narciso, fieles en el Señor. 12
Saluden a Trifena y a Trifosa, las cuales se esfuerzan trabajando por el Señor.
Saluden a mi querida hermana Pérsida, que ha trabajado muchísimo en el Señor.
13 Saluden a Rufo, distinguido
creyente, y a su madre, que ha sido también como una madre para mí. (No se dan cuenta sus seguidores, que Pablo va tejiendo la
red de su supuesta autoridad entre los directores del cristianismo. Pablo va
tejiendo la red de su autoridad de juzgar quienes, de entre los creyentes,
merecen sus saludos, va tejiendo en las mentes de sus seguidores la idea de su
imprescindible persona en el grupo del cristianismo. Además, va haciendo
distinción de unas personas, como más importantes que otras, va infectando el
cristianismo de sus seguidores, con preferencias injustas de personas, algo
contrario a las enseñanzas de Jesús. No se dan cuenta que va destruyendo las
enseñanzas de Jesús en lo de negarse, en lo de no ser importantes, en lo
de no ser llamadores de la atención, ser humildes. Es una bien elaborada
falacia, porque pareciendo ser algo bueno, es algo nocivo, que contradice las
enseñanzas de Jesús, en las mentes de los seguidores de Pablo.) 14 Saluden a Asíncrito, a Flegonte, a Hermes, a
Patrobas, a Hermas y a los hermanos que están con ellos. 15 Saluden a Filólogo,
a Julia, a Nereo y a su hermana, a Olimpas y a todos los hermanos que están con
ellos. 16 Salúdense unos a otros con un beso santo. Todas las iglesias de
Cristo les mandan saludos. (Saluda
mediante esta carta, en este capítulo, a treinta y una personas, que son
desconocidas para él en su mayoría, porque Pablo aún no ha ido a Roma. Saluda a
algunas congregaciones e iglesias de Roma que él no conoce. Se declara vocero
de todas las iglesias de Cristo al enviarles saludes en su nombre. Con una
frase les dice que tiene esa autoridad y no la cuestionan. Con esto les crea en
las mentes la impresión a sus seguidores, que es él, Pablo, el que dirige a
todas las iglesias de Cristo, que él es el representante y administrador
de las iglesias de Cristo, que a él le fueron dadas las llaves de la iglesia de
Jesús. Creen que es el vocero de Cristo. Cuando fue a Pedro a quien el Señor le
concedió las llaves y lo nombró apóstol de los gentiles, no al grandioso,
astuto y sagaz Pablo.)
17 Les ruego, hermanos, que
se cuiden de los que causan divisiones y dificultades, y van en contra de lo
que a ustedes se les ha enseñado. Apártense de ellos. 18 Tales individuos no sirven a Cristo nuestro
Señor, sino a sus propios deseos. Con palabras suaves y lisonjeras engañan a
los ingenuos. (Aquí, el lobo romano Pablo, se cura
en salud, para que sus seguidores no vayan a creer que es, precisamente Pablo,
el que les traerá las divisiones, la vanidad, las rencillas y los engaños, que
van a extraviar de las enseñanzas sagradas de Jesús, a miles de millones de
personas, durante miles de años.) 19 Es cierto que ustedes
viven en obediencia, lo que es bien conocido de todos y me alegra mucho;
pero quiero que sean sagaces para
el bien e inocentes para el mal. 20 Muy pronto el Dios de paz
aplastará a Satanás bajo los pies de ustedes. (Aquí el artista
del engaño, el lenguaraz, los lisonjea con adulaciones sobre la obediencia de
todos los cristianos que viven Roma, algo que a todas luces es una exageración.
Luego de adularlos, Pablo, se vuelve a curar en salud, haciéndoles creer que
son otros los que los van a engañar, no él, obviamente. Astutamente se va
haciendo libre de toda sospecha en las mentes de sus seguidores.) Que la gracia de nuestro
Señor Jesús sea con ustedes. (Hasta se da el lujo de decirles que él, el
insignificante ser humano, como cualquiera de nosotros, él, Pablo, les envía,
por medio de esta carta, la altísima gracia de nuestro Señor Jesús. Esto es lo
mismo que se ve y se oye en todo el orbe, los seguidores de Pablo repartiendo,
como si pudieran, la gracia del Señor Jesús.) 21 Saludos de parte de Timoteo, mi compañero de trabajo, como también de
Lucio, Jasón y Sosípater, mis parientes. 22 Yo, Tercio, que escribo esta carta,
los saludo en el Señor. (Aquí dice
que esta carta la escribió un discípulo de Pablo llamado Tercio. No dice que es
escrita por orden de Pablo. Pero se presupone. Parece que Tercio se tomó la
libertad de escribir por su cuenta algunas frases y son recibidas entonces como
palabras de Dios por los seguidores de Pablo.) 23-24
Saludos de parte de Gayo, de cuya hospitalidad disfrutamos yo y toda la iglesia
de este lugar. También les mandan saludos Erasto, que es el tesorero de la
ciudad, y nuestro hermano Cuarto. (Dicen
los historiadores de Pablo, que él por lo general, dictaba sus cartas,
posiblemente debido a un problema de sus ojos, que le obligaba a escribir con
letras grandes, cunando alguna que otra palabra escribía (ver Gálatas 6:11). Al
final de algunas de sus cartas, Pablo escribía un saludo de su propia mano, lo
que ha sido considerado una señal de la autenticidad de sus palabras (ver 2
Tesalonicenses 3:17 y Gálatas 6:11). En esta mal supuesta “palabra de Dios”, un
tal Tercio, un amanuense que escribía para Pablo la epístola, se dedica a
enviar saludos a sus amigos y hasta les envía a los romanos saludos de parte de
otros. Históricamente el hecho de que Tercio haya escrito la epístola a nombre
de Pablo no representa problema para aceptar la autoría de la epístola a nombre
de Pablo. Pues Tercio fue simplemente el que dibujó las letras, pero el dueño
del pensamiento y las palabras fue Pablo. En esta carta, Pablo tuvo que haber
permitido a Tercio hablar por sí mismo y enviar saludos a los romanos. Pero es
a todas luces algo abusivo que, en nombre de Dios, en nombre de las
escrituras sagradas, breves, en las cuales el creador nos envió sus enseñanzas,
unos seres humanos insignificantes, como nosotros, se dediquen a enviarse
saludos muy personales. Si es que estas cartas humanas, fueran alguna vez
consideradas por Dios, como sus palabras sagradas, entonces estos señores muy
lisos y abusivos, usaron y manosearon sin respeto el lugar de las palabras de
Dios para satisfacer sus egos, para sus veleidades personales, para sus
detalles circunstanciales. Los extraviados seguidores del astuto Pablo, sin
duda alguna de parte de ellos, exigen que estas palabras sean tenidas como el
verbo de Dios, la palabra de Dios. Se cae de su peso la ingenuidad de los adoradores
de las palabras de Pablo, aquellos que las aceptan como “sagradas palabras de
Dios”.)
25-26 El Dios eterno ocultó su misterio durante largos siglos, pero ahora lo ha revelado por medio de los escritos proféticos, según su propio mandato, para que todas las naciones obedezcan a la fe. ¡Al que puede fortalecerlos a ustedes conforme a mi evangelio y a la predicación acerca de Jesucristo, 27 al único sabio Dios, sea la gloria para siempre por medio de Jesucristo! Amén. (Da a entender que él, Pablo, es el que viene a revelar los misterios ocultos por medio de "su supuesto evangelio". Mejor dicho, los cristianos que le siguen creen, por lo tanto, que Pablo es el mismo espíritu santo, anunciado por Jesús, que vendría a revelar todo los que faltaba y ya quedaba cerrada la revelación. Esta es la falaz razón por la que, al llegar un ser humano al mundo, le presentan los cuatro evangelios con esta vasta añadidura de las supuestas epístolas de Pablo, que no pasan de ser cartas y opiniones meramente humanas elevadas a los altares de palabra de Dios por sus seguidores en la gran Babilonia. Adoradas esas palabras humanas durante veinte siglos por los humanos, como si un segundo Mesías hubiese descendido del Cielo a completar la revelación de Jesús, el único Cristo, el único Mesías, el unigénito.)